Excepcionalismo
Por Simón Pachano
El Universo
Se ha repetido incansablemente que el triunfo de Barack Obama es un fenómeno que solo podía producirse en Estados Unidos. Se sostiene que solo allí hay particularidades que hacen posible el triunfo de un negro, hijo de un inmigrante, proveniente de una familia pobre y formado académicamente por su propio esfuerzo.
Es verdad, la sociedad norteamericana ofrece unas posibilidades que no se encuentran en las sociedades ancestralmente jerárquicas de Europa y Asia ni en las estructuras excluyentes de América Latina y África. Son las mismas condiciones que hace casi dos siglos sorprendieron al francés Alexis de Tocqueville y que, al decir de Seymour Martin Lipset, se sintetizan en un pequeño conjunto de palabras como libertad, igualitarismo, gobierno del pueblo y liberalismo. A ellas habría que añadir la capacidad de absorción o de integración de esa sociedad, que posibilita que un norteamericano de primera generación pueda ser presidente. Antes ya hubo expresiones en este sentido, cuando inmigrantes como Madeleine Allbright o Henry Kissinger ocuparon la Secretaría de Estado, que equivaldría a que un ecuatoriano llegara a ser canciller de España o un colombiano ocupara ese cargo en Ecuador.
Debido a que el triunfo de Obama es una noticia excelente para el mundo, no se ha prestado atención a otras características de la sociedad norteamericana que se manifestaron en esta misma elección. La primera de ellas es su carácter tremendamente conservador. Este se expresó en la alta votación que obtuvo el candidato del Partido Republicano a pesar de que era el continuador de la desastrosa administración de Bush. En votos directos logró situarse a seis puntos porcentuales de Obama (aunque en la composición del Colegio Electoral la distancia llegó a alrededor de veintiocho puntos). No hubo, por tanto, un voto de castigo al peor gobierno de todos los tiempos, impulsor de guerras y causante de la crisis financiera actual, lo que, de paso, da más méritos a Obama, ya que se puede considerar que cada voto lo consiguió con su esfuerzo y no se debió al rechazo a su contendor). También se expresó el conservadurismo en los temas de la campaña de McCain y sobre todo de su candidata a vicepresidente, Sarah Palin, que aludían a valores propios de los neocons aupados por el gobierno que va de salida. Por consiguiente, el nuevo presidente gobernará en un contexto difícil, no solo por la crisis que hereda, sino por el tipo de sociedad a la que deberá guiar hacia el cambio.
En segundo lugar, esta elección volvió a demostrar que la política norteamericana no es ideológica, en el sentido de que no se mueve en torno a grandes ismos. Es verdad que Obama propuso cambios drásticos en la conducción de la economía y en el sensible tema de los impuestos, pero no por ello se lo puede identificar como un socialdemócrata o algo semejante. Lo hizo, más bien, como la expresión de la voluntad del self made man, aquel que quiere transmitir su experiencia de vida a los demás. En fin, fue una expresión más del excepcionalismo norteamericano.
- 23 de junio, 2013
- 17 de diciembre, 2017
- 15 de agosto, 2022
- 30 de diciembre, 2022
Artículo de blog relacionados
Desde Mi Trinchera El fascismo tiene muchas formas de expresarse. Todas, sin embargo,...
22 de octubre, 2009El Instituto Independiente - Fundación Atlas 1853 - Fundación LibreMente . Dialogamos con...
3 de octubre, 2022Instituto Juan de Mariana Hay palabras que "molan" y otras que no. Reconozcámoslo,...
15 de septiembre, 2014Por Ricardo Martínez Rico ABC Lehman Brothers se declaró ayer en quiebra. El...
16 de septiembre, 2008