El escándalo de Solyndra
Por Xavier Serbia
El Presidente Obama no solo enfrenta un alto nivel de desempleo, bajo crecimiento económico y menos apoyo a su gestión económica, su compañía ejemplar declaró bancarrota.
Solyndra: ejemplo de crecimiento
Solyndra Inc., compañía basada en Fremont, California, es un fabricante de la nueva generación de paneles solares. Ella nace en el 2005 en un momento que el gobierno está apoyando el desarrollo de la industria de energía renovable. Capital privado apostó más de mil millones de dólares en Solyndra
Pero, el gobierno debía marcar el camino. Parte de la plataforma económica de Obama se basa en que el gobierno invierta activamente en programas de investigación y desarrollo de tecnología renovable. Y la responsabilidad del gobierno federal es liderar con el ejemplo apoyando financieramente este tipo de aventura comercial.
Es así que en el 2009, como parte del paquete de estímulo de $825 mil millones de dólares para supuestamente generar crecimiento económico y ayudar a bajar el desempleo, $535 millones de dólares son destinados a Solyndra en forma de préstamo.
En mayo 26 del 2010, Obama hizo una parada en las instalaciones de la fábrica para hacer un discurso televisado sobre su política económica energética. En el mismo discurso, Obama le dio su respaldo a la empresa: "el verdadero motor del crecimiento económico siempre han sido empresas como Solyndra."
Solyndra en bancarrota
El problema es que Solyndra nunca generó ganancias. Especialistas argumentan que la compañía apostó que los precios de los paneles y la instalación se mantendrían altos. Y se equivocaron en ambas apuestas.
Los costos de fabricación eran demasiado altos en un mercado que cada vez más se convierte en una materia básica. El secreto está en el bajo costo y en el volumen. Mientras los paneles solares fabricados en China son 10%-20% menos que los hechos en Estados Unidos, Solyndra los vendía a 100% más que los chinos.
Así después de casi seis años de existencia, esta compañía muy bien conectada políticamente cerró sus puertas el pasado 31 de agosto acogiéndose a la corte de bancarrota. ¿Razón? No pudo competir con rivales más grandes. Cerca de 1200 empleados recibieron la noticia. La situación financiera fue tan desastrosa que los empleados no recibieron ni paquete de despido.
Surgen los cuestionamientos
Aunque la noticia sorprendió a los empleados, no a otros que sabían sobre la situación financiera de la compañía incluso durante el mismo periodo que recibió el préstamo millonario.
Según documentos obtenidos por el Centro de Integridad Pública y la cadena de noticias ABC usando la ley de libertad de información, descubrieron que en el 2008, la compañía tenía calificación b+ lo que sería menos que optimista. Surge la pregunta: ¿Por qué prestarle $585 millones de dólares ha una compañía que genera perdidas?
Incluso investigaciones de la Oficina de Auditoria del Gobierno, parte del Congreso Federal, publicó una investigación donde encontró favoritismo en el otorgamiento de préstamo a compañías en la industria de energía renovable.
El pasado 9 de septiembre, el Buró de Investigaciones Federales -FBI por sus siglas en inglés- hizo un allanamiento a la compañía, a la casa del ejecutivo principal y a la del fundador de la compañía. Aunque el gobierno no ha querido discutir los detalles del allanamiento o la investigación, recogieron documentos físicos y electrónicos.
Existen cuestionamientos sobre un posible rol de la Casa Blanca en el otorgamiento del préstamo a Solyndra. Uno de los principales inversionistas de la compañía, George Kaiser, multimillonario de Oklahoma, fue uno de los principales recaudadores de fondos electorales del Presidente Obama durante las elecciones del 2008. Según reportes periodísticos, oficiales de la empresa e inversionistas, entre ellos Kaiser, han hecho no menos de 20 visitas a la Casa Blanca entre marzo del 2009 y abril del 2011.
Esto apenas comienza
No se sabe si los ejecutivos e inversionistas engañaron al gobierno para asegurar el préstamo. No se sabe si la Casa Blanca intercedió en el otorgamiento del préstamo a pesar del pobre nivel financiero de la empresa.
Mientras Presidente Obama sale a promover su nuevo plan de estímulo de $447 mil millones de dólares, el caso de Solyndra valida el cuestionamiento sobre la eficiencia de los paquetes de estímulo del gobierno, las políticas de energía renovable dirigidas por la Casa Blanca y si debe seguir siendo el contribuyente el que tome la factura de los fracaso económicos de Washington posiblemente para pagar favores políticos.
Este caso no solo dificulta la venta de su nuevo plan económico, también pudiera tener seria repercusiones política.
Al final tú decides.
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