Por qué se van de México los expresidentes
Dentro de unas semanas el expresidente Felipe
Calderón cumplirá una costumbre de la política mexicana: abandonará el
país para residir en el exterior.
Es una práctica que han seguido otros mandatarios, quienes suelen emigrar casi inmediatamente después de entregar el poder.
De hecho, en las últimas décadas
sólo dos expresidentes han logrado quedarse en México: Miguel de la
Madrid, quien gobernó entre 1982 y 1988, y Vicente Fox cuyo período
abarcó de 2000 a 2006.
En algunos casos los exmandatarios salieron del
país por un virtual exilio impuesto por el nuevo presidente. En otros la
migración fue para evitar escándalos por irregularidades y crisis en
sus respectivos gobiernos.
Ahora Calderón se mudará a Massachusetts,
Estados Unidos, donde a lo largo de 2013 participará en el Programa
Angelopoulos de Líderes Públicos Globales de la Escuela de Gobierno John
F. Kennedy.
Aunque oficialmente la mudanza tiene razones
académicas, algunos analistas han dicho que la salida del país también
es por la seguridad del ex presidente y su familia, tras los seis años
de guerra contra el narcotráfico que causaron la muerte a más de 50.000
personas.
Amenazas
De acuerdo con la Procuraduría (fiscalía)
General de la República (PGR), durante su gobierno Calderón recibió al
menos seis amenazas contra su seguridad.
El riesgo fue tal que en 2007, antes de realizar
un viaje a Tamaulipas, al noreste del país, el presidente mexicano
grabó un video para despedirse de sus hijos pues su equipo de seguridad
tenía sospechas fundadas de que podría ocurrir un atentado a su avión.
Recientemente Calderón contó la historia durante
una comida con sus colaboradores, según fue documentado por algunos
medios locales. El viaje no fue suspendido.
Las amenazas, sin embargo, no son las razones
oficiales para abandonar México pues según uno de los últimos
comunicados del gobierno anterior el expresidente fue invitado a
participar en Harvard para compartir su experiencia de gobierno.
Algo que el mismo Calderón ya tenía planeado.
Desde hace varios meses había dicho en entrevistas y discursos que al
concluir su gobierno tenía planeado dedicarse "a la academia".
Crisis y corrupción
Con Calderón será la primera vez en la historia
reciente que un exmandatario abandona el país sin que existan problemas
financieros y políticos de por medio.
Muy distinto al caso de Luis Echeverría Álvarez,
quien al concluir su gobierno en 1976 el país vivía una fuerte crisis
económica y una ola de violencia por la confrontación de policías y
militares contra grupos guerrilleros.
Miguel de la Madrid, una de las excepciones.
Echeverría pretendió seguir al frente de su
Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo, ubicado en en
la capital mexicana pero en lugar de ello debió viajar como embajador a
Australia por órdenes de su sucesor, José López Portillo.
En espacios editoriales de la época se
interpretó la decisión como un virtual exilio para evitar interferencias
del expresidente hacia el nuevo gobierno. La especie pareció
confirmarse con el destino diplomático: por esos años las relaciones de
México con Australia eran mínimas.
López Portillo también se fue del país al
concluir su gobierno, en 1982, entre acusaciones de corrupción y una
nueva crisis financiera por un excesivo endeudamiento gubernamental para
financiar proyectos petroleros que no prosperaron.
Pasó varios años en Europa, donde con frecuencia encontraba a mexicanos que, al reconocerlo, lo insultaban.
Años después, en 1995, el expresidente Carlos
Salinas de Gortari siguió el mismo camino después que su hermano Raúl
fue encarcelado con la acusación de ordenar el asesinato de su cuñado.
También ese año estalló una de las crisis
económicas más severas de la historia mexicana, que según funcionarios
de nuevo gobierno -encabezado por Ernesto Zedillo- fue provocada por el
mal manejo financiero en el equipo de Salinas.
Volver…
El expresidente permaneció fuera de México
durante los seis años del gobierno de su sucesor. Fue una decisión
obligada, le explica a BBC Mundo Gerardo Ávalos Tenorio, investigador de
la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
"Zedillo quiso mantener a Carlos Salinas afuera
de la política, no fue sólo un autoexilio", cuenta. "El expresidente
tenía un clima muy adverso, y el nuevo gobierno tenía necesidad de
consolidarse".
Paradójicamente, Ernesto Zedillo también
abandonó México al concluir su administración y después que el PRI
(Partido Revolucionario Institucional) perdiera el poder tras 70 años de
gobierno.
El mandatario vive desde 2000 en Estados Unidos y
hasta ahora es el único que no parece interesado en regresar a su país.
Sus antecesores sí lo han hecho, explica el académico Ávalos Tenorio.
"Todos los expresidentes vuelven
subrepticiamente a México, aunque no lo hacen para participar en
actividades políticas", explica. "Se quedan al precio de no hablar".
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