El discurso del método

Por Carolina Barros
Fue otro Hugo Chávez el del discurso emitido por TV el jueves a la noche. Sin el vozarrón de siempre, sin improvisar una sola línea, sin sonreír jamás, por primera vez en su vida política (iniciada en 1992, cuando encabezó el golpe militar contra el presidente Rafael Caldera), Chávez leyó. Otro Chávez. Acotado, sin desbordes. En desventaja.
Dicen que armó el discurso con la ayuda de Fidel Castro y de su hija Rosinés. Dicen también que fue grabado tres veces para presentar una versión editada y prolija, que mejorara las chapucerías emitidas en los días anteriores, donde se lo veía, de jogging, caminando y conversando con un Fidel de geriátrico, de dentadura floja, vacilante y arrastrando los pies. La imagen de la(s) tiranía(s) desarmada(s).
Por eso el jueves 30 de junio pidió volver al escenario clásicamente chavista, con bandera tricolor y retrato del Libertador Simón Bolívar a su espalda. Los atributos del poder de siempre para quince minutos de escuetas descripciones de cuadros clínicos, agradecimientos a la revolución cubana, su medicina y el "tíoFidel", invocaciones religiosas y un reconocimiento al apoyo del pueblo en Venezuela. ¿De gobernar? Nada.
Chávez, desde La Habana sólo buscó corregir, con su explicación ex post, los dislates comunicacionales (y mentiras) de su desinformado gabinete en Caracas. Tampoco se refirió a cuál era el tenor, gravedad y localización de su cáncer. Menos aún, a por cuánto se prolongaría su tratamiento. Tampoco a cuándo pensaba volver a Venezuela para hacerse cargo plenamente del gobierno. Y menos que menos mencionó si delegaba o no en su Vicepresidente Elias Jaua. La cuestión era, simplemente, dar prueba de vida y enmendar el desastre de desinformación y rumores que desde el 10 de junio, día de su operación por un "absceso pélvico", inunda a Venezuela.
No hubo todavía traspaso del poder (Chávez está fuera de Venezuela con una autorización de viaje de la Asamblea Legislativa, que no tiene indicada fecha de regreso: hasta ahora no endosó la presidencia en su vice Jaua). ¿Habrá traspaso?, es la pregunta de la prensa y la oposición. La respuesta: no, por ahora. Fue el mismo vice Jaua, quien minutos después del discurso "cubano" de Chávez, ratificó que "seguía las instrucciones del Comandante" y que "Chávez estaba al frente de Venezuela". La Asamblea Nacional también hizo lo propio: "el Presidente se encuentra en funciones", dijo. En la misma línea se pronunció el PSUV, el partido socialista chavista.
Así, a pesar de estar prisionero de su enfermedad en Cuba, Hugo Chávez no se bajó del mando. Ni piensa hacerlo. (Otro video, grabado el miércoles en La Habana y difundido este viernes, lo muestra reunido con parte de su gabinete). En cuanto al 5 de julio, Bicentenario de la Independencia de Venezuela y fecha en que se pensaba estaría presente el mandatario bolivariano, el chavismo entero decidió tragar saliva, se impuso una sonrisa y convocó a la gente a la calle. Ya empezaron los festejos: para Hugo Chávez, que lo mira por TV. Desde La Habana, por ahora sede del gobierno y capital de Venezuela.
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