A pesar de los problemas, el dólar sigue siendo el rey de las monedas
The Wall Street Journal Americas
Empecemos por una vacilante recuperación económica en Estados Unidos.
A eso, añadámosle una de las contiendas por la presidencia más reñidas
de la historia. Luego, culminemos con un desastre natural que pone en
evidencia el deplorable estado de la infraestructura en algunas de las
partes más ricas del país.
La pregunta es lógica: ¿hacia dónde se dirige EE.UU.? ¿Regresará la
era dorada de prominencia financiera y política tal como prometen Barack
Obama y Mitt Romney? ¿O se encamina hacia un lento pero inexorable
declive, tal como sugieren algunas cifras económicas y los efectos del
huracán Sandy?
Los defensores de una recuperación de EE.UU. suelen apuntar a
virtudes intangibles como su gran espíritu emprendedor e innovador, así
como factores más concretos como el reciente auge del gas natural, que
ofrece la posibilidad de energía abundante y barata.
No obstante, hay un elemento de la
resistencia estadounidense que a menudo se pasa por alto. He aquí una
pista: es verde y normalmente cabe en su billetera: el dólar.
La condición de la moneda estadounidense como divisa internacional de
reserva desde la Segunda Guerra Mundial ha sido un pilar del liderazgo
estadounidense en el mundo. Mientras los bancos centrales sigan
guardando dólares en sus arcas— actualmente más de 60% de las reservas
en moneda extranjera son en dólares— y el comercio global dependa de su
intercambio, a Europa, China y otros les resultará difícil desplazar a
EE.UU. de la cima de la economía global.
El papel del dólar como un refugio seguro ha catapultado su valor en
un período en que EE.UU. se ha visto afectado por un crecimiento débil,
una parálisis fiscal y la rebaja de su deuda soberana. En realidad, el
dólar acumula un alza de casi 8% frente una canasta de siete divisas
medidas por el Índice del Dólar WSJ en los últimos 15 meses, desde que
Standard & Poor's le arrebató a EE.UU. su calificación de AAA.
Sin embargo, las monedas de reserva son frágiles. Sus poderes se
pueden neutralizar si los inversionistas pierden confianza en los países
que las emiten. A lo largo de la historia, este talón de Aquiles ha
derribado a monedas otrora todopoderosas como el denario romano, el
florín holandés y la libra esterlina.
Algunos expertos advierten que el dólar podría ser la siguiente. Su
temor es que la relajada política monetaria promovida por la Reserva
Federal después de la crisis financiera, sumada a los problemas fiscales
que se acumularán sobre el escritorio del próximo presidente, acabará
con la confianza de la comunidad financiera en la divisa.
"Tradicionalmente el dólar ha sido mejor considerado que otras monedas
porque teníamos un precedente histórico de disciplina monetaria y
fiscal", dice William Silber, profesor de finanzas en la Universidad de
Nueva York. Ahora que ambos factores están bajo amenaza, el dominio del
dólar podría colapsar ante las preocupaciones de los mercados por la
inflación y la brecha fiscal.
Silber, autor de una biografía de Paul Volcker, quien presidió la
Reserva Federal entre fines de los 70 y mediados de los 80, quiere que
la Fed adopte una postura volckeriana ante al tema. Durante su período
al frente de la Fed, Volcker subió las tasas a niveles de dos dígitos
para combatir la inflación.
Según el autor, el banco central debería pulir sus credenciales
antiinflacionarias declarando claramente que, si la economía sigue
mejorando, las tasas podrían empezar a subir antes de lo previsto. Un
mensaje más agresivo sobre los intereses podría, a su vez, alentar a la
clase política a abordar el problema de la deuda.
Cuando le consultaron durante un evento reciente si las lecciones de
la política monetaria de los años 80 se podrían aplicar hoy, Volcker
reconoció que este no es un buen momento para subir las tasas de
interés. Sin embargo, sobre el dólar no se mostró especialmente
optimista. "Lo más triste de esto es que la fortaleza del dólar es en
parte un reflejo de lo mal que se encuentran las demás monedas", dijo.
Ese es "el" argumento contra las preocupaciones por el estado de
salud de la moneda estadounidense. El euro está mucho peor; el yuan
chino no se puede intercambiar libremente y los mercados de otras
monedas populares como el franco suizo y el dólar canadiense son
demasiado reducidos.
"Comenzaré a preocuparme por el estatus del dólar como moneda de
reserva cuando empecemos a comerciar con Marte", bromea Nathan Sheets,
un ex economista de la Fed que encabeza el departamento de economía
internacional de Citigroup Inc.
C +3.08%
"Sólo una divisa extraterrestre puede desafiar el dólar".
John Connolly, que fue secretario del Tesoro de Richard
Nixon en los 70, le señaló a un grupo de ministros europeos que el dólar
era "nuestra moneda, pero su problema". Los políticos estadounidenses
de hoy harían bien en pensar en el dólar como nuestra moneda y nuestro
problema.
- 31 de octubre, 2006
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