Uruguay: El gran perdedor del Mercosur

El País, Montevideo
Entrevista al economista uruguayo Arturo Porzecansk.
-¿Qué opinión tiene del estado actual del Mercosur?
-El Mercosur está moribundo porque casi todo su comercio intrarregional no es -y nunca ha sido- libre. Hay que notar que su categoría comercial más importante involucra al sector automotor de Argentina y Brasil, donde rige el comercio administrado ("compensado") y lo único que no impera es la libertad comercial. Además, las reglas del juego comercial cambian constantemente, dependiendo de los vaivenes proteccionistas de sus principales socios. Y para peor, el acuerdo no ha servido de plataforma para negociar mejores condiciones de acceso a otros mercados nacionales o regionales en el resto del mundo. Por todo ello, el comercio intrazona es relativamente pequeño comparado con el comercio de por fuera de la zona, y el comercio extrazona se lleva a cabo a espaldas del Mercosur, todo lo cual es un indicio del grado de fracaso de este proyecto.
-En función de ese escenario pesimista que usted describe, ¿cree que el Mercosur tiene salvación?
-El Mercosur va a continuar moribundo porque los empresarios de sus países miembros van a continuar tratando de aprovecharlo lo más posible pese a sus profundas imperfecciones, y porque los gobiernos miembros no tienen el coraje ni de abolirlo ni de reformarlo. Lamentablemente, dado que el Mercosur es más que nada un proyecto político de sus gobiernos nacionalistas, las actitudes ideológicas que refleja el presidente (José) Mujica van a continuar imperando, y las actitudes pragmáticas del vicepresidente (Danilo) Astori van a continuar siendo minoritarias.
-A la distancia y a modo de balance, ¿Uruguay ganó o perdió al formar parte del Mercosur?
-Uruguay ha sido el gran perdedor del Mercosur y de las políticas proteccionistas anteriores. Los gobernantes de todo país chico tienen el deber de abrirle horizontes a sus ciudadanos a través de regímenes comerciales libres y amplios, para compensar por la falta de un mercado doméstico viable. En nuestro país, por el contrario, a partir de la década del `30 y hasta los `80, nuestros gobernantes le pusieron un "chaleco de fuerza" al desarrollo potencial del país, al incentivar la mala asignación de recursos a través de la llamada "política de sustitución de importaciones". Y luego, cuando ese modelo se agotó y fue abandonado, en vez de liberalizar el comercio de una vez por todas, en las últimas dos décadas le pusieron otro chaleco -el Mercosur- que forzó a nuestro pueblo a consumir bienes más caros y de menor calidad producidos en Argentina y Brasil (en vez de permitirles importar del resto del mundo), y le dificultó a nuestros exportadores (en particular, los no tradicionales) el acceso a los mercados de mayor dinamismo y poder adquisitivo del mundo. Uruguay pudo haber sido lo que Hong Kong y Singapur han sido para Asia, o lo que Holanda y Suiza han sido para Europa, es decir, pudo haber sido un puerto seguro para el comercio y no solo para el arribo de capitales fugados de sus vecinos.
-¿Cómo es visto Uruguay y el gobierno de Mujica en Estados Unidos?
-Al Uruguay se lo ve bien porque no es un país que le genere dolores de cabeza a Washington. Al fin y al cabo, el gobierno no se comporta de forma provocadora e irresponsable -como lo hacen los de Argentina, Ecuador y Venezuela- y su territorio no es fuente de narcotráfico o exportador de terroristas. Obviamente, a Estados Unidos le gustaría tener más aliados estratégicos en la región, y Uruguay pudiera ser uno de ellos, pero Washington se conforma con tener, aunque sea, un país problemático menos.
-Estados Unidos le ha manifestado a Uruguay que mantiene su intención de negociar un Tratado de Libre Comercio. Mujica ha dicho que Uruguay solo hace acuerdos de ese tipo dentro del Mercosur. ¿Es la postura correcta? ¿Le serviría a Uruguay acercarse a Estados Unidos y tomar distancia de Venezuela?
