2014, el año del papel boliviano

El Día, Santa Cruz
El viernes 3 de enero, el presidente Evo Morales inauguró la empresa Papeles de Bolivia (PapelBol), lo cual representa más que un avance en la economía boliviana, una confusión enorme del Estado respecto a su verdadera función.
Partiendo por los principales roles de un Estado, se encuentran, según el premio Nobel de Economía Milton Friedman: proteger a las personas de la coerción física de sus vecinos o países extranjeros, brindar un mecanismo para decidir sobre las normas que queremos ejecutar y por último, resolver conflictos sociales mediante la justicia.
Durante muchos años esta fue la principal tarea de los gobiernos en el mundo hasta que comenzaron a involucrarse en el mercado, coartando las libertades y la espontaneidad del mismo utilizando diversas regulaciones y hasta incluso formando parte ellos mismos en el mercado con empresas públicas, mejor conocidas por su apodo demagogo “empresas del pueblo”.
Analicemos con el ejemplo de “PapelBol” qué es lo que pasa cuando el estado sufre esta crisis de complejo de empresario.
En primer lugar se crea ineficiencia, puesto que el Estado gasta recursos robados a los ciudadanos mediante impuestos los cuales serán gastados sin importar el costo beneficio, debido a que no existe un pesar al gastar dinero ajeno. PapelBol comenzó a construirse hace más de 5 años, lo que un empresario privado con su propio dinero hubiera hecho eficientemente en 1 o 2 años.
En segundo lugar, se crea un mercado ficticio, ya que el verdadero precio del papel está puesto por el mercado competitivo, por lo tanto al ingresar PapelBol con su papel más barato -que no es rentable- afectará a los demás ofertantes de papel que sí han arriesgados recursos propios en la inversión papelera, incrementando así a largo plazo los precios del papel en el país.
Por último y en tercer lugar: Al ser PapelBol una empresa pública ineficiente, los bolivianos tendrán que sufrir las consecuencias aumentando sus impuestos para cubrir el malgasto, la corrupción y la pérdida económica de la empresa año tras año.
En conclusión, si el mercado de papel en Bolivia realmente fuera una atracción, ya hubiera empresarios privados bolivianos o extranjeros dispuestos a invertir para crear una empresa papelera rentable y competitiva, analizando y realizando investigaciones de mercado, además cuidando al máximo la eficiencia de sus recursos. Por el contrario el inquilino de la casa presidencial de Bolivia con su complejo de empresario se ha lanzado una vez más a incursionar en asuntos que no le competen a su cargo y que corrompen el mercado.
Feliz 2014, año del papel barato y boliviano.
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