Argentina se hunde
Por Alejandro A. Tagliavini
ABC Digital
BUENOS AIRES – Dos cosas crecen en Argentina bajo el desgobierno del matrimonio Kirchner: el delito y el engaño, pero casi milagrosamente –por los fondos públicos, las presiones oficiales y la masiva propaganda gubernamental– han logrado convencer a gran parte de la opinión pública de que el país avanza social y económicamente.
Una de las consignas favoritas del peronismo siempre fue la “liberación nacional” de los imperialismos y de las multinacionales. Pero en 2007, el giro al exterior de utilidades y demás rentas de las empresas multinacionales y de los accionistas no residentes creció 21,1%.
Descontando ingresos de 162 millones de dólares provenientes del extranjero (por inversiones de argentinos), queda un saldo negativo récord de 1.759 millones de dólares y se debe destacar que esto sucede mientras decae la inversión extranjera directa.
Pero peor engaño es el supuesto crecimiento “extraordinario”. Más allá de que el país se recuperó, por simple inercia, de una caída abismal hacia fines de 2001, no ha habido ningún crecimiento espectacular. De hecho, ni siquiera hemos recuperado el nivel de vida de 2001.
Pero sí es sorprendente el aumento de la delincuencia; se cometen homicidios, asaltos y robos a pocos metros de los destacamentos policiales. La realidad es que eso demuestra la pobreza y la marginalidad, consecuencia de bajos salarios y desocupación, excelente caldo de cultivo para la delincuencia.
Según el gobierno, en 2007 la inflación habría sido 8,5%, mientras los salarios aumentaron 22,6%. La realidad es que el producto interno bruto (PIB) aumentó alrededor de 26%, pero el poder de compra de los argentinos cayó casi 4%. Esto sucede a pesar del notable aumento de los precios en las materias primas, principales exportaciones de Argentina -trigo, soja y maíz-, cuyos precios han subido alrededor de 170% desde 2003.
El aumento del PIB ha sido absorbido en gran parte por el crecimiento de la población y por mayores ingresos de los más ricos. Mientras que en 1990, la masa salarial de los trabajadores representaba el 55% del PIB, hoy solo alcanza 43%.
Luego de décadas de optimismo, el mundo enfrenta un bajón. El problema no es tanto la escasez de liquidez y de crédito, sino una recesión en Estados Unidos, país que representa 40% del PIB global.
Para el kirchnerismo, Argentina no será afectada “gracias al superávit fiscal, las reservas acumuladas y su posición privilegiada como exportador de alimentos”. Pero las exportaciones argentinas tienden a bajar tanto en precio como en volumen y las importaciones tienden a aumentar.
China crece a medida que abre su economía al mercado natural y se prepara para superar a Alemania en 2008, como principal exportador del mundo. Pero Argentina tiene una participación marginal en el comercio mundial, alcanzando apenas el 0,4% de todas las exportaciones.
Gracias a los “logros” de la familia Kirchner, las exportaciones argentinas crecen al 16% anual mientras que las mundiales lo hacen al 17%. En 1948 la participación argentina era de 2,8% del total del comercio mundial, porcentaje que hoy nos situaría entre los diez más grandes exportadores del mundo.
El autor es analista político argentino.
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- 25 de noviembre, 2013
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