El gran desafio: “De-socializar” a Cuba
La doctrina comunista ha gobernado a Cuba casi tanto tiempo como gobernó la URSS y más que sus países satélites en Europa del Este – 66 años.
El gobierno actual logró la socialización de la sociedad cubana más rápido que cualquier otra nación comunista de Asia o Europa. A finales de 1960, el mandato del Manifiesto Comunista se había cumplido ya que el 80% de la producción económica estaba en manos del Estado y la propiedad privada había sido abolida.
Por estos “logros” y medidas podemos afirmar con toda seguridad que la falta absoluta de libertad, de propiedad privada y el irrespeto a la vida bajo el sistema económico socialista son las causas predominantes de las calamidades que permean todos los segmentos de la sociedad cubana.
Cuba y sus acontecimientos durante los últimos 60 años han sido la fuente de legiones de artículos, agendas y plataformas políticas contra su estructura social marxista, pero durante las últimas décadas un curso de acción significativo para terminar radicalmente con el comunismo en la Isla ha sido desalentador.
Innumerables organizaciones de disidentes y opositores dentro y fuera de la Isla reclaman una transición o transformación del sistema político y económico en Cuba una vez que el régimen comunista llegue al final de su hegemonía.
La mayoría de estas agendas y programas no son específicos para indicar los componentes de la transformación (o transición) propuesta, mientras que otros presentan un incomprensible plan de acción.
Surge entonces la pregunta: ¿qué pensamiento económico y social conduce a “esta transición”? ¿Nos limitaremos a cambiar adjetivos dentro del socialismo y pasar de uno “científico” a otro más “nacionalista” o quizás “democrático” que invariablemente resulta en uno más socialista y menos democrático?
Tenemos que profundizar un poco más en estos términos y determinar si sólo nos transformaremos en una amalgama en la que el Estado siga desempeñando un papel predominante y omnipotente en la vida de cada ciudadano.
Estos términos no nos dicen qué aspectos del socialismo cambiarán ni cuáles son los principios y objetivos finales en materia de libertades, propiedad privada y Estado de Derecho.
Debemos admitir que el cambio del totalitarismo a una sociedad de libre mercados es extremadamente exigente y un duro reto. Es la tarea más formidable que enfrentará cualquier cubano mientras luchemos por alcanzar la libertad. Ha sido caracterizada humorísticamente por anteriores jefes de Estado europeos del postmarxismo al expresar que todo el mundo sabe cómo hacer sopa de pescado, pero ¿quién sabe cómo volver a sacar un pescado de la sopa?
El daño impartido por el Partido Comunista de Cuba (PCC) desde enero de 1959 es mucho más relevante cuando se trata del pensamiento político adoctrinado existente en cada ciudadano que la devastación perpetrada de los recursos materiales y el nivel de vida de la Isla. Amplios sectores de la juventud se encuentran socialmente aislados, apáticos y desconectados de las instituciones políticas oficiales y numerosos miembros de la población rechazan la participación política.
El mayor reto que enfrenta todo cubano es procurar el fin del PCC y crear un Estado donde el individuo sea soberano, se rija por el Estado de Derecho y la propiedad privada esté plenamente reconocida y garantizada.
Es indispensable transmitir al pueblo cubano la certeza de lograr un órgano de gobierno estable, transparente, fiscalmente responsable, que siente las bases de una nueva Nación organizada como República Constitucional. Esta nueva Nación será próspera y cada ciudadano disfrutará, sin coerción, de un ambiente donde la virtud no sea una debilidad, sino una fortaleza y todas las personas expresarán sus plenas capacidades económicas e intelectuales junto a la libre competencia que disfrutarán todos por igual.
Para llevar a cabo las desafiantes tareas que se emprenderán en Cuba para rescatar la libertad, hay que referirse a ella con un término que implica sentido y claridad de propósitos: DE-SOCIALIZACIÓN. Este término es inequívoco pues implica la restauración y protección del concepto de propiedad privada y sus atributos haciendo a cada ciudadano dueño de su trabajo y sustento.
De-socializar es restringir las funciones del Estado consentidas por los ciudadanos para garantizar la integridad física de la Nación y sus habitantes y servir de árbitro judicial con igualdad, sin privilegios y con pleno cumplimiento de la responsabilidad fiscal. Es reconocer y salvaguardar los derechos naturales de cada ser humano con carácter imprescriptible e inalienable.
