La lucha continúa en Venezuela

Edmundo González Urrutia, quien verdaderamente ganó las elecciones presidenciales de julio en Venezuela, ha decidido exiliarse en España, lo que ha dejado descorazonados a muchos venezolanos. Para muchos, él era la última esperanza de evitar que el país se sumiera en el caos. Según los conteos oficiales divulgados por la oposición, González recibió casi el setenta por ciento de los votos. Sin embargo, tras su victoria, se vio obligado a refugiarse durante semanas en la embajada de los Países Bajos.

Mientras tanto, el régimen encabezado por Nicolás Maduro asesinó, detuvo y torturó a decenas de manifestantes. Se emitió una orden de detención contra González, acusándolo de conspiración, falsificación de documentos y usurpación de poderes. Estas acusaciones parecían tener el propósito evidente de forzarlo al exilio.

Frente a las enormes presiones para que se exiliara, incluso por parte de gobiernos extranjeros que en su momento había denunciado, González finalmente aceptó asilo en España. Su familia, al igual que cientos de miles de venezolanos, ya se había refugiado allí en los últimos años.

Es difícil culpar al diplomático de setenta y cinco años por optar por el exilio. Desde el extranjero, González puede ofrecer un liderazgo moral sin restricciones a los millones de venezolanos que intentan recuperar su país. En el exilio, tendrá la libertad de comunicarse con gobiernos, organizaciones internacionales y medios de comunicación, libertades que serían imposibles de ejercer dentro de Venezuela. Aun así, resulta desalentador observar que, casi dos meses después de los comicios, Maduro mantiene suficiente control sobre las fuerzas armadas y la capacidad de intimidar a los civiles, lo que hace que cualquier cambio inmediato parezca improbable. Sin embargo, los defensores de la libertad en Venezuela pueden encontrar consuelo en varios avances.

En primer lugar, el verdadero líder del movimiento de resistencia no es González, sino María Corina Machado, la política más popular del país. La visión, el coraje y la brillantez estratégica de Machado la han establecido como una de las líderes más destacadas de América Latina. Aunque González se presentó valientemente como su candidato suplente cuando se le prohibió postularse, la edad, el temperamento y los antecedentes de González no lo colocan como líder de la resistencia interna en Venezuela. Ese rol corresponde a Machado, quien ha dejado claro que no tiene intención de aceptar las ofertas de asilo político que ha recibido. En una conversación reciente conmigo, reafirmó públicamente su compromiso de permanecer en Venezuela.

Además, la condición de González como verdadero vencedor, algo reconocido en la práctica por docenas de gobiernos y organizaciones internacionales, le permitirá ser una voz influyente en la escena mundial. El tándem González-Machado seguirá representando la mejor esperanza de Venezuela para el futuro.

La labor diplomática de González también tendrá un impacto dentro de Venezuela. En última instancia, la única opción viable es una transición negociada, que se dará cuando Maduro y su infame ministro del Interior, Diosdado Cabello, vinculado a los cárteles de la droga, pierdan el control sobre las fuerzas militares y paramilitares. Este cambio solo ocurrirá cuando los militares decidan que apoyar al régimen resulta más costoso que aceptar la propuesta de Machado y González para una transición pacífica y sin represalias.

Para que esto suceda, el aparato militar y paramilitar debe percibir el aislamiento del régimen como definitivo e irreversible. Aquí es donde González puede desempeñar un papel crucial. Maduro y Cabello son conscientes de esto y están cada vez más nerviosos. Por esta razón, recientemente arrestaron a algunos extranjeros, incluyendo a un Navy Seal estadounidense y varios ciudadanos españoles, acusándolos de conspirar para asesinar al dictador y derrocar al gobierno.

Mientras tanto, Machado continuará reuniendo a aquellos lo suficientemente valientes como para arriesgarlo todo en favor de la libertad dentro de Venezuela. Estos luchadores por la libertad no son pocos, y ciertamente no «entrarán dócilmente en esa buena noche».

Traducido por Gabriel Gasave

El original en inglés puede verse aquí.

El autor es Académico Asociado Senior en el Independent Institute.

@AlvaroVargasLl

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