Paraguay: Libre mercado en el transporte público
ABC Color, Asunción
Desde que el actual gobierno decidió de manera correcta acabar con los subsidios a las empresas de transporte público, empezaron inmediatamente las protestas por parte de los usuarios exigiendo el abaratamiento del pasaje y un mejor servicio. El subsidio empujó el precio del pasaje hacia abajo, pero lo hizo de modo artificial y, ahora, ocurre que hay que pagar más por el mismo servicio que sigue ineficiente.
En tal sentido, y si bien a los usuarios nos interesa la suerte directa de nuestros bolsillos, no deberíamos olvidar que también el subsidio –que ahora ya no existe– era una forma de robarnos parte de nuestro dinero de modo indirecto, en proporción a la corrupción que finalmente provocaba.
A aquella medida positiva de dar por finalizado el subsidio, se suma en estos momentos la oportunidad de encarar a fondo el tema del transporte de pasajeros del área metropolitana. El precio del pasaje, la calidad del servicio y el plazo de duración de las licencias se encuentran en estrecha relación.
En tal sentido, el mejor modo de avanzar hacia un sistema que beneficie a los usuarios consiste en liquidar de una vez por todas con el actual sistema estatista. La Dirección Nacional de Transporte (Dinatran) debe ser abolida. El servicio de transporte debe formar parte como atribución de los municipios, de modo a incentivar la genuina descentralización.
Las adjudicaciones deberán estar expuestas a constantes controles sobre la calidad del servicio con un informe periódico por parte del municipio y de los usuarios directamente involucrados. Los contratos deben contener cláusulas penalizadoras en los que se establezcan sanciones que irían de menor a mayor, hasta la pérdida de la adjudicación, de acuerdo a los cumplimientos o no de las obligaciones establecidas a las empresas.
Todo esto que parecería ser una cuestión de mero trámite, sin embargo, no podría resultar positivo para el servicio de calidad que la gente desea si los precios de los pasajes continúan como ahora supeditados a órdenes monopólicas, contrarias a la libre competencia y, por tanto, violatorias del artículo 107 de la Constitución Nacional.
Eso de fijar el precio del pasaje como si fuera que la cantidad de pasajeros es estática en cuanto a su número y movilidad y que se puede seguir ofreciendo el mismo pésimo servicio sin que interese lo que la gente piensa y desea, es lo más contrario a las elementales lecciones de economía, de respeto por los derechos de los individuos y hasta del sentido común.
Los precios del pasaje pueden subir y bajar. Dependen de la demanda y de la cantidad de nuevos oferentes que participan en el servicio de transporte. Los precios de esta manera se van modificando dando lugar a la competencia de los oferentes, esto es, de las diversas empresas que ofrecen el servicio en el respectivo tramo de recorrido.
Para que esto ocurra es necesario que los tramos se encuentren abiertos a la participación de cualquier oferente o empresa que desee participar, siempre y cuando cumplan con los requisitos de calidad. La posibilidad cierta de que nuevas empresas participen y ofrezcan sus servicios, hará que aquellas que ya se encuentren adjudicadas se muestren comprometidas con sus usuarios, prestando en todo momento el servicio de alta calidad que todo cliente exige por el pago que realiza.
En el transporte público –que por ser público no significa estatal– no hay razón alguna que impida hacer funcionar el mercado libre mediante un sistema de control de calidad, frecuencias e inspecciones de los vehículos. El segmento del transporte de pasajeros es ciertamente un buen negocio, se gana buen dinero, pero se tiene que dar buen servicio. En el presente muchos se enriquecen sin prestar el debido servicio por el cobro que hacen a la gente.
Con un mercado libre en el transporte de pasajeros sucederá lo contrario. Las ganancias y pérdidas de las empresas dependerán de lo que los usuarios decidan. Se premiará con mayores ganancias a aquellas que sirvan a los propósitos de viajar cómodos, seguros y a un buen precio y se castigará con pérdidas a las que no lo hagan.
El autor es Decano de Currículum de UniNorte. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado” y “Cartas sobre el liberalismo”.
- 25 de noviembre, 2013
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- 25 de marzo, 2015
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