Estado de Derecho

Por Manuel F. Ayau Cordón
Descalificar una idea porque es vieja no es un argumento lógico y evidencia inmadurez intelectual.
Si como argumentan los Marxistas, dar preeminencia a los derechos individuales es “regresar a los principios liberales de 1871” (nunca aplicados), entonces adoptar los principios del Socialismo de Marx sería regresar a 1848 y adoptar la Democracia sería regresar a la Grecia antes de Cristo. Y considerar inválido un principio por el hecho de que quien primero lo enunció ya se murió, habría que invalidar los Diez Mandamientos porque Moisés murió hace mucho, y también la Regla de Oro porque Confucio tampoco está con nosotros.
Los derechos individuales que critican quienes se oponen a proReforma son precisamente los que definen un estado de derecho, la libertad de toda persona individual que reclama su libertad dentro de los límites que impone el recíproco respeto a los iguales derechos ajenos. Estos incluyen el derecho a su vida, a la propiedad de los bienes adquiridos legítimamente, a escoger con quien se asocia, a escoger oficio, profesión, religión o conyugue, al respeto de su privacidad, etcétera.
Lo que es para mí incomprensible, es cómo aún hay personas que rechazan la sociedad basada en esos principios éticos y normas de conducta que definen un estado de derecho. Parece que suspiran por un feudalismo paternalista con la diferencia de que el principado no es heredado sino es electo como secretario general del partido y que justifica y legaliza toda violación a los derechos de las personas aduciendo que es de interés social, como si no fuese de interés social respetar sus derechos.
La pregunta que nos debemos hacer todos los guatemaltecos ante la propuesta de enmienda constitucional de proReforma, no es complicada ni requiere sofisticados argumentos. La pregunta es: ¿queremos una Guatemala regida por un sistema obviamente fracasado, comprobado por los resultados de pobreza y violencia que estamos sufriendo? ¿Queremos continuar con un sistema que le da preeminencia a los intereses de grupos políticamente influyentes sobre nuestros derechos individuales? Si la respuesta es afirmativa deberá rechazarse la propuesta. Pero si queremos un cambio que se base en la preeminencia de nuestros derechos sobre los intereses de cualquier persona o grupo, aceptando los costos y beneficios que implica el respeto a nuestros mutuos derechos, debemos aprobar la enmienda propuesta por proReforma, aunque sepamos que no hay nada perfecto.
Es una realidad histórica que los pueblos han prosperado en el grado que se respetan sus derechos individuales los cuales hacen las veces de reglas del juego: todos podemos hacer lo que no ha sido prohibido con objeto de proteger los iguales derechos individuales de todos. La ley es prioritariamente para evitar que unos violen los derechos de otros y no para decirle a la gente lo que debe hacer como si fuesen siervos o esclavos, dizque por el bien social. Cuando la ley respeta la libertad de todos los miembros de la sociedad solamente hay una manera de prosperar: sirviendo al interés social, es decir, al interés de los demás, de acuerdo con las prioridades de los demás, los gustos de los demás, y el poder adquisitivo de los demás. Eso es así porque como “los demás” también tienen derecho de escoger con quien intercambian o se asocian, escogerán a quienes mejor le sirven y contribuyen al bienestar de su familia.
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