Comerse un cable: el acceso a Internet en Cuba
Committee to Protect Journalists
Por
esas bromas de la vida, en Cuba hay una expresión muy popular que es sinónimo
de dificultad y crisis. Cuando se quiere señalar lo mal que le va a alguien
económicamente, basta decir metafóricamente "se está comiendo un cable". El
humor callejero ha identificado el acto de masticar y tragarse un tendido de
alambres con las penurias y las estrecheces materiales. Justamente la parábola
gana fuerza por estos días al referirse a la situación del cable de fibra
óptica instalado entre Cuba y Venezuela y que aún
no brinda servicio a los clientes nacionales.
Hace
tres semanas un experto de Renesys, firma norteamericana que analiza el tráfico
en Internet, sugirió en su blog que el tendido Alba-1 habría comenzado a tener
latencia. En un primer momento la actividad fue perceptible en una sola
dirección, pero después de varios días ya se corroboraba el envío y recepción
de datos.
Desde
2007 Cuba y Venezuela comenzaron las labores para instalar un cable submarino
que lleva por nombre las siglas de la Alternativa Bolivariana para los pueblos
de Nuestra América. Al costo de 70 millones de dólares y después de sucesivos
retrasos, el cable tocó tierra en Santiago de Cuba en febrero de 2011. Sin
embargo, la Isla continúo utilizando los servicios de los proveedores de
Internet a través de satélite. Durante los dos años transcurridos, los medios
oficiales guardaron silencio alrededor del cable lo cual fomentó los rumores de
una posible avería por malos manejos o por desvío de recursos.
Doug
Madory, ingeniero de investigación en Renesys, afirmó también que la empresa
española Telefónica SA había comenzado a dirigir tráfico de Internet a la
Empresa e Telecomunicaciones de Cuba SA. Sin embargo, Telefónica negó que
estuviera suministrando servicios de enrutamiento para el Alba-1; no obstante
confirmó que provee de otros servicios a la empresa estatal ETECSA.
El
hecho de que de que el tráfico de Internet hacia Cuba haya caído por debajo de
los 480 milisegundos, podría ser una evidencia de que la Isla está usando otras
fuentes de acceso además de los satélites. "Aunque la activación del Alba-1
pudiera ser una buena medida para mejorar los enlaces de ETECSA con internet,
probablemente Cuba seguirá sin poder disponer de una amplia oferta de acceso a
la red", escribió Madory en el sitio de Renesys.
Según
datos oficiales en la Isla 23,23 de cada cien habitantes tendrían acceso a
Internet. La cifra ha sido muy criticada y puesta en duda por varios analistas,
que aseguran en ella se incluyen también los usuarios de la intranet
nacional. Estudios realizados colocan a Cuba en el último puesto de América
latina con sólo un 3% de tasa de conectividad
a la red internacional, pero incluso ese número resulta optimista.
Durante
las dos semanas transcurridas desde los primeros indicios de latencia del
cable, no se ha percibido ningún cambio en la conectividad para usuarios de
centros laborales o docentes. Tampoco, según se ha podido comprobar, ha
aumentado la velocidad de los pocos cibercafés que existen en La Habana. Con un
precio que oscila entre 5 y 10 euros por una hora de acceso a la web, los
hoteles continúan ofreciendo este servicio extremadamente lento y con múltiples
sitios censurados.
El
mismo día en que se anunció la actividad del Alba-1, un joven que aguardaba a
las afueras de un concurrido local de internet en la Habana Vieja se mostró
sorprendido por la información suministrada por Renesys. "¿Y ahora cómo van a
explicar que tengamos que pagar tanto por una hora de conexión?" concluyó, y
varias personas que esperaban su turno frente a un ordenador, también
coincidieron en la misma interrogante.
Por
su parte el periodista independiente Frank Abel García, quien tiene una cuenta
en la red social Twitter @FrankAbelCuba y publica en ella a través de mensajes
de sólo texto, se mostró escéptico con la noticia. "Me parece que no hay
interés ni voluntad política por parte del gobierno en que el pueblo tenga
acceso a Internet". A su juicio si el cable se activa masivamente podría ser un
"duro golpe a la propaganda oficial". "Se le abrirían los ojos a muchas gente
con respecto a lo que pasa en el mundo y también en nuestro propio país",
concluyó.
Los
medios oficiales, como es usual,
guardan silencio y muchos programas televisivos siguen mostrando a Internet
como un conglomerado de violencia, pornografía y falsa información. No obstante,
muchos jóvenes parecen entusiasmados y ansiosos con los últimos detalles sobre
el cable aparecidos en la prensa internacional. La gran telaraña mundial quizás
esté más cerca de lo que parece.
Yoani Sánchez es una pionera de
la comunidad de blogueros en Cuba. En 2008, la revista Time la incluyó entre
las 100 personalidades más influyentes del mundo. En 2009, recibió una citación
del Maria Moors Cabot de la escuela de graduados de periodismo de la
Universidad de Columbia que premia la excelencia en el periodismo
latinoamericano.
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