Michael Moore ha caracterizado a la película Dark Zero Thirty (La Noche Más Oscura en América Latina y España), dirigida por la ganadora del Premio de la Academia Kathryn Bigelow, como una “película para chicas del siglo 21”. Oh, absolutamente: Una película cuya heroína es una agente de la CIA a cargo de un interrogatorio perfeccionado de detenidos en el marco de la Guerra contra el Terror (también conocido como tortura para nosotros los civiles), empeñada en vengarse por sus colegas que perecieron en una explosión causada por un atentado suicida: “Me voy a cargar a todos los implicados en esta operación [que mató a sus amigos]. Y luego voy a matar a bin Laden”. ¡Pasen el regaliz rojo, chicas!
En la actualidad, las mujeres al integrarse plenamente al combate abren posibilidades para una obra completa de “películas de guerra para chicas” de la Sra. Bigelow o de algún prometedor desconocido.
Tan solo imaginemos:
Podríamos empezar con la historia de Sonia, una joven latina con opciones limitadas en la vida que se enrola en las fuerzas armadas. Después de que su vehículo impacta con un artefacto explosivo improvisado (IED es la sigla por la cual se lo conoce en inglés) colocado a la vera de un camino, es regresada a su casa parapléjica. La película continúa luego con su valiente superación de los retos aparentemente insuperables que enfrenta una joven de educación, movilidad y sistema de apoyo limitados, atrapada en el disfuncional sistema de un hospital de veteranos. Podríamos darle posiblemente también un toque femenino a la película Nacido el Cuatro de Julio, pero los films antibélicos no parecen resonar mucho en estos días.
Aquello podría continuar con las experiencias de Paige, capturada en el frente y mantenida en cautiverio, donde es violada por un grupo y sometida a tortura, hasta que finalmente se escapa y logra regresar a su unidad, la cual luego se venga brutalmente de sus atacantes. Añádale una bala o dos en el ojo, y tienes un éxito seguro. Alternativamente uno podría hacer una película de violación y venganza basada en la práctica actualmente común de violación durante el entrenamiento básico—pero ésta carecía del aditamento de los extranjeros trigueños y lugares exóticos que es lo que realmente vende.
Un verdadero dramón podría ser creado en torno a la historia de una mujer a la que llamaremos Jessica, que se encuentra en servicio en el mismo momento que su marido. Sin nadie para cuidar a sus hijos pequeños, se ve obligada a colocarlos en una guardería militar. (Como es caracterizada por Kathleen Gilberd, co-presidente de la Military Law Task Force, que defiende a los padres que enfrentan una detención y medidas disciplinarias, la actitud de las fuerzas armadas para con las obligaciones familiares de los soldados que entran en conflicto con las órdenes militares es: “Si quisiéramos que usted tenga una familia, habría habido una en su bolsa de lona”.) El giro irónico de la película llega cuando Jessica es parte de una operación en Afganistán que resulta en la matanza “colateral” de niños de la misma edad y apariencia que los suyos.
Sí, finalmente este valiente nuevo mundo de mujeres creado absurda y completamente “igual” en virtud de tener que seguir ciegamente órdenes y participar en un abrazador combate por igual abre todo tipo de frescas y nuevas posibilidades cinematográficas. Y justo a tiempo: las películas para chicas ha venido realmente poniéndose rancias, reciclando las mismas vetustas y cansadoras tramas de mujeres que buscan el verdadero amor y la realización.
Como un servicio público a cambio del acceso a los altos mandos militares al hacer películas, el director podría crear entonces una especie de obra grupal, compilando las “mejores” escenas de cada una, para ser examinadas por cada recluta en cada una de las estaciones de reclutamiento militar 24 horas antes de que legalmente pueda ser enlistada. Después de todo, si una mujer tiene que ver una ecografía antes de someterse a un aborto, ¿no es justo que de manera similar esté plenamente informada antes de unirse a cobrar vidas aún más inocentes como parte totalmente integrada de las fuerzas armadas de hoy?
Traducido por Gabriel Gasave
Mujeres en combate: ¿Al fin la liberación?
