Si el Partido Socialista de Gran Bretaña es una autoridad en estas cosas, es oficial: a la luz de las recientes protestas y disturbios civiles anticomunistas, Cuba ha sido degradada a "no es verdadero socialismo" y reclasificada, junto con la URSS y otros fallidos experimentos socialistas, como "en realidad un capitalismo de estado".
La Revolución, al parecer, está ingresando en la última etapa de lo que podríamos llamar el Ciclo de Niemietz, en honor al excelente libro de Kristian Niemietz, que puede descargarse por 0 dólares, Socialism: The Failed Idea That Never Dies (lo reseño aquí y aquí). La primera etapa es la de "luna de miel", en la que parece que las cosas van bien. En contra de lo que podrían pensar los detractores neoliberales, los éxitos a corto plazo parecen demostrar que el socialismo resulta viable.
En la segunda etapa, que Niemietz denomina la etapa de las "excusas y falacias", los crecientes fracasos socialistas se explican como producto de una serie de eventos desafortunados (y totalmente casuales), como el clima en la Unión Soviética y Zimbabue. En el caso de Cuba, se nos dice -como hemos venido escuchando durante seis décadas- que los problemas del país no se deben al socialismo. En realidad, se deben al embargo estadounidense. Si no fuera por el embargo, nos dicen, el régimen sería estable y la Cuba socialista prosperaría.
Creo que el embargo es una terrible idea que debería ser inmediatamente levantada, ya que ha otorgado a los comunistas cubanos un conveniente chivo expiatorio para los problemas de su país. Sin embargo, el embargo no es la causa de las calamidades de Cuba, y la gente que le echa la culpa pasa por alto el hecho de que Cuba comercia muy extensamente con el resto del mundo: ¿cómo cree que los comerciantes canadienses y mexicanos obtienen los puros cubanos que venden a los turistas estadounidenses? No es porque un Rhett Butler cubano los contrabandee a través del bloqueo. Es porque Cuba comercia libremente con todo el mundo. Sospecho que el embargo de los EE.UU. no ha perjudicado a Cuba mucho más de lo que el boicot al "baño transgénero" perjudicó a la cadena Target.
El relato del "embargo" tampoco tiene mucho sentido a la luz de las aseveraciones marxistas sobre el imperialismo y el libre comercio. Por un lado, aprendemos que los países de la "periferia" son pobres porque comercian libremente con países ricos como los Estados Unidos y acogen la inversión extranjera directa. Por otro lado, aprendemos que Cuba es pobre porque no puede comerciar libremente con los Estados Unidos. No estoy seguro de cómo funciona esto sin un montón de suposiciones auxiliares. También ignora la conspicua e inconveniente verdad de que el gobierno cubano restringe las importaciones y sólo ha levantado "temporalmente" estas restricciones para alimentos, medicinas y artículos de aseo en respuesta a las protestas.
En la última etapa del Ciclo de Niemietz, los fracasos se vuelven demasiado obvios como para ignorarlos o explicarlos, y el país es degradado a "no es verdadero socialismo". Los intelectuales occidentales adulaban el experimento de Stalin con el socialismo, y sólo después de que se convirtiera en un notable fracaso aprendimos que "no era verdaderamente socialismo; era estalinismo, y si tan sólo Trotsky hubiera estado al mando en lugar de Stalin…"
Los defensores de Cuba han hecho mucho hincapié en sus programas de alfabetización y en la atención sanitaria; sin embargo, una investigación realizada en 2018 por Gilbert Berdine, Vincent Geloso y Benjamin Powell muestra que, si bien los datos sanitarios cubanos no son exactamente falsos, tampoco son exactamente fidedignos. Incluso si los datos fueran irreprochables, hay otra pregunta importante e incómoda: si Cuba es un paraíso para los trabajadores, ¿por qué hay tanta gente que se esfuerza por irse? Los patrones de migración cuentan la historia más clara. Puede que Cuba dé asilo a intelectuales y disidentes estadounidenses de alto perfil, pero la gente "vota" abrumadoramente contra el socialismo y a favor del capitalismo cuando arriesga su vida para llegar desde Cuba hasta los Estados Unidos. Puede que no sean capaces de fundamentar con principios básicos que expliquen exactamente por qué prefieren el capitalismo al socialismo de una manera que satisfaga a muchos intelectuales, pero demuestran con sus acciones qué sistema les permite vivir como les plazca. Además, unos segundos en Google me sugieren que trasladarse y conseguir un trabajo en Cuba sería en verdad muy, muy difícil, y si este sitio web tiene razón en que "Un profesor universitario puede esperar ganar en la región alrededor de 1.500 CUP (unos 68 dólares al mes)", entiendo por qué tantos intelectuales están plenamente felices de ensalzar las virtudes del socialismo cubano desde cómodos despachos y sillones en los Estados Unidos en lugar de hacer cola para vivir el sueño colectivista.
Podemos sentarnos todo el día a debatir los méritos y deméritos del socialismo, si Cuba es o no un "verdadero socialismo ", si su aparente reclasificación es o no una degradación o un ascenso (como lo llama el sitio Babylon Bee), y lo que los intelectuales piensan que la gente debería hacer y querer. Alternativamente, podemos observar el miserable historial del socialismo y tratar de aprender de lo que la gente verdaderamente hace y verdaderamente anhela. Decir retroactivamente "En realidad, eso no es verdadero socialismo" sobre la revolución cubana no cambiará el hecho de que la gente vota por la libertad y contra el socialismo en cantidades abrumadoras.
