La verdad del ITT (Yasuní)
Por Rómulo López Sabando
El Expreso de Guayaquil
En 36 años de abundancia petrolera, el Estado ecuatoriano no ha sacado al pueblo de la pobreza. Al contrario, sin trabajar, surgieron “nuevos ricos”. El Estado petrolero institucionalizó la corrupción y robusteció la iniquidad. Hay pobreza moral. Millones fugan del país. La patria se desintegra. Estado rico, pueblo pobre. El petróleo aumenta la pobreza. Bien hace Correa en quitarles privilegios a “funcionarios” de Petroecuador y sus filiales.
Ishpingo Tambococha Tiputini, ITT, es un bosque tropical húmedo, (pantanos permanentes, tierras inundadas, tierra firme y ecosistemas acuáticos) con musgos, helechos, orquídeas y bromelias y otras formas de vida vegetal. Tiene variedad de hongos, lianas trepadoras y líquenes. Más de 500 especies de aves vistosas, como los guacamayos, loros y tucanes.
Yasuní tiene “endemismo”, esto es, la tendencia de plantas y animales a sobrevivir en territorios reducidos e imposible encontrarlos en otro lugar, como las jirafas, que solo habitan en el sur del Sahara, el árbol Secuoya Gigante, en la Sierra Nevada californiana y la Iguana marina, en Galápagos.
Así, el garzón o cigüeña, el guacamayo azul y el amarillo, el tucán, el prehistórico hoatzín, el capibara, (roedor más grande del mundo), la guanta, la guatusa, las nutrias gigantes o lobos de río, el manatí, los delfines rosados de río, el tigrillo, el oso hormiguero gigante, la danta, el puma, decenas de “especies” de monos, miles de insectos, 52 “especies” de pájaros hormigueros, el halcón peregrino, el águila arpía, el armadillo gigante, endémicos en Yasuní, están en peligro de extinción. El ITT tiene paisajes naturales con 2.274 “especies” de árboles y arbustos (superior a Estados Unidos y Canadá juntos).
Todo el año, hay “constante radiación solar con humedad atmosférica mayor al 80%, en días claros y soleados, que desciende al 50% con temperatura hasta los 30ƒ. Las hojas de los árboles, con sequía extrema durante el día, tienen mecanismos de defensa contra la desecación. Árboles con espeso follaje frenan los vientos. (Correa dispuso la “veda total de la madera” de Yasuní, Cuyabeno y reservas naturales. Excelente).
El Yasuní, reserva de la biosfera, sufre deforestación y contaminación de los ríos al norte de la Amazonía. Los animales y la vegetación son arrasados por industrias extractivas, turísticas, de colonización, y proyectos de infraestructura y desarrollo que implican la desaparición de los Tagaeri Taromenane huaorani, (Aucas y quichuas), nómadas, pastores, agricultores trashumantes y cazadores-recolectores. Son víctimas de crímenes violentos e irrespeto a sus derechos humanos. Su vida y propiedad son atropelladas. Ellos viven de los recursos de la selva con vegetación verde, densa y con mucha flora epifítica (Especie vegetal que vive encima de otra).
La industria petrolera es una catástrofe y la “remediación ambiental” grotescos negociados. Ha destruido, en 36 años, 2 millones de hectáreas. El petróleo es dinero y poder, pero sin desarrollo. En los años 50, Surcorea tenía ingresos per cápita de $ 300 anuales y Venezuela petrolera $ 7.000. Treinta años después, Surcorea, sin petróleo, ya tenía $ 30.000 de ingresos por habitante y Venezuela $ 7.000.
Según el PNUD, Nigeria, Chad y Angola (con gobiernos petroleros ricos) son pobres. Arabia Saudita, mayor petrolero mundial, es un paupérrimo tugurio.
Yo pregunté hace algunas semanas: Si explotando petróleo se combate la pobreza, de encontrarse crudo o gas en el malecón de Guayaquil, en las Islas Galápagos, la Plaza de la Independencia de Quito, el parque Calderón de Cuenca, como en Yasuní o en el Lago Maracaibo ¿se destruirían las ciudades y las islas para ello?
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