Instituciones

Es una expresión que mucho se repite: mejorar las instituciones. Podemos creer que se trata de mejorar el funcionamiento operativo de ciertos organismos del Estado. O algo similar en términos concretos de acción diaria. O simplemente nos suena bien, pero no sabemos de qué se trata. Pero la institucionalidad va más allá de lo visible: es el tejido mismo sobre el cual se sustentan nuestras acciones. Tejido cultural, de actitudes, visiones, de lo que estamos dispuestos a tolerar para que nuestro esfuerzo individual tenga mejores resultados y que la convivencia colectiva sea mejor.
Institución es nuestra percepción de la corrupción. Se dice que todos los escándalos surgidos en los últimos tiempos no afectan las elecciones porque a la gente le parece un tema secundario. Si eso es cierto, entonces es lógico que tengamos el fiscal o el contralor que tenemos, serían solo el reflejo de nuestra pasividad y todo lo que esconden es porque sienten la permisividad colectiva.
Institución es cuando el tiempo de los demás nos es indiferente, por eso la permanente impuntualidad. Igual que el comportamiento en las vías: nuestra irresponsable manera de conducirnos en el tráfico es solo el resultado de nuestra falta de respeto hacia el otro.
Institución es cuando pensamos que puede haber trampa en las elecciones y aunque eso nos molesta, creemos que es parte de las cosas que pasan en el país, “así mismo es la pelea política”. De la misma manera, cuando el presidente de la República o miembros del Gobierno creen que en ciertos momentos pueden mandar instrucciones disimuladas al Tribunal Electoral o amenazarlo porque el resultado no fue lo que se creía y se quería.
Mala institución es cuando el presidente nueve a los mandos militares para tener cerca a los más afines a su pensamiento, pero también lo es cuando un militar (con o sin razón, eso no es el problema) da su opinión sobre la manera como se llevan las elecciones o cómo los militares tienen o no la custodia de las ánforas electorales. Los mandos militares no pueden estar sometidos a las amistades del poder (sí están sometidos al poder civil, lo que es muy diferente), pero los militares no son garantes de la democracia, su rol solo es la seguridad del país.
Institución es el equilibrio que debe haber entre las funciones económicas dentro del Gobierno. Finanzas, Banco Central y Planificación deben obedecer a una lógica y a una dependencia diferente, no pueden los tres estar sujetos a la misma cabeza.
Institución es la democracia, pero no entendida solo como un mecanismo que reparte votos, sino cómo equilibra el poder entre el Estado y los ciudadanos por un lado, y entre las funciones del Estado, por otro. El contrapeso independiente entre Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y entre mayorías y minorías, es fundamental. No hay nada más alejado de la democracia que haber declarado obsoleto el equilibrio de los tres poderes, o el decir que “solo participan en política los que ganan elecciones”. ¡Institución es no haber estado sujetos a diez años de lavado de cerebro!
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