Michael Moore ha caracterizado a la película Dark Zero Thirty (La Noche Más Oscura en América Latina y España), dirigida por la ganadora del Premio de la Academia Kathryn Bigelow, como una “película para chicas del siglo 21”. Oh, absolutamente: Una película cuya heroína es una agente de la CIA a cargo de un interrogatorio perfeccionado de detenidos en el marco de la Guerra contra el Terror (también conocido como tortura para nosotros los civiles), empeñada en vengarse por sus colegas que perecieron en una explosión causada por un atentado suicida: “Me voy a cargar a todos los implicados en esta operación [que mató a sus amigos]. Y luego voy a matar a bin Laden”. ¡Pasen el regaliz rojo, chicas!
En la actualidad, las mujeres al integrarse plenamente al combate abren posibilidades para una obra completa de “películas de guerra para chicas” de la Sra. Bigelow o de algún prometedor desconocido.
Tan solo imaginemos:
Podríamos empezar con la historia de Sonia, una joven latina con opciones limitadas en la vida que se enrola en las fuerzas armadas. Después de que su vehículo impacta con un artefacto explosivo improvisado (IED es la sigla por la cual se lo conoce en inglés) colocado a la vera de un camino, es regresada a su casa parapléjica. La película continúa luego con su valiente superación de los retos aparentemente insuperables que enfrenta una joven de educación, movilidad y sistema de apoyo limitados, atrapada en el disfuncional sistema de un hospital de veteranos. Podríamos darle posiblemente también un toque femenino a la película Nacido el Cuatro de Julio, pero los films antibélicos no parecen resonar mucho en estos días.
Aquello podría continuar con las experiencias de Paige, capturada en el frente y mantenida en cautiverio, donde es violada por un grupo y sometida a tortura, hasta que finalmente se escapa y logra regresar a su unidad, la cual luego se venga brutalmente de sus atacantes. Añádale una bala o dos en el ojo, y tienes un éxito seguro. Alternativamente uno podría hacer una película de violación y venganza basada en la práctica actualmente común de violación durante el entrenamiento básico—pero ésta carecía del aditamento de los extranjeros trigueños y lugares exóticos que es lo que realmente vende.
Un verdadero dramón podría ser creado en torno a la historia de una mujer a la que llamaremos Jessica, que se encuentra en servicio en el mismo momento que su marido. Sin nadie para cuidar a sus hijos pequeños, se ve obligada a colocarlos en una guardería militar. (Como es caracterizada por Kathleen Gilberd, co-presidente de la Military Law Task Force, que defiende a los padres que enfrentan una detención y medidas disciplinarias, la actitud de las fuerzas armadas para con las obligaciones familiares de los soldados que entran en conflicto con las órdenes militares es: “Si quisiéramos que usted tenga una familia, habría habido una en su bolsa de lona”.) El giro irónico de la película llega cuando Jessica es parte de una operación en Afganistán que resulta en la matanza “colateral” de niños de la misma edad y apariencia que los suyos.
Sí, finalmente este valiente nuevo mundo de mujeres creado absurda y completamente “igual” en virtud de tener que seguir ciegamente órdenes y participar en un abrazador combate por igual abre todo tipo de frescas y nuevas posibilidades cinematográficas. Y justo a tiempo: las películas para chicas ha venido realmente poniéndose rancias, reciclando las mismas vetustas y cansadoras tramas de mujeres que buscan el verdadero amor y la realización.
Como un servicio público a cambio del acceso a los altos mandos militares al hacer películas, el director podría crear entonces una especie de obra grupal, compilando las “mejores” escenas de cada una, para ser examinadas por cada recluta en cada una de las estaciones de reclutamiento militar 24 horas antes de que legalmente pueda ser enlistada. Después de todo, si una mujer tiene que ver una ecografía antes de someterse a un aborto, ¿no es justo que de manera similar esté plenamente informada antes de unirse a cobrar vidas aún más inocentes como parte totalmente integrada de las fuerzas armadas de hoy?
Traducido por Gabriel Gasave
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