-A un país chico como el Uruguay le conviene acercarse y aprovechar todo mercado que pueda conseguir para sus exportadores, de manera que la actitud del presidente Mujica me parece muy mezquina para con el pueblo uruguayo. El nacionalismo o el regionalismo no ponen pan sobre la mesa, mientras que las exportaciones sí lo hacen. Para mí es inconcebible que si hay alguien en el mundo dispuesto a abrir sus puertas a los productos uruguayos, uno le diga: "No, gracias". No conozco de un solo país que se haya enriquecido sin explorar y explotar todos los mercados del mundo.
-Estados Unidos parece más concentrado en Asia y los países del Pacífico que en América del Sur. ¿La región perdió interés para la administración de Obama?
-Es que en Asia es donde vive la gente más interesada en mejorar su situación económica lo más rápido posible, y donde entienden que el nacionalismo es un lujo cuyo precio económico no conviene pagar. Por ende, es la región más abierta al comercio y a la inversión extranjera. Entonces, si usted fuera un líder empresario o gubernamental en los Estados Unidos y quiere que su tiempo y esfuerzo le rindan resultados, ¿acaso le daría la misma prioridad en su agenda a sus pares asiáticos o a sus pares latinoamericanos? ¡Se cae de maduro que no!
-¿Cómo se ha visto en Estados Unidos la decisión del gobierno argentino de expropiar el porcentaje de Repsol en YPF? ¿Esa decisión ha impactado -para bien o para mal- en la imagen de Uruguay?
-La medida de fuerza contra la petrolera española es vista como un manotazo más de los gobiernos peronistas que han estado en el poder en la Argentina durante la última década: comenzaron con violentar a los depositantes (la pesificasión asimétrica), luego a los bonistas (la moratoria y el "perdonazo" forzado), luego a las multinacionales que proveen servicios públicos (congelamiento de sus precios), luego a los agricultores (impuestazo a las exportaciones), luego a los jubilados presentes y futuros (nacionalización del ahorro previsional), luego a los productores que precisan importar (requerimientos de que exporten y permisos para la importación), y también a los que quieren comprar divisas (controles de cambio). Por el contrario, cuanto más se violentan los derechos de la propiedad y la libertad de los consumidores, productores y otros en la Argentina, y cuanto más ellos se respetan en el Uruguay, más se valoran las actitudes responsables y la tradiciones por las cuales nuestro país es conocido.
-¿Es sustentable el modelo económico y político argentino? ¿Ante una crisis, podría repetirse un escenario similar al de 2002? ¿Cómo puede impactar en Uruguay una crisis argentina?
-No, claro que no es sustentable, y pese a que los precios de las materias primas que exporta Argentina siguen muy elevados, y por ende las exportaciones y la recaudación siguen aumentando, ya no se pueden tapar las rajaduras del modelo económico peronista versión siglo XXI. Por ende, las semillas de una tremenda crisis económica ya han sido plantadas. Ahora bien, resulta muy difícil predecir qué evento va a detonar la crisis, o cuándo ella va a suceder. ¿Podemos tener una corrida bancaria en la Argentina como la que vimos en el 2001, provocando un resquebrajamiento definitivo del modelo económico? Claro que sí. ¿Podemos ver disturbios laborales o sociales que pudieran desestabilizar al gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner? Por supuesto. Ahora bien, cuando las cosas exploten en la Argentina, ¿acaso se va a repetir la historia uruguaya del 2002? Pienso que no, pero sería ingenuo pensar que no se van a sentir los efectos en Uruguay.
- 23 de julio, 2015
- 16 de junio, 2012
- 8 de junio, 2012
- 18 de marzo, 2013
Artículo de blog relacionados
La Tercera Tiene que pensarse bien la atribulada derecha francesa si quiere darle...
5 de julio, 2014Libertad Digital, Madrid Leo en Cinco Días que para Galbraith "las causas de...
19 de enero, 2009- 12 de septiembre, 2013
El Mercurio Los críticos del sistema económico basado en la propiedad privada y...
8 de abril, 2009