La explotación del hombre por el hombre
Por Vladimir Chelminski
CEDICE – El Universal
OJALA QUE EL SOCIALISMO signifique bienestar y libertad amplia para los trabajadores. Los socialismos radicales que hemos conocido, han significado ingresos similares para las mayorías, pero lamentablemente en el orden de US$ 10 al mes. También han significado un solo patrono al cual el trabajador ordinario le debe obediencia dentro y fuera del ámbito del trabajo. Puede que algunos servicios se hayan regalado, pero de calidad dudosa y sin posibilidades de reclamo. En todo caso, con ingresos en los alrededores de $ 10 al mes, los servicios gratis no pueden apreciarse, puesto que quien labora no puede comer completo, ni asearse, ni trasladarse.
HAY SOCIALISMOS mucho menos radicales como los de Francia, Italia, Alemania. En ellos, los trabajadores viven bien, pero con demasiada frecuencia no logran emplearse. Hay en esos países mucha redistribución, sobre todo de jóvenes con empleo (cada vez menos de ellos) hacia los adultos mayores de 60 años (cada vez más de ellos). Los jóvenes mantienen a las generaciones anteriores con holgura, pero ahora no saben quién va a financiar sus propias pensiones dentro de 30 o 40 años. Se cree que en esos países hay mucha protección legal para el trabajador, pero para los jóvenes es muy difícil acceder a un empleo, a menos que se trate de uno temporal. Por suerte para ellos, existe un notable parque empresarial privado capaz de realizar exportaciones masivas, que ha podido sostener parte de sus numerosos programas de redistribución.
En Estados Unidos hay mucho menos redistribución que en los países mencionados. Protecciones laborales tales como prestaciones de antigüedad, utilidades, indemnizaciones por despido o vacaciones garantizadas por ley, no existen. Seguro de paro hay, pero mucho menos generoso. Salario mínimo hay, pero este es tanto más bajo que los salarios que libremente suelen negociarse, que se le puede considerar como irrelevante.
Aunque parezca paradójico, donde mejor está el trabajador es en EEUU, porque su sueldo básico suele ser mucho más elevado y tiene además mayores alternativas de empleo. Si está trabajando, desocupado o buscando por primera vez, sabe que oportunidades por doquier hay. Si pierde su empleo o le disgusta el que tiene, se le hace relativamente fácil encontrar otro. Esa alta probabilidad de encontrar otro patrono en poco tiempo, es el seguro de paro más efectivo. En los últimos 20 años en EEUU se han creado 30 millones de nuevos empleos. Ninguno de los países europeos socialistas citados ha podido crear esa cifra en ese lapso.
EN VENEZUELA el Gobierno busca una sociedad en la que el gran patrono será el Estado. Las empresas de producción social, las cooperativas o las cogestionadas dependerán del Estado. Por más que nos aseguren que en este nuevo socialismo no va a haber más “explotación del hombre por el hombre”, me temo que los ingresos reales de los trabajadores serán cada vez más bajos. La peor calamidad para ellos será no poder cambiar de patrono. Al único empleador que habrá, tendrán que complacerle en todo dentro y fuera del trabajo. Si no lo hicieren, no me imagino dónde se ganarán la vida. Quizá en la calle, pero eso no es vida. El discurso y las leyes que se van aprobando me hacen pensar así.
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