Paraguay: La “ley del cangrejo”
Por Julio Alberto Fleitas
ABC Digital
La inquietante coyuntura en que se debate nuestro país, sobre todo, en el orden económico y social, es el resultado de la vigencia de una ley tácita, no declarada abiertamente: la tristemente célebre “ley del cangrejo”, que hace que persistamos en caminar hacia atrás.
En nuestro país esa realidad ha quedado patente a través de diversas cuestiones. Una de ellos guarda relación con el rebrote de la fiebre amarilla, en teoría erradicada hace más de 30 años, pero -sobre todo- con la incapacidad de dar respuestas eficaces en materia de prevención.
La mayoría de las dolencias y los problemas que persisten entre nosotros se debe a que la clase política y gobernante que se mantiene incólume en el país nunca ha tenido una pizca de interés en un pueblo más sano, mejor educado y, sobre todo, mejor informado, porque todo ello representa “un peligro” para sus intereses; es decir, mantenerse en el poder sobre la base de la ignorancia y la apatía de una buena parte de la población.
Por algo sectores históricamente mal atendidos por los gobiernos que nos tocaron soportar en estos últimos 60 años (todos colorados) son precisamente la educación y la salud. Cuando ambos funcionan armónicamente, un país está en mejores condiciones de generar riquezas y alcanzar prosperidad, evitando así el exilio económico de miles de sus hijos.
Lamentablemente, la mayor parte de este pueblo, usado y abusado por unos cuantos lobos rapaces disfrazados de “servidores de la patria”, hasta ahora no ha querido darse cuenta del daño que ha causado a todos el anacrónico modelo sostenido por el Partido Colorado, ayudado en ese menester por una “oposición” que en estos casi 20 años de transición democrática ha demostrado tanta o mayor irresponsabilidad.
Este modelo, basado en el clientelismo y el prebendarismo político, ejecutado a través de empresas públicas y un Estado que no se comienza a reformar, ha abandonado casi por completo cuestiones a las que sí debe prestarse atención suficiente, como dijimos: salud, educación, y seguridad, reglas del juego claras, infraestructuras, etc.
Un ejemplo patético de ese fracaso estatista (hay varios) es la empresa eléctrica estatal ANDE, un monopolio que hoy está apenas en condiciones de presagiar negros nubarrones en el horizonte patrio.
Algo que me ha llamado la atención es que en el extranjero nadie logra entender que los gobiernos colorados, “premiados” con más de 60 años ininterrumpidos en el poder, hayan sido tan incapaces de establecer un mínimo de previsibilidad de largo plazo en esta y otras materias claves para el país.
Lo peor del caso es que estamos por enfrentar la absurda paradoja de la falta de energía, nada menos que en un país considerado el “mayor productor” de hidroelectricidad per cápita del mundo, que no la puede usar, porque no lo ha planificado convenientemente.
En países con una mediana educación cívica estos dos temas (la falta de respuestas eficaces al rebrote de la fiebre amarilla y el inminente racionamiento energético) serían razones suficientes como para aplicar el voto castigo a unos inescrupulosos que manejan a su antojo el país hace bastante tiempo.
Además, se daría oportunidad a la alternancia en el poder, que en países con un sistema democrático transparente, donde se respeta la soberanía popular, es un hábito saludable que los engrandece como nación y merecen el respeto del resto del mundo.
- 23 de enero, 2009
- 23 de julio, 2015
- 5 de noviembre, 2015
Artículo de blog relacionados
The Wall Street Journal La recesión, la caída en la demanda de viajes...
16 de julio, 2009Por Fernando Herrera Instituto Juan de Mariana Acabamos de asistir al nacimiento de...
16 de junio, 2008- 30 de marzo, 2012
Por Orlando Ochoa Terán Diario de América La teoría fue desarrollada por John...
20 de septiembre, 2008