Nueva cortina de hierro y larga noche de corrupcion
La amenaza de una nueva URSS y de una nueva cortina de hierro se desliza en la puerta de América. Esto constituye la propuesta de la “Unión de Repúblicas Socialistas Sudamericanas”, con Venezuela como la nueva Rusia socialista, Chávez como el nuevo Stalin y los presidentes de las repúblicas menores, sus títeres.
El socialismo del siglo XXI no existe. No conozco filósofo alguno que haya escrito sobre este socialismo que en realidad es el socialismo antiguo y obsoleto, enmarcado sólo por el tiempo en un nuevo siglo. Y las atrocidades cometidas por este socialismo durante el siglo pasado están bien registradas en la historia, desde pactos con el nazismo, otra organización socialista nacionalista, hasta la destrucción de sus propios ciudadanos con el fin de obtener sus objetivos mezquinos.
Al igual que Rusia que intercambiaba su petróleo por azúcar cubana, que abundaba y nadie más quería, Venezuela envía petróleo a Cuba a precios reducidos, mientras su pueblo, al igual que el pueblo soviético de entonces, sufre necesidades y pobreza. Y la calculada generosidad de Chávez se extiende a nuestro país para que se instale una Asamblea Constituyente, con agenda desconocida, prepararando el piso para que se establezca en Ecuador una sociedad en la que el despotismo y la pobreza imperen. Mientras que al pueblo ecuatoriano se le vende la idea de la Asamblea Constituyente, de la cual apenas se conocen las dos palabras que constituyen su nombre. Nadie sabe qué se quiere reformar, pero la mayoría equivocadamente cree que esta Asamblea resolverá los problemas políticos, sociales, económicos y jurídicos que afectan a nuestra sociedad, cuando el problema no radica en las leyes sino en el irrespeto y violación de éllas y su impunidad.
Nuestro Presidente tampoco sabe qué es lo que quiere reformar ya que ha pedido al CONESUP y a decanos de universidades que le preparen un texto de reformas constitucionales que él y sus coidearios debieron haber preparado y expuesto a la ciudadanía durante la campaña electoral y que aún en el poder no lo han hecho todavía. Mientras tanto, continúa la agitación a ciudadanos listos para protestar violentamente, caotizando al país y llevándolo a una parálisis económica para, luego de ahondar el caos imperante, declarar la emergencia en cuanto sector sea posible, aplicándose al mismo tiempo políticas populistas de repartir limosnas a los pobres, sin la correspondiente creación de riqueza que las justifique, así como también políticas divisionistas con afán electorero, y hasta utilizando nuestro fondo de ahorro y contingencia, que debe ser mantenido para su uso en caso de ocurrir calamidades imprevistas.
¿Es este socialismo, pregonado por amantes del golpismo, el que quiere el país como sistema político? La ciudadanía ecuatoriana quiere trabajo y en la constitución de un país libre no se puede determinar el sistema político que va a regir su destino económico. En los países libres hay elecciones y la constitución no debe ser una camisa de fuerza para el gobierno de turno. El Gobierno actual puede manejar el país con su estilo y su filosofía durante el período para el cual fue elegido y nada más. Ninguna constitución debe determinar que nuestros futuros gobernantes manejen el país con una determinada filosofía, sea ésta socialista o de cualquier otra índole ya que la mayoría de los problemas económicos del país pueden ser resueltos con decisiones económicas acertadas, sin necesidad de la aprobación del Congreso y sin la necesidad de una nueva constitución.
Ahora que se ha convocado la consulta popular, que nuestro Presidente se dedique a gobernar, puesto que, después de todo, para éso le paga el pueblo y no para estar en constante proselitismo político malgastando los dineros del Estado en un despilfarro sinfín usando la chequera del Estado para conseguir el voto popular en este año electoral.
Y si quiere combatir la corrupción, que se entienda que el aumento del tamaño del sector público, con la creación de nuevos Ministerios y Secretarías de Estado, con media docena de Superministros para que supervisen a los Ministros, no facilitará este combate puesto que las instituciones del Estado tienen mucho más personal del necesario, lo que contribuye a la ineficiencia y la corrupción.
La corrupción existe en sistemas de derecha o de izquierda o populistas. La larga noche neoliberal nunca existió. Lo que hemos tenido es una larga noche de corrupción y continúa todavía.
- 12 de julio, 2025
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