El otro lado de los Estados Unidos

Por Hugo Alconada Mon
La Nación

Ruedan los kilómetros, tierra adentro, hacia el interior profundo del Estados Unidos que no suele aparecer en los medios de comunicación ni en las películas. Es ese “otro” Estados Unidos que se encuentra muy lejos -en kilómetros e idiosincracia- de California, Nueva York o Florida. Es este país el que vota -y les aporta el triunfo- a los candidatos conservadores y republicanos, mientras que las costas se inclinan por los demócratas.

Ruedan los kilómetros, entre Houston y el noreste de Texas, y un recorrido por el dial de la FM permite verificar que se trata de otro país. Si en las costas dominan las radios de música pop y rock, algo de clásica y también la más progresista National Public Radio , por acá domina un éter tan distinto como las botas y sombreros de cowboy de acá lo son de los zapatos a la moda y los iPod de Boston o Seattle.

Quince son las radios que se escuchan con una antena normal, entre las tierras de pastoreo, cultivos y máquinas de extracción petrolera. De esas 15, ocho son religiosas. ¿De qué van? De sermones de pastores, oraciones, mensajes de oyentes que alaban al Señor, y canciones, también religiosas. De las restantes siete radios, sólo dos son de música rock o pop contemporánea y las otras cinco son en español, algo previsible. El 35% de la población tejana es hispana, en su abrumadora mayoría provenientes ellos o sus padres de México y, en menor medida, del resto de América latina. Ruedan los kilómetros y a la vera de la ruta se destacan tanto las iglesias como las publicidades religiosas. Si hasta hay un cartel, grande como los de la Coca-Cola, pagado por un texano de a pie, para agradecerle al Señor por un favor especial. Este es el otro Estados Unidos. ¡Amén