EE.UU.: Espíritu e iniciativa es lo que creó a este país

Bajo el Sol

En la actual crisis económica, los bancos se pueden caer y los negocios pueden ser clausurados, pero para Martín Quintero y su esposa Verónica, siempre hay trabajo.

Cada semana, ellos llegan por la mañana a mi vecindad para cortar la yerba y los arbustos de mís vecinos que no quieren hacer el trabajo ellos mismos.

Ellos trabajan en cualquier temporada del año — ya sea en el intenso calor de julio o el clima más frío del invierno o la primavera. A ellos no les importa; tienen trabajo, y lo hacen.

Hace más de cuatro años que Martin y Verónica llegaron a la vecindad a trabajar, y ellos forman uno de muchos equipos de trabajo que van para todos los rincones de Yuma armados con sus cortadoras de césped, sopladores de hojas y otra máquina impulsada por motores de gasolina que se puede escuchar por las calles.

En el caso de Martin, él trabaja con su esposa, pero en otros casos, los equipos son formados de padres e hijos o de hermanos.

Muchos o la mayoría de ellos llegaron —recientemente o desde hace muchos años— de México, un país donde existe una tradición de lo que se refiere como microindustria. (En la jerga del inglés, a veces se llaman “Mom and Pop Shops”.)

Es cierto que no ganan una cantidad grande de dinero por cada césped que cortan, pero los gastos de estar en el negocio parece ser menos que otros comercios. Más o menos, tienen que comprar y mantener su herramienta y comprar la gasolina.

No quiero minimizar el sacrificio de ellos — los que podan los árboles y cortan el césped. Lo que invierten son su trabajo y sudor.

Invierten mucho trabajo y sudor en cada césped — y tienen que cortar mucho, mucho césped para ganar suficiente dinero.

Pero para mí, lo que es más impresionante es el espíritu de autosuficiencia de ellos. Siempre buscan, y consiguen el trabajo.

Algunos de sus clientes probablemente se preocupen de si ellos mismos tengan sus trabajos en un futuro próximo o no. Pero a la misma vez, no quieren cortar sus propios céspedes.

Entonces lo hacen Martin y Verónica.

Ellos tienen el espíritu de iniciativa que creó a este país desde hace años y décadas.

Casi puedo ver que en un día no muy lejano Martín y Verónica cuenten con empleados trabajando para ellos mismos.