Ecuador: ¿Destino Venezuela?

Según el compositor boricua Tite Curet Alonso, el periódico de ayer es “sensacional cuando salió en la madrugada, a mediodía ya noticia confirmada, y en la tarde materia olvidada”. Por eso –en la voz de Héctor Lavoe– interroga “Y para qué leer un periódico de ayer”, enfatizando lo vano que sería leer sobre un asunto pasado. Para contradecir la canción, el número 64, de diciembre de 2005, de la revista Gatopardo, trae una investigación sorprendentemente actual del escritor venezolano Sergio Dahbar, titulada ‘El peligroso Chávez’, que en 22 puntos define la política y la personalidad del mandatario, entonces vivo.
Dahbar dice de Chávez: “ha adquirido un poder sin límites en los campos económico, político y militar. Los cinco poderes del Estado dejaron de ser independientes y solo responden a sus estrategias ideológicas y a su idea de cambio, un cambio que todo el tiempo se encuentra asociado con la aniquilación de un opositor. Se apoya en estos poderes para librarse de amigos y enemigos incómodos, pero también para vengarse en nombre del pueblo de todas aquellas carencias que lo marcaron desde la infancia”. También señala que Chávez no tolera medios de comunicación libres y que ejerce el poder de excluir a los ciudadanos que no piensan como él.
“Verbaliza impulsivamente todo el tiempo, como si se tratara de un paciente medicado. Y de esta manera agrede sin medir las consecuencias de sus palabras y sus acciones”, continúa Dahbar, quien cree que un Chávez así sirve a mucha gente: a la izquierda que se sentía abandonada por la historia; a los resentidos; a los que odiaban los partidos tradicionales; a los que tenían cuentas pendientes; al gran capital; a los mediocres; a los inútiles; a los ambiciosos. Para sostener esto, Chávez “ha creado una red de comunicación oficial de proporciones inimaginables que no le prestan servicio a la nación… sino a los intereses políticos del presidente de la República”.
Para Bahdar, Chávez “es peligroso porque es un exceso. Usa, abusa y se apodera de la palabra, el nuevo opio de los pueblos. Utiliza de modo discrecional e ilimitado los fondos públicos, para fines que los ciudadanos que lo sostienen desconocen. Alienta el odio de clases y la violencia. Y no se cansa de encontrar amigos y enemigos adentro y afuera de Venezuela”. Del proyecto educativo, afirma que “se impone como un sistema que borra la historia inconveniente conocida por todos los venezolanos hasta la fecha”. Y que “nadie entra a trabajar en un puesto del gobierno sin que se tomen en cuenta requisitos ideológicos”.
Concluye: “Hugo Chávez y su proyecto de nación no tienen una vocación democrática verdadera (desde la proposición de mantenerse en el gobierno por más de veinte años, hasta la amenaza pública de destrucción literal de sus enemigos, por citar solo dos desmesuras). Se apoya en una apariencia democrática para conducir el país y tranquilizar las aprensiones internacionales, mientras guía el destino de la nación hacia una pesadilla de atrasos históricos y venganzas personales”. En la canción no tienen sentido los periódicos y las revistas de ayer; en las realidades que vivimos, sí. Y horroriza que nuestro destino pueda ser el de la revolución bolivariana venezolana.
- 12 de julio, 2025
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