Venezuela: Prohibido Milton Friedman
A propósito del artículo de la semana pasadarecibí el siguiente correo electrónico de un lector: "Yo tuve la oportunidad de tomar dos cursos de macroeconomía. El primero de ellos fue en la Universidad Metropolitana, con un profesor que recomendó para el curso tres libros de texto y, simultáneamente, dio una lista de otros libros y autores que no debíamos leer, entre ellos Robert Barro. Esto me dejó sumamente impresionado, por lo que presté mucha atención al curso y, por supuesto, no pude dejar de leer la lista prohibida".
A mí me sucedió algo similar. Mi primer curso de macro lo recibí en la misma universidad, y el profesor de turno después de recomendar los libros de Sachs-Larraín y el de Dornbusch-Fisher dijo: "prohibido Milton Friedman… Es un economista peligroso". Pero lamentablemente no tuve criterio para "desobedecer" al profesor.
Nos enseñaron el modelo básico keynesiano. Aprendí este modelo con mucha pasión, y deseé su aplicación plena en el país. En tertulias y discusiones con amigos defendí la "competitividad" del tipo de cambio, argumenté que la inflación era muy baja, y denuncié que el gobierno estaba "interviniendo" muy poco para rescatarnos del desequilibrio.
Cuando años más tarde inscribí otro curso de macroeconomía para profundizar el modelo IS-LM me llevé una gran sorpresa. Resulta que el modelo keynesiano no era el único modelo. Más aún, que existe un debate sobre su capacidad para explicar lo que sucede y para instrumentar una política económica que resulte en un aumento del bienestar individual y familiar. Y también, que en el debate hay diversas escuelas: neoclásicos, neokeynesianos, austríacos, monetaristas, etc. Fue todo muy confuso, y me generó gran resistencia. Era como si hubiera estado ciego. Me costó entrar en el diálogo y participar en el debate. Menos mal que los preconceptos y prejuicios no me impidieron la convivencia con otras posturas. Y no es una tontería lo que digo. He conocido personas que han quedado incapacitadas para contrastar y mejorar lo que saben.
Respeto las posiciones y simpatías a los diversos modelos, pero no se puede tolerar que se presente como verdad única algo que ni siquiera recibe evidencia empírica sistemática, y más sabiendo que muchos artículos, libros, etc., critican aspectos esenciales de algo que se enseña. Además, omitir otras posiciones, o ridiculizarlas, es una dictadura de cátedra que no se debe tolerar; más aún, si se trata de unos estudiantes que están formando su criterio. Me atrevo a decir que la enseñanza de macroeconomía en Venezuela está sesgada. Obviar las críticas de Lucas y Friedman, y no contrastar con los modelos del libro de Barro refleja poca seriedad académica.
El sesgo del enfoque keynesiano es que ve todo desde el punto de vista del gobierno, ignorando la acción de la persona y su bienestar. En Venezuela se amplifica el sesgo por simpatías ideológicas a posturas que están relacionadas con el miedo y desconfianza a la libertad de elección individual, y la creencia de que el planificador es el único capaz de acertar: las familias no deciden nada en el modelo IS-LM. Precisamente Milton Friedman, con su esposa, escribió una obra que se llama donde argumenta que el libre mercado es una institución que sirve a los miembros de la sociedad para alcanzar sus objetivos. Quizá la falta de promoción de estas ideas en Venezuela se debe a que sus análisis están centrados en la persona y la familia, una defensa de la propiedad para proteger a los ciudadanos de los caprichos del planificador, y una defensa de la libertad de elección. La libertad, y sobre todo el libre mercado, son temas que generan mucha suspicacia en el país. ¿Por qué se le tiene miedo a la libertad? Ser libres para elegir. En Venezuela todo está entubado desde hace décadas. ¿Por qué no se promociona la libertad?
Economía neoclásica, monetarista, austríaca y keynesiana. Cursos de macro equilibrados. Espero que todas las escuelas de economía del país y sus profesores sean más eclécticos. Aunque se debe decir que se perciben nuevos enfoques gracias al incipiente rechazo a la planificación central.
Aprovecho para difundir un hallazgo empírico reciente sobre el multiplicador (keynesiano). Este link los llevará al abstract de un paper de Aart Kraay que está por salir en The Quaterly Journal of Economicdonde consigue evidencia de que el gasto público tiene un efecto muy pequeño (raramente diferente de cero) en la producción.
@DanielMoralesR
- 23 de julio, 2015
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