El lado negativo de nuestro idioma
Gente Today, Houston
“La muerte y la vida están en el poder de nuestra lengua”, reza un
proverbio bíblico y esto quiere decir simplemente que lo que hablamos es
lo que atraemos. Si hablamos positividad, atraemos positividad, y
viceversa si vamos por allí hablando negatividad y quejándonos por
nuestros problemas, precisamente atraeremos eso,  problemas,
negatividad,  etc. Sin duda alguna decirlo es muy fácil,  sin embargo,
el aplicarlo es la prueba más difícil, es también la prueba que
todos queremos pasar día con día.
Haciendo un análisis de nuestra lengua y nuestra cultura llegué a la
conclusión de que este famoso proverbio está en chino que lo
pasemos  positivamente porque simple y sencillamente nuestro idioma es
“negativo.” El español es abundamente, romántico y rico pero la triste
realidad es que también es muy negativo.
Como todo en la vida se empieza con lo bueno,  comenzamos con las
raíces del español que son buenas. Son cuatro; ben, bien, bon y
buen,  derivadas del latín “bene”.  Tenemos palabras positivas  como
benévolo, bienaventurado, bonanza, beneficio, bondad, benevolencia,
buenaventura, etc.
Etimológicamente solo tenemos una  raíz que es negativa  “mal” del
latín “male”  y “malus”. El problema de esto son  las palabras,  frases o
actitudes que se desprenden de esta raíz negativa porque son mucho más
que las positivas y por si fuera poco se proliferan.  Tenemos frases
como “me muero de la risa,    “me gusta horrores” o también  la frase
relativamente nueva que inventaron en Monterrey, México para describir
algo súper bueno,   dicen,  “está matón”.  Después nos quejamos de la
violencia que se vive en la sociedad sin detenernos a pensar que lo que
hablamos, atraemos.
La negatividad de nuestro idioma estriba  en un buen porcentaje en lo
cultural. La mayoría de nuestras conversaciones por lo general son
iniciadas con la palabra  -no-; ¿No fuiste al cine ayer? ¿No has comido
ese platillo?  ¿No te diste cuenta? ¿No está tu mamá? ¿No vas a venir
conmigo?
De hecho al enseñar el español como segunda lengua, así se presenta
el concepto como  las ‘Palabras Negativas’, que
son;  nada-nadie-nunca-tampoco-ninguno-ni.
Cabe mencionar que mientras en inglés usar dos negaciones en un
enunciado es totalmente incorrecto, en español se presume que esto es
válido y muy correcto.
Si analizamos la frase o enunciado, “Yo nunca tengo nada ni nadie a
mi favor”,  nos quedamos asombrados  de que la única palabra positiva de
aquí es –‘favor’. Independientemente de quien la diga, que de por si ya
es una persona negativa,  la estructura y la cultura de la frase sale
invariablemente negativa.  Es decir, actuamos y hablamos negativamente
por inercia. Si esta misma frase la empleáramos  positivamente,
podríamos decir  algo así como “tengo poco a mi favor”, de esta
forma  estaríamos evitando las palabras negativas, nunca-nada-ni-nadie.
La pregunta es,  ¿cómo podemos aplicar la positividad  en nuestro
entorno si nuestra lengua y cultura es negativa?  Creo que la
respuesta  es rápida; con mucho esfuerzo,  práctica y dedicación.
¿Difícil? Sí, pero no imposible.  En los últimos tiempos se ha
registrado un movimiento fuerte  de gente tratando de adoptar un nuevo y
positivo vocabulario en su  hablar diario y si bien es cierto que el
paso es lento, también es cierto que cada paso que damos es seguro.
Vivimos en un mundo cambiante donde todo es posible. Nosotros tenemos
el poder, usémoslo y hagamos lucir positivo en todo momento a nuestro
idioma y nuestra cultura que ya de por sí es abundantemente rico.
La autora es Directora y Coordinadora de
Idiomas de Texas School of Languages con sede en Houston, Texas.
Profesora de español e inglés como segunda lengua.
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