En relación con China, mejor prevenir que curar
Hay dos líneas de pensamiento respecto al futuro de China. Por una parte el libro de Guy Sorman China el imperio de las mentiras donde el autor sostiene que el totalitarismo se irá fortaleciendo y consolidando con el tiempo, mientras que Eugenio Bregolat mantiene la tesis contraria en su obra titulada La segunda revolución china en la que escribe que los islotes de libertad parcial que han conducido a una riqueza de algunos nunca vista en ese país generarán nuevas exigencias de más libertad hasta derrumbar y finiquitar la larga noche totalitaria.
En todo caso, ahora aparecen documentaciones de muy diversas procedencias, en especial el voluminoso trabajo de Agustín M. Barletti que lleva el sugestivo encabezamiento de El hambre del dragón. El plan de China para comerse el mundo.
En estos valiosos testimonios como eje central aparece la grave amenaza china de comprar tierras en distintas naciones al efecto de expandir el sistema esclavista imperante. Si esto queda confirmado se trataría de un ataque a otros países peor que si fuera uno con misiles ya que en este último caso los habitantes del país receptor se sienten agredidos y se colocan a la defensiva, sin embargo en el caso considerado la agresión pasa desapercibida disfrazada de una operación comercial cualquiera.
En ese contexto resulta indistinto si el comprador es el gobierno chino o un particular testaferro de sus mandones. Puede alegarse que no debe interferirse en contratos entre privados…a menos que se pruebe que el contrato es nulo igual que una pretendida venta que una persona haga para ser esclavizada por otra puesto que significaría la contradicción en los términos de usar la libertad para aniquilarla en el plano de las relaciones sociales.
Entonces como en esta instancia del proceso de evolución cultural la función del aparato estatal consiste en la protección de los derechos individuales y su consiguiente defensa, por lo que en este último aspecto clave abro un debate de un tema espinoso y controvertido en el que me pregunto y les pregunto a mis lectores sobre la posibilidad si los gobiernos debieran imposibilitar, bloquear e impedir las aludidas operaciones en la adquisición de tierras.
Desde luego que hay otro flanco a tener en cuenta y es cuando las poblaciones eligen gobiernos que aplastan sus libertades lo cual se traduce en una disimulada -o no tan disimulada- operación de entregas incondicionales de un tipo de esclavitud.
Lo dicho en nada debe afectar el comercio libre, de lo que se trata es de evitar que el totalitarismo agresivo haga pie en países libres lo cual puede extenderse a otros gobiernos como el ruso o el iraní. Desde luego que hay muchas otras acechanzas pero de lo que se trata es de descartar las más graves. No es cuestión de caer en cazas de brujas e interferir con excelentes supermercados chinos y equivalentes pero al efecto de evitar estos desatinos no debe darse la espalda y abandonar todo peligro que resulte manifiesto y presente.
Es de gran importancia percatarse que siempre estaremos frente a nuevos desafíos. Nada más ilustrativo que el lema de la Royal Society de Londres que tantas veces he citado: nullius in verba, es decir, no hay palabras finales. Lo contrario es ser un ideólogo, no en el sentido inocente del diccionario, ni siquiera en el sentido marxista de falsa conciencia de clase, sino en su uso más generalizado de algo cerrado y terminado lo cual es la antítesis del espíritu liberal.
Barletti -quien es doctor en derecho por la Sorbonne- documenta las múltipes cámaras espías en distintos países así como también las comisarías clandestinas para perseguir a personas por lo que concluye que el gobierno chino es “una suerte de Gran Hermano” con el propósito de dominación de las garras autoritarias en zonas extendidas en el mundo para lo cual se añaden préstamos colosales sin interés en su devolución para el mismo propósito y también financiaciones de proyectos grandiosos de infraestructura e industrias de gran peso. Esos son los casos, entre muchos otros, de Colombia, Perú y México que tienen al gobierno chino como su principal acreedor.
“Todo esto está pasando frente a nuestras narices y cuesta verlo, pero hay que verlo” escribe Barletti y agrega que solamente en América Latina y el Caribe hay dos mil setecientas empresas de capital chino, todas estatales que dependen directamente del Partido Comunista chino.
Como han informado diversos medios, China está a punto de quedarse con los recursos minerales y eléctricos de Ghana por cuatro préstamos impagos. En ningún caso desde luego se trata de limitar debates de todas las corrientes de pensamiento que deben estimularse para el mejor aprendizaje, se trata de evitar ataques del tipo señalado.
En todo caso, Barletti señala que “A billetera abierta, Pekín reparte sus millones por el mundo sin importar si los gobiernos destinatarios son legítimos o corruptos, o si tienen posibilidad de repago. Es así como hoy es el principal acreedor de numerosos países a los que extorsiona de infinidad de maneras.”
En la sala Adolfo Bioy Casares de la Feria del Libro, el autor acaba de mostrar preocupación por la deuda argentina con China y por las bases aeroespaciales en Neuquén y la pesca ilegal en mar argentino. Sobre el primer caso dijo que “además se les cedió cuatrocientos kilómetros a la redonda de trasmisiones. No puede haber ninguna radio, AM o FM cerca” y también expresó que “según informaciones de inteligencia de Estados Unidos, desde esa base, China espía a todos los países de alrededor.”
A lo dicho cabe adicionar la última visita a Pekín donde el presidente y el gobernador de Buenos Aires se esforzaron en machaconas alabanzas al régimen y ahora el ministro de economía reitera las andadas (con anterioridad, el primero le sugirió al criminal ruso en funciones que Argentina podía constituirse en la puerta de entrada para su sistema en América latina).
Finalmente, en otro orden de cosas, pero estrechamente vinculado al tema de la presente nota, es pertinente destacar que el actual Papa en 2018 le dio la espalda a obispos y miembros del clero chino que pretenden mantener la tradición católica llamada "Iglesia clandestina" por el régimen que no solo persigue a estos obispos y con topadoras demuelen iglesias sino que la contraponen a una llamada "Iglesia patriótica" compuesta por ocho "obispos" designados por la cúpula gobernante reconocidos por el Papa Francisco (uno muerto reconocido post mortem y siete activistas del sistema esclavista), todo lo cual ha indignado a renombrados obispos de Occidente. Luego de repetidas diatribas contra el mercado, el capitalismo y el significado pleno de la propiedad privada, no en vano -tal como hemos reiterado en otras ocasiones- cuando el Director de "La Reppublica" de Roma, Eugenio Scalfari, el 11 de noviembre de 2016 le consultó al actual Papa que dice cuando lo acusan de comunista, el Pontífice respondió: “mi respuesta siempre ha sido que en todo caso son los comunistas los que piensan como los cristianos” donde queda claro que a contracorriente de la tradición desde San Pablo en disputa con Santiago el mayor, a juicio del Obispo de Roma los cristianos tendrían la primicia del comunismo …también no en vano en 2013 ni bien asumió concelebró en San Pedro con el Padre Gustavo Gutiérrez, el creador de la llamada “teología de la liberación”.
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