Los A’s de Oakland desean irse a Las Vegas: Lecciones sobre los riesgos de los estadios deportivos
La noticia de que los Oakland Athletics han anunciado planes para abandonar Oakland y trasladarse a Las Vegas ha sido recibida en general con reacciones poco favorables tanto por parte de los seguidores del equipo como de los entusiastas del deporte. Sin duda, los seguidores de los A's consideran como el principal responsable al propietario del conjunto, John Fisher. Sin embargo, muchos aficionados también culpan a la ciudad de Oakland por no hacer más para retener al equipo. Aunque algunos están tristes por la partida del equipo tras una historia tan rica en Oakland, todavía queda un resquicio de esperanza, teniendo en cuenta la economía de los deportes profesionales y su impacto en sus ciudades de origen.
Durante muchos años, los A's de Oakland han sido un elemento básico de la comunidad en la ciudad, proporcionando entretenimiento y emoción a los aficionados de toda el Área de la Bahia. El equipo posee una larga y rica historia en la ciudad. Durante su permanencia en Oakland, los Athletics consiguieron "cuatro campeonatos, seis apariciones en las Series Mundiales, múltiples MVP (sigla en inglés para el mejor jugador), Cy Youngs (distinción que se otorga al mejor lanzador)… e incontables recuerdos para todos nosotros", escribe Connor Ashford para el sitio web de aficionados Athletics Nation. Sin embargo, a pesar de esta profunda conexión con Oakland, el equipo ha anunciado que buscará trasladarse a Las Vegas en los próximos años, aduciendo la necesidad de un nuevo estadio.
Los Athletics han venido jugando en el Oakland Coliseum desde la década de 1960. Con sus encantos y sus defectos, el estadio es una "gema del brutalismo". De hecho, es feo, las cañerías no funcionan y los equipos visitantes no pueden utilizar su cabina de transmisión porque una zarigüeya "vive dentro de sus paredes". El estadio es ahora uno de los más antiguos de la Major League Baseball, y el equipo lleva años presionando por uno nuevo. El equipo propuso un estadio frente al mar en los alrededores de Jack London Square, en Oakland, pero la propuesta enfrentó numerosos retos, incluida la oposición de grupos comunitarios y ecologistas.
El impulso a favor de un nuevo estadio parecía estar cobrando fuerza. El Tribunal de Apelaciones del Primer Distrito desestimó recientemente una impugnación en base a la CEQA (sigla en inglés para la California Environmental Quality Act o Ley de Calidad Ambiental de California) contra la propuesta de construir un estadio frente al mar, pero no fue suficiente. Los A's han sugerido que la falta de avances sobre el nuevo estadio fue el principal factor en su decisión de trasladarse a Las Vegas, donde acaban de anunciar que han conseguido los terrenos para un nuevo estadio.
Aunque indudablemente es triste para los aficionados ver cómo su equipo se marcha después de tantos años en Oakland, la ciudad no tiene la culpa de no haber financiado el estadio soñado por los A's. Los gobiernos municipales y los contribuyentes deben ser realistas sobre la economía de los deportes profesionales. Por muy tentador que resulte acoger equipos deportivos, la construcción de nuevos estadios entraña graves riesgos económicos, que suelen financiar los contribuyentes. Estos proyectos no logran generar los beneficios económicos esperados, dejando a los contribuyentes con una deuda millonaria en dólares. Esto no es sólo un problema en Oakland, sino en todo el país, ya que las ciudades y los estados siguen ofreciendo lucrativos incentivos para atraer a equipos deportivos profesionales a sus comunidades. Por este motivo, un trabajo de la Reserva Federal de St. Louis señala que la mayoría de los economistas se oponen al gasto público en estadios deportivos. Las Vegas ya se encuentra en apuros para pagar 750 millones de dólares en bonos solventados con los impuestos hoteleros para albergar a los Raiders, que, irónicamente, abandonaron Oakland después de décadas de considerarla su hogar.
Es cierto que en el acuerdo propuesto para el estadio de béisbol frente al mar, la ciudad no habría pagado "cientos de millones de dólares" por el estadio en sí. No obstante, el financiamiento municipal dependía de subvenciones estatales y federales para mejorar las infraestructuras. Además, los A's estaban solicitando que la ciudad creara un distrito fiscal para pagar "la limpieza del suelo, los trabajos sísmicos, los servicios públicos, las veredas, las calles y otras mejoras necesarias para preparar el emplazamiento de la Terminal Howard". Mantener a los A's significaría probablemente que la ciudad destinaría más dinero público a la urbanización.
Nadie puede decir con seguridad que los A's lograrán aterrizar en Las Vegas. Todavía está lejos de ser un hecho, y Las Vegas tendría que pasar por un proceso similar al que Oakland está atravesando actualmente con respecto a la planificación.
Si bien la noticia de que los A's de Oakland podrían abandonar Oakland es un momento triste para los simpatizantes del equipo y para la ciudad en su conjunto, que ya ha perdido a los Raiders y a los Warriors, resulta esencial reconocer que la economía de los deportes profesionales es compleja y que las ciudades y los estados deberían ser cautelosos a la hora de ofrecer incentivos para atraer equipos deportivos a sus comunidades. En lugar de centrarse en los equipos deportivos profesionales, deberían asegurarse de que sus ciudades puedan lograr beneficios económicos a largo plazo para sus residentes; el bienestar corporativo no forma parte de esa receta.
Traducido por Gabriel Gasave
Jonathan Hofer es Investigador Asociado en el Independent Institute,
- 31 de octubre, 2006
- 23 de enero, 2009
- 4 de septiembre, 2015
- 23 de julio, 2015
Artículo de blog relacionados
Por Carlos Angulo Parra y Miguel A. Cervantes Una de las ideas que...
20 de junio, 2020- 8 de septiembre, 2011
República Hoy se cierran las inscripciones a candidatos para las próximas elecciones en...
7 de julio, 2015El Salvador Mientras Hu Jintao, el presidente chino, visitaba Costa Rica, Perú y...
26 de noviembre, 2008