La hipocresía de indignarse por Venezuela, y callar sobre Cuba

Los países latinoamericanos merecen crédito por sus recientes denuncias de lo que muchos ya llaman la dictadura venezolana, pero me cuesta entender por qué no hacen lo mismo con la dictadura cubana. Cuando se trata de Cuba, todos miran para otro lado.
Estaba pensando en eso cuando leí acerca de las elecciones cubanas del 22 de octubre para los miembros de las asambleas municipales. Será la primera de varias elecciones estrictamente controladas que terminarán con la elección de la Asamblea Nacional que decidirá quién sucederá al presidente Raúl Castro, de 86 años, que ha prometido dejar su cargo en febrero de 2018.
Pero, obviamente, la Asamblea Nacional de Cuba será sólo un sello de goma para ratificar a quien elija Castro. Cuba es una dictadura hereditaria desde 1959, y Castro quiere que lo siga siendo.
Lea el resto del artículo aquí.
- 23 de julio, 2015
- 16 de junio, 2012
- 8 de junio, 2012
- 18 de marzo, 2013
Artículo de blog relacionados
La Tercera Tiene que pensarse bien la atribulada derecha francesa si quiere darle...
5 de julio, 2014Libertad Digital, Madrid Leo en Cinco Días que para Galbraith "las causas de...
19 de enero, 2009- 12 de septiembre, 2013
El Mercurio Los críticos del sistema económico basado en la propiedad privada y...
8 de abril, 2009