Bolivia víctima de la trifulca entre el dictador en jefe y el dictador en ejercicio
Los bolivianos viven en situación de indefensión, como la de Cuba, Venezuela y Nicaragua porque el sistema y los operadores son los mismos, los cubanos que cubren la seguridad de Arce y los venezolanos la de Morales. Han entregado la seguridad interna, la inteligencia, la identificación personal, la educación, la salud, la política exterior y más a la dictadura de Cuba directa y bajo cobertura venezolana. Han entregado los recursos estratégicos de litio, uranio y otros a Rusia y China, y convertido Bolivia en base militar de Irán y del terrorismo, por instrucción cubana. Son Evo y Lucho, como se hacían llamar en pareja.
Para las elecciones del 18 de octubre de 2020 la oposición funcional tuvo el cuidado de dividir en nueve candidaturas la opción de repudio popular a la dictadura que superaba el 70% y Evo Morales desde la Argentina de Fernández/Kirchner señaló como su candidato a Luis Arce con su partido el MAS. Días antes de la elección varios candidatos funcionales se retiraron y pese a eso las encuestas solo daban a Arce una preferencia de voto cercana al 30%, pero apareció ganando con el 55,11% en primera vuelta, con los pequeños detalles de que la oposición NO hizo control electoral, mantuvieron el mismo padrón y autoridades electorales del régimen, y antes de que se llegue a la tercera parte del conteo oficial de votos los opositores y la presidenta reconocieron ganador al candidato de Evo Morales.
Luis Arce fue posesionado como jefe del estado plurinacional de Bolivia el 8 de noviembre de 2020 tapando todas las denuncias de fraude, y al día siguiente Evo Morales regresó apoteósicamente al país y fue recibido por el que fuera su exministro de economía por más de 12 años y al que había puesto como presidente. De inmediato el régimen tuvo en eficiencia su sistema y los procesos contra Evo Morales fueron anulados, revocados y consagrada su impunidad, incluyendo acusaciones de corrupción crímenes por masacres sangrientas, narcotráfico, abuso de menores, pedofilia, estupro y más. Evo quedó como dictador en jefe y Arce como dictador en ejercicio bajo mando de “el jefazo”.
La confrontación entre Morales y Arce se produce por el control del aparato del Estado que manipulan como el mayor empleador del país, de las aduanas como fuente de corrupción y soporte del narcotráfico, por la importación de gasolina y diésel imprescindibles para la producción de cocaína y fuente de corruptela, de los jueces y tribunales de su justicia. La cuestión debe definirse cuando se acercan las elecciones en dictadura de 2025 y ambos quieren ser candidatos, para lo que Arce empieza a utilizar el aparato del Estado y sus jueces contra Morales y éste moviliza el aparato cocalero y paramilitar contra Arce que se sostiene con el aparato institucional del estado plurinacional que incluye militares y policías.
La situación de Bolivia es una trifulca entre el jefe Evo Morales y su asignado Luis Arce que se quiere quedar, camorra entre cómplices que se disputan el mando de una organización delictiva que presentan como política. Están en el empate catastrófico y si alguno gana seguirá la dictadura, el narcoestado y la crisis.
El autor es Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy.
- 28 de diciembre, 2009
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- 3 de julio, 2015
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