La de-socialización es legalizar el “mercado negro” existente para convertirlo en un mercado de intercambio sin control de precios de bienes, productos o servicios y permitir la libre circulación del comercio sin barreras con y desde otros países.
Liberar la economía es preocuparse por la vida humana, ya que la economía es el sustento de la vida. Es una fuente de significado y sustancia que vincula a los seres humanos entre sí en una red de intercambio voluntario. Toda empresa económica es esencial para sus propietarios, sus empleados y sus clientes.
Debe permitirse a cada ciudadano desarrollar su potencial económico e intelectual sin coacciones y donde el espíritu empresarial y la competencia sean ejercidos libremente por todos para fomentar el crecimiento económico nacional.
La de-socialización es la abolición del Banco Nacional de Cuba, impidiendo que el Estado altere el poder adquisitivo de la moneda en circulación, perjudique sus mercados internacionales o restrinja la circulación de divisas.
La emisión de la moneda que se utilizará para recuperar a Cuba de su malestar económico crónico es de suma importancia. Será necesario adoptar una moneda que mantenga su valor con un respaldo adecuado, sea reconocida y se pueda comerciar con ella en todo el mundo.
El primer requisito de un sistema monetario sólido es no permitir nunca que cualquier posible interferencia de los políticos influya en la cantidad o calidad de la moneda del país. Constituye una de las primeras medidas para evitar la gestación de la corrupción y su tendencia a ahogar el funcionamiento del gobierno provocando frustración, resentimiento y grados de desencanto entre la población; sentimientos que no contribuyen positivamente al mantenimiento del nuevo orden.
La de-socialización es mantener los impuestos estatales al mínimo con el único propósito de satisfacer las necesidades monetarias del Estado cumpliendo sus funciones básicas ya esbozadas anteriormente.
La de-socialización es la transferencia de toda la propiedad estatal a manos privadas incluyendo bancos, fábricas, bienes inmuebles y tierras no constituidas en sociedad sin instituir subsidios ni permitir alianzas comerciales de ningún tipo en conspiración con el aparato político gubernamental.
La de-socialización implica el fin del adoctrinamiento socialista de nuestros niños y jóvenes estudiantes para formar una nueva generación que solidifique los principios de la transformación y sea la base de una nueva República Constitucional de Derecho en beneficio de las futuras generaciones.
De-socializar es implementar un órgano de Gobierno provisional de pequeñas dimensiones que conduzca una administración pública honesta, defina y garantice los derechos de propiedad protegidos por un sistema legal efectivo e independiente en presencia de un sector financiero transparente. Su realización requiere acabar con la gigantesca burocracia estatal eliminando la maquinaria administrativa y represiva que todo sistema socialista requiere para gobernar, intimidar, coaccionar y regular todos los aspectos económicos y sociales de la vida nacional.
Si queremos deshacernos del socialismo, debemos saber bien qué queremos y por qué lo queremos, así como conocer los métodos para llevar a cabo la de-socialización — si realmente tenemos serias convicciones de tal propósito.
Lo más importante es decidir a favor o en contra desde el principio. Los días de vacilación y ambivalencia deben llegar a su fin. Los días de preocuparse por sentimientos y emociones banales deben quedar atrás.
¿Es posible abordar todas las cuestiones y aspectos importantes en una transición tan polifacética? No.
¿Tiene alguien respuestas a todas las posibles situaciones que se presentarán durante cualquier transición? No.
¿Habrá errores y se considerará la aplicación de medidas no tan populares o mejores? Sí.
Hemos intentado desafiar el intelecto de todos aquellos que aún persiguen el fin del comunismo en la Isla y exponer las ideas que sustentan nuestros sueños.
Es hora de que logremos por nosotros mismos un cambio total en el destino de Cuba. Debemos luchar contra el régimen existente a todos los niveles siempre, aunque a veces nos sintamos abrumados y decepcionados. No importa quién no nos escuche o no nos ayuden.
Debemos tener un plan que tenga como objetivo claro y primordial la libertad y que de manera integral y total barramos de nuestra tierra el socialismo sin vacilaciones en todas sus formas y esta vez, de manera permanente.
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