La conexión entre inmigrantes y sueldos estancados no es tan clara como se cree

Conozca más sobre este tema en el libro del Independent Institute Global Crossings: Immigration, Civilization and America escrito por Álvaro Vargas Llosa.
Rick Santorum, el ex senador de Pennsylvania, presentó su candidatura a la presidencia de Estados Unidos sobre una plataforma sumamente populista. La clase media de su país, dijo en el discurso de lanzamiento de su campaña la semana pasada, está siendo despojada por parte de “grandes gobiernos y grandes empresas”.
Santorum responsabilizó por los salarios estancados del país a otra fuerza: los inmigrantes que llegan a EE.UU. “Durante los últimos 20 años, trajimos a este país, legal e ilegalmente, 35 millones de trabajadores en su mayoría no calificados”, dijo Santorum al anunciar su candidatura. “¿Y el resultado durante ese mismo período? Los salarios de los trabajadores y los ingresos de las familias se han estancado”.
El político republicano es el más reciente entre una serie de políticos que trazan una correlación directa entre salarios deprimidos e inmigración. El gobernador del estado de Wisconsin Scott Walker ha hecho esa conexión. También lo hizo el presidente Barack Obama en un discurso en 2011.
El razonamiento económico de todo esto, sin embargo, no está claro.
Críticos de la inmigración suelen citar el trabajo de George Borjas, un profesor de economía de la Escuela de Gobierno Kennedy de la Universidad de Harvard y la principal voz que argumenta que la inmigración erosiona los salarios de trabajadores estadounidenses menos calificados. En un informe para el Centro de Estudios de Inmigración, un grupo que aboga por un mayor control fronterizo, escribió que los efectos de la inmigración son especialmente graves para los estadounidenses con menos destrezas. Por ejemplo, afirmó que la inmigración reducía el salario de los nacidos en EE.UU. que no terminaron la secundaria en 2% a 5%.
“Algunos grupos de trabajadores enfrentan mucha competencia de los inmigrantes. Estos trabajadores están principalmente, pero de ninguna forma exclusivamente, en la base de la distribución de destrezas (…) Los mayores ganadores de la inmigración son los dueños de empresas que emplean muchos inmigrantes y otros usuarios del trabajo inmigrante. Los otros grandes ganadores son los mismos inmigrantes.”
Sin embargo, en otros lados los estudios a menudo muestran beneficios para la economía distribuidos más ampliamente, una presión menos fuerte sobre los salarios, y ocasionalmente incluso un impulso para los sueldos por parte de la inmigración.
Por ejemplo, el estado de Texas, que está en la vanguardia del debate inmigratorio. En un estudio de 2006, el contralor del estado descubrió que los salarios serían más altos sin los 1,4 millones de inmigrantes indocumentados que entonces se estimaban en el estado, porque el mercado laboral sería menor. Pero también dijo que un mercado laboral más pequeño no necesariamente sería bueno para la economía en general.
“Esta reducción induciría aumentos en los salarios, como fue indicado por un incremento en la tasa anual de compensación. Las tasas salariales subirían 0,6% en el primer año y se mantendrían por encima de la tasa pronosticada durante todo el período de 20 años. Mientras los aumentos de sueldos pueden ser considerados como una situación positiva para el desarrollo social y económico, cuando suben debido a la escasez de empleados afectan la competitividad de la economía. Es este caso, sería expresado en una pequeña caída en el valor de las exportaciones de Texas”.
Así mismo, la Oficina de Presupuesto del Congreso descubrió que una propuesta de reforma inmigratoria de 2013 impulsaría el empleo, la inversión y la productividad, pero los salarios promedio se verían afectados a corto plazo. El proyecto de ley, que fue aprobado por el Senado pero rechazado por la Cámara de Representantes, le habría brindado un camino a la ciudadanía a muchos de los 11 millones de inmigrantes que están en EE.UU. sin documentos y hubiera creado nuevos programas de visas laborales. La ley hubiera representado un aumento en la población estadounidense de 10,4 millones de residentes a lo largo de una década, un incremento de 3%.
Gihoon Hong, un profesor de economía de la Universidad de Indiana South Bend, y John McLaren, un profesor de economía de la Universidad de Virginia, en un ensayo lanzado este año analizaron los efectos que tienen los inmigrantes sobre la demanda local de servicios. Su conclusión: los inmigrantes incrementan la disponibilidad de algunos servicios, lo cual impulsa los niveles de empleo.
“Por este motivo, los inmigrantes puede elevar los salarios reales de los trabajadores nativos, y cada inmigrante crearía más de un empleo”.
Andri Chassamboulli, profesor de economía de la Universidad de Chipre, y Giovanni Peri, profesor de economía de la Universidad de California en Davis, analizan específicamente la inmigración ilegal. Descubren que los trabajadores sin documentos suelen recibir salarios más bajos que los nativos, generando mayores ganancias para las empresas locales.
“Esto a su vez lleva a las firmas a crear más empleos por desempleado cuando hay más inmigrantes, mejorando el mercado laboral y reduciendo la tasa de desempleo de los nativos”.
Un último giro. Muchas asunciones sobre la inmigración se basan en olas de trabajadores no calificados que cruzan la frontera desde México o países del sur. Pero datos recientes muestran que China e India han tomado la delantera, y muchos de estos inmigrantes se ubican más arriba en la escala de destrezas. No queda claro qué efecto tendrá esta situación sobre la fuerza laboral de EE.UU.
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