Buenos Aires: la imagen de la privación
El Imparcial, Madrid
La semana pasada tuve oportunidad de asistir a la presentación del informe final de una investigación realizada en la Universidad Católica Argentina sobre las acciones que realizan las Organizaciones de la Sociedad Civil en las villas de la Ciudad de Buenos Aires.
Se trata de un proyecto interdisciplinario que involucró a sociólogos, politólogos y economistas de la citada institución quienes, con probada capacidad de análisis, rigor metodológico y sensibilidad suficiente para abordar un tema esencialmente complejo, dieron cima a un trabajo en más de un aspecto revelador que es de esperar se difunda y promueva no sólo futuras líneas de investigación sino otras iniciativas enderezadas a mejorar la situación de las miles de personas que hoy habitan, en condiciones de extrema precariedad, en esos asentamientos.
Más precisamente, el informe recuerda que, según estadísticas oficiales, la población de las villas asciende a más de 160.000 habitantes, lo que representa el 5,7 % del total de la ciudad, con una presencia importante de componente migratorio de países limítrofes. Si se tiene en cuenta que en 1991 ese número no sobrepasaba los 52.000, el incremento poblacional que se ha producido en dos décadas es de veras llamativo, máxime si se contemplan los niveles de subregistro contenidos en la información oficial. Por otro lado, el informe da cuenta (entre otros datos relevados) de un notorio déficit de salubridad, críticos indicadores de hacinamiento, alta propensión a la mortalidad infantil y un incremento de la inseguridad y la violencia en gran medida generado por la comercialización y el consumo de drogas. Finalmente, el texto abunda en consideraciones de sumo interés sobre el alcance, los servicios que brindan y las fuentes de financiamiento de las Organizaciones de la Sociedad Civil que operan en las villas estudiadas de Bajo Flores y de Barracas, entre las cuales las de origen religioso y los comedores comunitarios son las que cuentan con mayor cantidad de beneficiarios o participantes.
Entre sus conclusiones, el informe nos invita a prestar mayor atención a un fenómeno cuya persistencia, aun en contextos de expansión y crecimiento económico, pone a Buenos Aires frente a un grave problema de segregación social que, lejos de haberse atenuado, se ha visto acrecentado ante la mirada elusiva del resto de la sociedad, la falta de políticas adecuadas para su tratamiento y a pesar incluso de la cantidad y la efectividad de muchas acciones que no alcanzan con todo para producir una gestión coordinada.
Mientras tanto, trabajos como éste presentado por la Universidad Católica Argentina, más allá de sus evidentes méritos académicos, sin duda constituyen un aporte valioso en la búsqueda de soluciones a una realidad que lastima y con la que estamos claramente en deuda.
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