La izquierda moderada y promercado sigue en Uruguay con Mujica presidente

El Cronista Comercial

MONTEVIDEO. – La lluvia que caía fue apenas una anécdota. Cuando a las 20.30 los sondeos a boca de urna empezaron a difundirse por la televisión, el coqueto Hotel NH Columbia, devenido comando de campaña del Frente Amplio, estalló en una fiesta. “Sooy del Frente, sooy del Frente, soy del Frente, yo sooy”, cantaban abrazados, entre lágrimas, cuatro anónimos miembros del comando. La izquierda comenzaba a escribir en ese instante la etapa de su consolidación en el poder.

Con una cómoda diferencia de siete puntos, José ‘Pepe’ Mujica, histórico líder de la guerrilla Tupamaros en los años 60 y 70 y uno de los políticos más populares del Uruguay, de 74 años y chacarero de profesión, derrotó al ex presidente Luis Alberto Lacalle, del derechista Partido Nacional, en el ballotage de las elecciones presidenciales. El 1ª de marzo próximo sucederá al también frenteamplista Tabaré Vázquez, quien tras los resultados oficiales se acercó al comando a saludar a su sucesor.

A nivel nacional, Mujica sacó (siempre datos no oficiales) 51,7% de los votos positivos contra 44,1% que cosechó Lacalle, quien contaba en esta vuelta con el apoyo del Partido Colorado, la otra gran fuerza tradicional uruguaya.

“Es el mundo del revés. Aquí tendrías que estar vos, pueblo, y todos nosotros ahí abajo aplaudiéndote”, fue lo primero que dijo Mujica a las decenas de miles de seguidores que desde la media tarde habían copado la puerta del hotel. Lo acompañaban su mujer, la ex dirigente tupamara Lucía Topolansky; su compañero de fórmula, el ex ministro de Economía Danilo Astori y Vázquez.

También lanzó puentes a la oposición y dijo que la invitará a un gran diálogo sobre cuatro puntos centrales: educación, seguridad, medio ambiente y energía.: “Nos encontraremos mañana, unidos para trabajar por la patria”.

A unas 30 cuadras de allí, en el comando del Partido Nacional todo era lamento y frustración. Lacalle admitió la derrota, agradeció el apoyo del Partido Colorado y le recordó a Mujica “considerar que es el presidente de todos los orientales”. Su derrota abre un signo de interrogación sobre el futuro de la derecha uruguaya (blancos y colorados) y sobre quién la liderará.

Con el triunfo de ayer de Mujica, la centroizquierda uruguaya se afianza en lo máximo del poder al hacerse con el segundo mandato presidencial consecutivo. Además, seguirá manteniendo la mayoría en ambas cámaras del Congreso.

En rigor, no deberían esperarse cambios drásticos en los próximos cinco años. Mujica, que durante la campaña optó por un tono moderado, ha prometido que la base de su gestión será “continuar y profundizar” los lineamientos trazados por el actual gobierno: crecimiento sostenido a través de impulso a las inversiones, acompañado por equidad social.

Ha dicho que dejará la marcha de la economía en manos de Astori y que la inversión productiva y la apertura de nuevos mercados serán una meta fundamental. Es casi un hecho que será el economista Fernando Lorenzo, hombre de Astori, el ministro de Economía.

Sin embargo, aun es una incógnita el resto de los hombres que lo acompañarán en su gabinete, algo que dependerá de la “repartija” de acuerdo a los votos que aportó cada sector de la interna del Frente. Mujica ha dicho que pondrá a personas de “su estricta confianza”(léase del ala más radical) al frente de los ministerios de Interior, Cancillería, Defensa y Trabajo. Para Interior suena el actual ministro de Trabajo, Eduardo Bonomi.

En el plano internacional, “solucionar lo antes posible” el conflicto con la Argentina por Botnia y fortalecer la relación con el Brasil de Lula, presidente con el que se identifica, serán prioridades.

En materia social, la apuesta principal es extender el Plan Ceibal (una computadora por niño) a las escuelas secundarias y terciarias y crear 200.000 nuevos empleos, 40.000 de ellos para los jóvenes.