Qué son los estados «indecisos» y por qué son la llave de la elección presidencial en Estados Unidos
Estados Unidos tiene una ingeniería electoral única en el mundo que habilita un escenario incierto de cara a las elecciones presidenciales. Particularmente por la gravitación de un puñado de estados que no votan consistentemente por el mismo partido en cada elección.
Conocidos como estados «pendulares» o «indecisos» (swing states, en inglés), este 2024 son siete los que ocupan la primera plana debido al virtual empate técnico entre Donald Trump y Kamala Harris, quienes pelean voto a voto para torcer la balanza hacia la Casa Blanca.
Ambos candidatos focalizaron sus esfuerzos de campaña para disputarse a los votantes de estos estados, especialmente de Pensilvania, Michigan y Wisconsin, que forman parte de un potente cordón industrial conocido como «Rust Belt» (cordón de óxido) y que evidenciaron la volatilidad política de las últimas décadas en Estados Unidos, tanto que en 2016 votaron a Trump (rompiendo con la hegemonía demócrata) pero en 2020 eligieron a Joe Biden.
Cómo es el sistema electoral y por qué la clave está en los estados indecisos
Pero para entender la presencia de los estados indecisos en el resultado final resulta fundamental entender cómo funciona el sistema electoral en la democracia liberal más antigua del mundo. A diferencia de otros sistemas federales, como Argentina o Brasil, Estados Unidos tiene un sistema mayoritario que dicta que el presidente no es electo por el voto popular (nominal) de manera directa sino que lo hace a través del Colegio Electoral.
Este órgano, integrado por delegados elegidos por los partidos, el Congreso y donantes de campaña, está compuesto por 538 electores que provienen de cada uno de los estados y Washington DC. Cada estado aporta un número fijo de votos electores siguiendo un criterio poblacional, con la excepción de Nebraska y Maine, que los designan según un sistema proporcional. Para ganar la presidencia, cada candidato a presidente necesita alcanzar al menos 270 votos.
La mayoría de los 50 estados que componen el país (descontando el distrito federal y Puerto Rico) mantuvieron a lo largo de las décadas un consistente e histórico apoyo a uno de los dos principales partidos que se disputan el espectro político. Por ejemplo, Nueva York para los demócratas o Texas para los republicanos.
Sin embargo, es habitual que exista un conjunto de estados que cambien el color del voto según cada elección, un fenómeno que responde a cuestiones históricas o demográficas y que varía según cada elección. Este 2024 son 7 los estados clave que suman 93 electores a la votación final en el Colegio Electoral. Al ser impredecible, cada voto de estos estados cuenta significativamente más, convirtiéndolos en el centro de atención para los candidatos.
En muchos casos, los votantes en estos estados pueden ser persuadidos a cambiar su lealtad partidaria en función de temas específicos, como el empleo, la salud o los derechos civiles, tres de los temas que monopolizaron la agenda de campaña junto con la inmigración. La polarización política, acrecentada en las últimas dos décadas, y el aumento de la participación ciudadana llevaron a que los resultados en estos estados sean cada vez más ajustados y difíciles de predecir.
Cuáles son los estados indecisos este 2024
Pensilvania, Michigan y Wisconsin, el «muro industrial azul»
Pensilvania, con 19 electores, es quizás el estado más codiciado donde Trump y Harris enfocaron sus esfuerzos en la recta final de la campaña. En 2016, Trump ganó por un estrecho margen, mientras que Biden lo recuperó en 2020, siendo el estado que le terminó dando la victoria. La economía en declive y el apoyo de los sindicatos juegan un papel crucial en este estado. Harris confía en que las políticas de Joe Biden hacia la clase trabajadora (blue collar) haga efecto en grandes ciudades como Filadelfia y Pittsburgh, mientras que Trump se hace fuerte en la población rural, conocida como «hillbillies».
Michigan, otro de los estados del cordón industrial del noreste estadounidense, tiene 15 electores y se convirtió en batalla crucial. Michigan también sorprendió en 2016 al votar por Trump, pero Biden recuperó su apoyo en 2020. En tanto, la que es considedrada la «cuna» de la industria automovilística (emblema estadounidense) enfrenta desafíos económicos. Trump enfoca su campaña en el alto costo de vida, mientras que Harris se beneficia del respaldo del sindicato UAW, aunque tiene como contracara los trabajadores que no se identifican con los sindicatos y los votantes árabes-estadounidenses.
Wisconsin es el tercer estado industrial que, junto a Pensilvania y Michigan, rompió el «muro azul» en 2016, entregando sus 10 electores a Trump. Si bien los demócratas lo recuperaron cuatro años después, este 2024 la contienda es ajustada, según los sondeos. Los demócratas apuestan por movilizar a los votantes moderados preocupados por la «amenaza a la democracia» que representa Trump.
Georgia y Arizona, a la inversa
Georgia es uno de los estados bisagra más importantes, con 16 electores. Tradicionalmente republicano, votó por Biden en 2020, en gran parte gracias a la movilización de la comunidad negra. Harris, con su perfil diverso, busca atraer a los jóvenes y minorías urbanas, pero Trump cuenta con el apoyo de un electorado religioso que valora sus políticas contra el aborto legal.
Con 11 electores, Arizona fue una sorpresa en 2020 al votar por Biden por solo 10.457 votos. Trump centra su campaña en la inmigración, un tema sensible en este estado fronterizo. Harris, por su lado, confía en que el apoyo demócrata en las elecciones de medio término de 2022, donde se eligió a una gobernadora demócrata, se mantenga.
Carolina del Norte y Nevada
Carolina del Norte, con 16 electores, no vota por un demócrata desde Obama en 2008. Sin embargo, bajo un gobernador demócrata desde 2017, Harris espera que el apoyo de la comunidad negra y los jóvenes pueda inclinar la balanza a su favor.
Nevada, con seis electores, no vota republicano desde 2004. La población hispana, que se distancia de los demócratas, puede jugar un papel crucial. En tanto, los demócratas esperan que la llegada de nuevos residentes californianos, en busca de oportunidades en tecnología, fortalezca su posición.
La recta final de la campaña electoral en Estados Unidos
Con más de 200 millones de electores convocados a las urnas y las tendencias hacia una ajustada competencia a nivel nacional, ambos candidatos intensificaron sus campañas en los estados indecisos donde la votación es sumamente ajustada, tal como se vio en 2020, cuando le dieron la victoria a Biden por menos de 3% de los votos. En tanto, Harris y Trump se movilizaron para intentar captar a los votantes indecisos, a los «no informados» (que tienen «baja educación») y a las minorías.
La retórica, en tanto, se vuelve más incendiaria en línea con la polarización política a medida que se acerca el martes 5 de noviembre, el último día para votar, luego de que 41 millones de ciudadanos lo hicieran de manera anticipada. La tensión aumenta además por la posibilidad de que Trump no acepte una derrota, tal como ocurrió en 2020 lo que derivó en el asalto al Capitolio y una investigación judicial en su contra. Mientras tanto, las encuestas indican que la ventaja de Harris es mínima a nivel nacional, mientras que en los estados clave las diferencias no superan el margen de error de las muestras.
La autora es politóloga, licenciada en Relaciones Internacionales y periodista.
- 8 de junio, 2012
- 15 de abril, 2019
- 8 de junio, 2015
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