Uruguay: Ineficiencia y corrupción
El País, Montevideo
En una reunión amistosa reciente pedí a algunos partidarios del Frente Amplio que me dijesen cuáles eran las obras nacionales concretas que entendían este había realizado a lo largo de la historia del país.
Después de un largo silencio alguien dijo con entusiasmo "el plan Ceibal". Este proyecto que tiene su origen en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en los Estados Unidos de América, vanguardia de la investigación y el avance tecnológico universal, llamado en origen "una computadora por ni-ño", fue una oportunidad que al menos se aprovechó, sin estúpidas consideraciones ideológicas en contrario, contra lo que suele ser la neurona que moviliza a la "entente" gobernante.
La realidad es que en la república, el aporte histórico de las fuerzas originadas en el anarquismo, continuadas por el socialismo marxista- leninista, el comunismo y el terrorismo tupamaro, para lo que han servido es para protestar, paralizar al país, dividirlo y enfrentarlo. Los últimos con una brutalidad incalificable que les hizo matar policías, soldados, obreros y ciudadanos desprevenidos impiadosamente; secuestrar gente indefensa y tirarla en una pocilga a la que llamaban "cárcel del pueblo"; violar los derechos humanos de quien en ganas le venía y provocar la reacción de la sociedad y el gobierno democrático al que atacaron, derivando las circunstancias hacia otro dictatorial, que se impuso a toda la sociedad. Cuando un señor Marenales que trabaja en proyectos que cuentan con el apoyo económico y comercial del presidente venezolano Chávez, campeón de la corrupción y pichón de Mussolini, dice que a los parlamentarios paraguayos "hay que fusilarlos", no está más que desnudando la vocación de asesino serial de la que está investido y que caracteriza a todo terrorista que se precie de tal.
En países que se esfuerzan por superarse, las divisiones y enfrentamientos internos les debilitan y en última instancia lo que se proclama como luchas de liberación, lo son de sumisión a intereses internacionales más fuertes. Las izquierdas, tumulto movido por la envidia y el resentimiento social, asumiendo posturas falazmente valiosas intelectualmente, en el fondo son una máquina de fracasos. Así lo muestran pueblos con un origen histórico único, políticamente fragmentados, co-mo en su momento lo estuvo Alemania, y actualmente Corea (incluso Taipei y China), en los que el sector democrático y capitalista avanzó raudamente y el sector comunista permaneció sumido en el peor de los atrasos.
En Montevideo, 20 años de intendencia filosocialista nos revelan corrupción en los casinos y muchas cosas más, saqueando impositivamente a los vecinos para que la plata se la lleven en carretilla la burocracia compañera y la burocracia toda. Las obras y servicios se deben.
En lo nacional, el escándalo reciente de Pluna en el que nos pusieron a todos los uruguayos como garantes de una deuda por aviones para una empresa regalada a piratas que se hicieron la América con la plata que falta en escuelas, hospitales, liceos, carreteras y tantas otras urgencias populares, es la frutilla arriba de la torta, que suma al papelón internacional constante que es actualmente nuestro primer estandarte.
Algo está claro: las autoproclamadas izquierdas vernáculas saben destruir y no saben construir.
- 12 de julio, 2025
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