La venta de Nokia a Microsoft deja a Europa sin gigantes tecnológicos

iEco

Hace 13 años, en una de esas cumbres europeas llenas de promesas que
nunca se cumplen, los miembros de la Unión aprobaron un programa para que Europa fuera "la economía del conocimiento más competitiva
y dinámica del mundo de aquí a 2010". Pasaron trece años y las
promesas, con la ayuda de la crisis financiera, se las llevó el viento.

La
venta de la finlandesa Nokia a la estadounidense Microsoft acaba con la
última gran empresa europea de electrónica ligada a las comunicaciones,
sector que ha vivido en los últimos años fuertes avances tecnológicos. La holandesa Philips, la sueca Ericsson y la francesa Alcatel son apenas una sombra de lo que fueron. Siemens ha ido abandonando poco a poco las tecnologías de la comunicación.

La rendición de Europa en la guerra de las empresas tecnológicas se produce por 4.100 millones de euros, lo que pagó Microsoft por la división de celulares de una Nokia
que hace una década valía quince veces más y que tendrá que
reinventarse para volver a crecer. Antes de convertirse en uno de los
gigantes mundiales de los celulares, fue comercializadora de bosques de
pinos, productora de neumáticos de automóviles y fabricante de aparatos
de televisión.

Los gigantes están lejos. Por cifra de negocios, la surcoreana Samsung lidera el mercado mundial de la electrónica de consumo con 184.000 millones de dólares. Le
siguen las estadounidenses Apple (156.000) y Microsoft (74.000), la
japonesa Sony (68.400), la surcoreana LG (46.000), las chinas Huawei
(35.000) y Lenovo (34.000), la estadounidense Google (20.200) y la
taiwanesa HTC (9.700).

También sufren las inversiones. Un
estudio de la consultora BCG citado por el diario francés "Le Monde",
asegura que el declive de la inversión en telecomunicaciones que sufre
Europa (de un 2% anual frente a aumentos del mismo porcentaje en otras
regiones del mundo) hará que el viejo continente pierda de aquí a 2020 hasta 750.000 millones de euros de PBI y deje de crear 5,5 millones de empleos.

A Europa le quedan grandes operadores telefónicos
como Deutsche Telekom, la británica Vodafone o la española Telefónica,
pero mientras hace años decidían qué teléfonos celulares incluían en sus
contratos, ahora los grandes grupos europeos, que suman apenas una
decena, compiten para ofrecer a sus clientes las últimas novedades de
Apple o Samsung, reyes del mercado que marcan las normas.