El miedo será un factor clave en las elecciones venezolanas el domingo
Cuando una firma de sondeos preguntó el mes
pasado a los votantes por quién votarían en la boleta presidencial del
domingo, el 45.7 por ciento se manifestó a favor de reelegir a Hugo
Chávez, el 46.5 por ciento apoyó a Henrique Capriles y 7.7 por ciento
afirmó que no sabía o no respondió.
Pero el empate virtual cambió
drásticamente cuando los mismos encuestadores de la firma, Consultores
XXI, pidieron a los mismos votantes marcar en privado copias de una
boleta real y depositarlas en cajas selladas.
La respuesta no sabe
o no contesta (ns/nc) se redujo al 4.8 por ciento, mientras que el voto
a favor de Capriles aumentó al 48.9 por ciento. La votación a favor de
Chávez se mantuvo igual.
Y eso, alegan críticos de Chávez, prueba
que muchos votantes temen que el gobierno izquierdista los castigará si
expresan algún tipo de apoyo a la oposición o, lo que es peor, votan en
contra de la reelección del presidente para otro término de seis años.
El
llamado “factor miedo”, que podría generar una sorpresa en la elección
del domingo, es importante porque ambos lados han acusado al otro de
planear actos de violencia y otras acciones si ven que están perdiendo
los comicios.
Aunque la mayoría de los sondeos muestran a Chávez a
la cabeza, algunos ponen a Capriles, el candidato de la oposición
unificada, ganando terreno al presidente de tres términos, y otros
muestran al retador empatado o incluso por delante.
Pase lo que pase el domingo, el temor a la retribución del gobierno está bien fundado.
Luego
de que los nombres de 2.4 millones de votantes que habían firmado
peticiones para derogar a Chávez se hicieron públicos en el 2004, muchos
acusaron a las oficinas gubernamentales de despedir empleados y negar
servicios a las personas en la “Lista Tascón”.
Omaira Martínez,
trabajadora de 46 años, de la oficina de recursos humanos de una
compañía privada, afirmó que un banco estatal le negó un préstamo de
unos $7,000 para comprar un auto, y que ni siquiera quiso aceptar su
solicitud para una hipoteca.
“Desde el momento que yo entré ahí,
ellos sabían que mi nombre estaba en la lista. Y me dijeron que sabían”,
dijo Martínez. “De hecho, más bien alardearon que sabían, que podían
castigar a cualquiera en la lista”.
Chávez urgió a sus partidarios
en el 2005 a que dejaran de usar la lista, pero su gobierno también ha
sido acusado de castigar a sus críticos por medio de presentar falsas
acusaciones criminales en su contra, haciendo que los inspectores del
fisco les siguieran el rastro y confiscaran sus negocios y fincas.
Bajo
semejantes presiones, el simple acto de responder una encuesta política
es intimidatorio, especialmente por los más de dos millones de
empleados estatales y aquellas personas que reciben beneficios del
estado, afirmó Erick Eckvall, consultor político estadounidense que
lleva 30 años viviendo en Venezuela.
“Es lo mismo que hacer
encuestas en Cuba. Imagínense ir allí de puerta en puerta a preguntar a
la gente qué es lo que piensan de Fidel Castro”, indicó Eckvall, quien
ha escrito varias columnas sobre el temor de los votantes al gobierno de
Chávez.
Christian Burgazzi, especialista en encuestas a
empleados de empresas privadas, en las que el temor también puede
influir en los resultados, señaló que un sondeo reciente a venezolanos
pobres y de clase media baja mostró que el 42.6 por ciento de los mismos
tenía miedo de hablar de política con sus vecinos.
“Si no hablan
con sus vecinos, menos lo hacen con encuestadores”, afirmó. Burgazzi
señaló que una encuesta llevada a cabo a fines de septiembre señaló la
respuesta indecisa o negativa en más del 23 por ciento, una cifra
demasiado alta a tan poco tiempo de la votación.
Algo que complica
el “factor miedo” es evidencia de que algunas compañías que están
haciendo encuestas políticas este año son poco más que extensiones de
las campañas en pugna, creadas o contratadas específicamente para
producir sondeos que muestren que sus candidatos van a ganar con toda
seguridad.
Jesse Chacón, ex ministro del Interior y Justicia de
Chávez, dirige ahora GIS XXI, una firma de sondeos que ha dado al
presidente algunos de los márgenes de victoria más altos entre las
aproximadamente 10 compañías que están llevando a cabo sondeos
políticos.
“La verdad es la primera víctima en la ‘guerra de las encuestas’”, comentó Burgazzi.
Lo que es más, existe temor de que el sistema de votación computarizada
establecido por el gobierno para las elecciones del domingo será capaz
de violar la promesa de una votación secreta y registrar si un individuo
votó por Chávez o Capriles.
Los votantes pondrán sus pulgares en
lectores electrónicos de huellas digitales para confirmar su identidad
antes de votar en una pantalla computarizada. El Consejo Nacional
Electoral, controlado por partidarios de Chávez, ha insistido en que no
hay manera que el sistema pueda registrar cómo votó un individuo en
particular.
La campaña de Capriles no ha dado mucha importancia al
lector de huellas digitales, claramente preocupada de que sugerir la
posibilidad de que el voto no será secreto llevaría a algunos de sus
partidarios a quedarse en sus casas este fin de semana.
Burgazzi,
Eckvall y varios académicos han hecho un minucioso análisis matemático
de algunos de los más de 100 sondeos políticos llevados a cabo en
Venezuela durante la última década, en un intento de medir cómo afectará
el “factor miedo” los resultados del domingo.
Han comparado
encuestas anteriores con los resultados reales de las elecciones, han
promediado y graficado las variaciones, tratado de corregir el sesgo y
medido los cambios de las primeras encuestas de este año con las últimas
del mes pasado.
Y llegaron a la conclusión que, aunque el apoyo a
Chávez se ha mantenido más o menos estable a medida que se aproxima el
día de elecciones, la respuesta ns/nc ha ido disminuyendo mientras que
Capriles se ha empatado o ha adelantado al presidente con márgenes desde
unos pocos miles a 600,000 votos.
Funcionarios del gobierno de
Chávez advirtieron esta semana que los pronósticos optimistas de la
oposición son falsos, designados únicamente para crear un clima de caos e
incertidumbre y negar una victoria presidencial en las urnas.
Partidarios
de Capriles alegan que Chávez no planea aceptar la victoria de la
oposición y está haciendo esas acusaciones para establecer las bases de
una dura represión contra cualquier esfuerzo de la oposición de combatir
un fraude electoral.
Los últimos sondeos dados a conocer por las
firmas Datanálisis, Hinterlaces, GIS XXI, Consultores 30.11 y ICS
conceden la victoria a Chávez, mientras que Consultores 21 y
Predicmática favorecen a Capriles y Varianzas anuncia un empate.
Existe también otra manera no muy matemática de tomar el pulso a los
votantes de Venezuela, declaró Burgazzi: medir más bien las compras de
gorras de béisbol con los símbolos de las campañas de Chávez y de
Capriles. El resultado: cinco a uno a favor de Capriles.
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