Un plan de salida para Nicolás Maduro
Ahora que el presidente Donald Trump ha desplegado el mayor buque de guerra de Estados Unidos en el Caribe y el régimen de Venezuela teme un ataque inminente, es el momento perfecto para ofrecerle una estrategia de salida al dictador Nicolás Maduro.
Es cierto que la comunidad internacional y la oposición venezolana le ofrecieron varias veces en el pasado una salida negociada a Maduro, y este último siempre usó estas negociaciones para ganar tiempo, incumpliendo después todas sus promesas.
Pero esta vez podría ser diferente, según señalan cada vez más expertos. A diferencia del pasado, ahora existe una amenaza creíble de intervención militar por parte de Estados Unidos.
José Morales-Arilla, un profesor del Tecnológico de Monterrey, México, y quien tiene un doctorado de la Universidad de Harvard, escribió un artículo el 18 de noviembre en Caracas Chronicles afirmando que ha llegado el momento de que Trump “ofrezca alternativas de salida inteligentes en Venezuela”. Según Morales-Arilla, la actual presión militar, junto con ofertas de amnistía a algunos funcionarios, podría romper la coalición del régimen de Maduro.
Cuando le pregunté qué entiende por “alternativas de salida inteligentes”, Morales-Arilla me dijo que —en coordinación con la líder opositora venezolana y Premio Nobel de la Paz, María Corina Machado— Trump debería proponer un plan de salida de dos carriles a altos funcionarios de Venezuela.
A Maduro y otros funcionarios responsables de crímenes de lesa humanidad se les debería ofrecer un salvoconducto a un país donde se sientan seguros. Sin eso, nunca se irán pacíficamente, porque saben que tarde o temprano serán juzgados independientemente de las promesas que se les hagan hoy, afirmó.
Pero existe un segundo grupo de funcionarios venezolanos que no son directamente responsables de graves violaciones de derechos humanos. A ellos, Trump debería ofrecerles una amnistía, para incentivarlos a romper con Maduro, señaló Morales-Arilla.
Se trata de personas vinculadas al régimen que han sido corruptas o han cometido delitos graves, pero que no alcanzan la gravedad moral y legal de quienes ordenaron personalmente masacres o han dirigido centros de tortura.
Obviamente, ver imágenes de Maduro tomando mojitos en Cuba o cenando en un lujoso restaurante en Turquía sería un hueso duro de roer para las víctimas de su brutal régimen, que ha sido acusado de miles de ejecuciones extrajudiciales.
Pero una alternativa aún peor sería que Maduro permaneciera en el poder durante los próximos años, dicen muchos analistas. Eso podría suceder si Trump decide no atacar, o si limita la acción militar a objetivos secundarios, como laboratorios de drogas o una base militar en algún lugar remoto, sin representar una amenaza directa para el régimen, argumentan.
Trump podría decidir no buscar un cambio de régimen en Venezuela por considerar que eso lo arrastraría a un conflicto prolongado que sería impopular en Estados Unidos.
Algunos expertos sugieren que Trump le ofrezca a Maduro opciones de salida aún más generosas que un boleto de avión a Cuba o Turquía.
Francisco Rodríguez, investigador del Centro de Investigación Económica y Política de Estados Unidos, escribió en la revista Foreign Affairs el 17 de noviembre que Trump debería buscar un acuerdo para lograr un gobierno compartido entre Maduro y la oposición.
“Salvo una invasión —una medida que cuenta con escaso apoyo interno y para la cual la movilización actual es insuficiente—, una demostración de fuerza probablemente no bastará para derrocar al régimen de Maduro”, escribió Rodríguez. “Los ataques aéreos por sí solos nunca han logrado derrocar a un jefe de Estado”.
En la práctica, “esto significaría que los representantes del régimen tendrían que aceptar asignar cuotas a la oposición en ramas clave del gobierno”, escribió Rodríguez.
Me temo que es demasiado tarde para negociar un gobierno compartido. Ya se intentó varias veces antes, y Maduro no cumplió su parte del trato. Solo existe un gobierno legítimo en Venezuela, y está liderado por Edmundo González Urrutia, el líder opositor exiliado respaldado por Machado, quien ganó las elecciones del año pasado por amplia mayoría.
En lugar de buscar un gobierno compartido, la comunidad internacional debería ofrecer un salvoconducto para Maduro y su círculo íntimo, y una amnistía para otros funcionarios no directamente vinculados a crímenes de lesa humanidad. Eso, junto con la actual presión militar, podría quebrar la unidad de la dictadura venezolana.
- 23 de junio, 2013
- 20 de noviembre, 2025
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