Congresista cubanoamericano se une al coro de loas a la medicina cubana
El humo y andamiaje propagandístico otra vez
proyectan a nivel mundial un producto farmacéutico producido por la dictadura
cubana. Se trata del Heberprot-P, medicamento utilizado para tratar pacientes
con úlceras del pie diabético en estados avanzados. Según los apologistas de
esa medicina, su aplicación por vía perilesional e intralesional estimula la
granulación y re-epitelización aceleradas de las úlceras, reduce el tiempo de
cicatrización de este tipo de lesiones, con lo que se logra reducir
significativamente el número de desbridamientos y el riesgo de amputación en
los enfermos. El tratamiento consiste en administrar el mismo a razón de 75 mg,
diluidos en 5 ml de agua para inyección, tres veces por semana, hasta un máximo
de ocho semanas. Puede ser usado sin impedimentos en diabéticos de cualquier
edad, sexo o raza.
Como es de suponer, con una carnada como esta es
fácil que muchos peces caigan y otros se dejen caer. Digamos que ya salió a la
luz un hecho nuevo, en medio de una ya vieja estrategia implementada por el
aparato de inteligencia, y de un esperado comportamiento, aunque siempre
sorpresivo por su repercusión. Hablo del cabildeo con el que ha salido el
influyente cubanoamericano, actualmente congresista federal, Yoe García,
dirigido a conseguir autorización para que el Heberprot-P se comercialice en
los EEUU. Ni corto ni perezoso, el congresista cubano-estadounidense utiliza
como justificación que impulsa una iniciativa humanitaria, alejada del asunto
político, y que su preocupación es ayudar a los millones de diabéticos
norteamericanos que pudieran evitar amputaciones. Y argumenta, en coincidencia
con la demagogia del castrismo, que esa medicina es efectiva en la cura y
prevención de lamentables consecuencias padecidas por los pacientes aquejados
de altos niveles de azúcar en la sangre. Llegado a este punto, es hora de
asegurar que este Sr. acaba de tirar el incómodo disfraz de lana y muestra sus
pelos y afilada dentadura.
Es imprescindible recordar el desenlace de
anteriores "avances" de impacto mundial del sistema médico de la
dictadura. La efectiva y amplia propaganda del castrismo y sus acólitos lanzó
al mercado hace unos años la Melagenina, otro de los medicamentos producidos por
el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, como la cura milagrosa del Vitíligo,
y se comprobó con el tiempo que su utilidad es casi nula. Historia parecida
sucedió con los espectaculares resultados que anotaron a la vacuna de la
Hepatitis-B, la que vendieron a varios países, entre ellos a Brasil. Después de
morir varios niños inmunizados con dicha vacuna se desechó la comercialización
de ese producto en el país carioca. El afamado en su época, PPG, resulto ser
una falsa en cuanto a utilidad. Y supuestamente gracias al medicamento derivado
del veneno de una especie de alacranes, Cuba es el único lugar del mundo donde
se cura el cáncer. En el resto de los países el cáncer sigue siendo a estas
alturas una enfermedad incurable.
Queda claro, sin la menor duda, que el congresista
García no se basa en criterios científicos para influir en el Congreso de EEUU
a favor de los Castro. Y ni siquiera amerita cuestionar si la industria
farmacéutica cubana pudiera competir en calidad y resultados con los monopolios
farmacéuticos norteamericanos, europeos, japoneses, alemanes, canadienses…
por sacar a relucir unos pocos ejemplos. Aun mas irreal o ficticio resultaría
el dar a entender que un medicamento producido por la destartalada industria de
la dictadura, fuera de mejor calidad o efectividad que los producidos en esos
otros países.
El beneficio para el pueblo cubano de la medida que
impulsa, Yoe García, es ninguna. En cambio, en un momento de colapso total de
la economía castrista y de la gravísima para ellos amenaza de perder el
subsidio venezolano del que sobreviven como parásitos, representa un beneficio
económico más que significativo para el régimen totalitario. La venta de esas
medicinas en el mayor mercado del mundo representaría la entrada de jugosos
millones de dólares al bolsillo de los Castro, sacados del lomo del gobierno y
pueblo norteamericano. Dinero que no se emplearía en construir la democracia
para los compatriotas del Sr. García. De sobra sabe el congresista que lo
utilizarían para reforzar la persistencia en el poder, equipando con más
recursos el aparato represivo encargado de garantizar el sojuzgamiento del
pueblo cubano mediante los mecanismos de terror y castigo. Y en la jugada
política que bien sabe el cubano, Yoe, es su verdadera intención, si logra que
se autorice la comercialización de ese producto, representaría para el régimen
de los Castro abrir un considerable agujero al embargo norteamericano, sin
necesidad de variar en lo más mínimo el desprecio e irrespeto por las libertades
y derechos de los cubanos de la isla.
Ahora podemos preguntarnos… ¿es el congresista
Yoe García un patriota sensibilizado con el sufrimiento del pueblo cubano? ¿Lo
mueve en esta acción el compromiso magnánimo con el bienestar del pueblo
estadounidense? Creo que la labor de alguien tan dañina como la agente
descubierta y presa por traición en la actualidad, Ana Belén Montes, pudiera
ser superada muy pronto.
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