Cristina Kirchner ataca con violencia a la prensa ‘no adicta’

Los periódicos estaban impresos y a punto de comenzar su distribución, pero no pudieron hacerlo hasta cinco horas más tarde cuando el bloqueo se disolvió y comenzó una distribución que ocasionó a las empresas cuantiosas pérdidas económicas millonarias, tanto en ventas como en publicidad comprometida.

Portavoces de Clarín dijeron que los autores del bloqueo responden al Gobierno y que en él participaron sindicalistas ajenos al sector de la prensa. Todos los dardos apuntan a Hugo Moyano, líder mafioso histórico del sindicato de los camioneros, aliado incondicional de los Kirchner.

Las plantas impresoras de los diarios La Nación y Clarín fueron bloqueadas el viernes y el sábado pasados durante cinco horas por grupos de piquetes identificados con pancartas de la Federación Gráfica Bonaerense que alegaron tener problemas sindicales con Artes Gráficas Rioplatense (AGR), dependiente del Grupo Clarín.

El precandidato presidencial Eduardo Duahlde, del disidente Peronismo Federal, dijo que esta acción "se inscribe en una nueva intención del Gobierno de coartar la libertad de prensa", y el candidato de la opositora Unión Cívica Radical, Ricardo Alfonsín, sostuvo que al Ejecutivo "le importa poco esta libertad y da la sensación de que incita a estos desbordes".

Aparte de condenar estas acciones violentas, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) -que integran más de 1.300 publi- caciones del hemisferio occidental- instó al Gobierno argentino a asu- mir su papel de garante de la libertad de prensa. El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Claudio Paolillo, destacó a LA GACETA que bloquear la circulación de medios viola los tratados internacionales sobre libertad de expresión suscritos por Argentina.