Traducido por Gabriel Gasave
Cuba es degradada a "no es verdadero socialismo"
Si el Partido Socialista de Gran Bretaña es una autoridad en estas cosas, es oficial: a la luz de las recientes protestas y disturbios civiles anticomunistas, Cuba ha sido degradada a "no es verdadero socialismo" y reclasificada, junto con la URSS y otros fallidos experimentos socialistas, como "en realidad un capitalismo de estado".
La Revolución, al parecer, está ingresando en la última etapa de lo que podríamos llamar el Ciclo de Niemietz, en honor al excelente libro de Kristian Niemietz, que puede descargarse por 0 dólares, Socialism: The Failed Idea That Never Dies (lo reseño aquí y aquí). La primera etapa es la de "luna de miel", en la que parece que las cosas van bien. En contra de lo que podrían pensar los detractores neoliberales, los éxitos a corto plazo parecen demostrar que el socialismo resulta viable.
En la segunda etapa, que Niemietz denomina la etapa de las "excusas y falacias", los crecientes fracasos socialistas se explican como producto de una serie de eventos desafortunados (y totalmente casuales), como el clima en la Unión Soviética y Zimbabue. En el caso de Cuba, se nos dice -como hemos venido escuchando durante seis décadas- que los problemas del país no se deben al socialismo. En realidad, se deben al embargo estadounidense. Si no fuera por el embargo, nos dicen, el régimen sería estable y la Cuba socialista prosperaría.
Creo que el embargo es una terrible idea que debería ser inmediatamente levantada, ya que ha otorgado a los comunistas cubanos un conveniente chivo expiatorio para los problemas de su país. Sin embargo, el embargo no es la causa de las calamidades de Cuba, y la gente que le echa la culpa pasa por alto el hecho de que Cuba comercia muy extensamente con el resto del mundo: ¿cómo cree que los comerciantes canadienses y mexicanos obtienen los puros cubanos que venden a los turistas estadounidenses? No es porque un Rhett Butler cubano los contrabandee a través del bloqueo. Es porque Cuba comercia libremente con todo el mundo. Sospecho que el embargo de los EE.UU. no ha perjudicado a Cuba mucho más de lo que el boicot al "baño transgénero" perjudicó a la cadena Target.
El relato del "embargo" tampoco tiene mucho sentido a la luz de las aseveraciones marxistas sobre el imperialismo y el libre comercio. Por un lado, aprendemos que los países de la "periferia" son pobres porque comercian libremente con países ricos como los Estados Unidos y acogen la inversión extranjera directa. Por otro lado, aprendemos que Cuba es pobre porque no puede comerciar libremente con los Estados Unidos. No estoy seguro de cómo funciona esto sin un montón de suposiciones auxiliares. También ignora la conspicua e inconveniente verdad de que el gobierno cubano restringe las importaciones y sólo ha levantado "temporalmente" estas restricciones para alimentos, medicinas y artículos de aseo en respuesta a las protestas.
En la última etapa del Ciclo de Niemietz, los fracasos se vuelven demasiado obvios como para ignorarlos o explicarlos, y el país es degradado a "no es verdadero socialismo". Los intelectuales occidentales adulaban el experimento de Stalin con el socialismo, y sólo después de que se convirtiera en un notable fracaso aprendimos que "no era verdaderamente socialismo; era estalinismo, y si tan sólo Trotsky hubiera estado al mando en lugar de Stalin…"
Los defensores de Cuba han hecho mucho hincapié en sus programas de alfabetización y en la atención sanitaria; sin embargo, una investigación realizada en 2018 por Gilbert Berdine, Vincent Geloso y Benjamin Powell muestra que, si bien los datos sanitarios cubanos no son exactamente falsos, tampoco son exactamente fidedignos. Incluso si los datos fueran irreprochables, hay otra pregunta importante e incómoda: si Cuba es un paraíso para los trabajadores, ¿por qué hay tanta gente que se esfuerza por irse? Los patrones de migración cuentan la historia más clara. Puede que Cuba dé asilo a intelectuales y disidentes estadounidenses de alto perfil, pero la gente "vota" abrumadoramente contra el socialismo y a favor del capitalismo cuando arriesga su vida para llegar desde Cuba hasta los Estados Unidos. Puede que no sean capaces de fundamentar con principios básicos que expliquen exactamente por qué prefieren el capitalismo al socialismo de una manera que satisfaga a muchos intelectuales, pero demuestran con sus acciones qué sistema les permite vivir como les plazca. Además, unos segundos en Google me sugieren que trasladarse y conseguir un trabajo en Cuba sería en verdad muy, muy difícil, y si este sitio web tiene razón en que "Un profesor universitario puede esperar ganar en la región alrededor de 1.500 CUP (unos 68 dólares al mes)", entiendo por qué tantos intelectuales están plenamente felices de ensalzar las virtudes del socialismo cubano desde cómodos despachos y sillones en los Estados Unidos en lugar de hacer cola para vivir el sueño colectivista.
Podemos sentarnos todo el día a debatir los méritos y deméritos del socialismo, si Cuba es o no un "verdadero socialismo ", si su aparente reclasificación es o no una degradación o un ascenso (como lo llama el sitio Babylon Bee), y lo que los intelectuales piensan que la gente debería hacer y querer. Alternativamente, podemos observar el miserable historial del socialismo y tratar de aprender de lo que la gente verdaderamente hace y verdaderamente anhela. Decir retroactivamente "En realidad, eso no es verdadero socialismo" sobre la revolución cubana no cambiará el hecho de que la gente vota por la libertad y contra el socialismo en cantidades abrumadoras.
Traducido por Gabriel Gasave
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