¿Qué pasa si el bolivariano no logra competir en octubre?
Fue a mediados de abril cuando un conmovido Hugo Chávez dio por tierra con todos los intentos de sus allegados para despejar la incertidumbre sobre su salud.
Con los ojos cerrados y ante una sorprendida concurrencia, rogó “Cristo, dame vida, aunque sea vida llameante, vida dolorosa, no me importa”. Ésa fue la primera insinuación oficial de que el cáncer que sufría estaba lejos de curarse.
La posterior demora para confirmar su candidatura presidencial y su propio silencio prolongado llevaron a que toda Venezuela estuviera pendiente de sus escasas apariciones públicas, a veces limitadas a fotografías o a algunos comentarios en las redes sociales. Todo ello no hizo más que alimentar las preguntas clave: ¿podrá participar de las elecciones del 7 de octubre? Y si lo hace, ¿estará en condiciones de completar un eventual nuevo mandato? La formalización de su postulación, concretada ayer, despeja apenas parcialmente el primero de esos interrogantes, pero no termina con las dudas.
Este factor inesperado depara una serie de escenarios que exceden los habituales de “ganador-perdedor” y plantea la posibilidad de un giro histórico. De la mano de esto, la teoría de un “chavismo sin Chávez” es cada vez más mencionada y, según quienes conocen bien el oficialismo venezolano, es analizada de forma concreta en el propio Palacio de Miraflores.
Éstos son los escenarios que se abrirían si Chávez sufriera un agravamiento de su estado tal que le impidiera continuar en la política activa:
Ausencia del candidato
En caso de fuerza mayor, “conforme a la ley electoral, puede ser reemplazado por los partidos que lo postulan”, explicó a Ámbito Financiero por teléfono Gerardo Fernández, abogado especialista en Derecho Constitucional. “Si la falta absoluta se produce hasta diez días antes de las elecciones, el Consejo Nacional Electoral debe suplantar la boleta electrónica con la foto y el nombre del candidato sustituto”, explicó. Sin embargo, en caso de que la vacante se concrete “a menos de diez días del comicio, puede sustituirse el candidato, pero la boleta electrónica no sufriría cambios”, añadió el también profesor universitario de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Ésta sería una eventualidad de fuertes consecuencias políticas que delinea el más favorable para el Partido Socialista Unido (PSUV), ya que el eventual sucesor se beneficiaría con la imagen del mandatario, sin par a la hora de traccionar votos en el oficialismo.
En ese caso, “los aspirantes más probables pueden ser: el teniente coronel, Diosdado Cabello, quien lo ha acompañado como acólito desde la escuela militar y cuenta con influencia en las Fuerzas Armadas”, explicó el periodista venezolano Manuel Malaveren referencia a quien hoy es el presidente de la Asamblea Nacional, el parlamento unicameral.
“Sigue (el canciller) Nicolás Maduro, con apoyo fuerte en el sector civil chavista, en la Asamblea Nacional y poderes como el Tribunal Supremo de Justicia y la Fiscalía Nacional. También tiene apoyo entre la burocracia regional de gobernadores y alcaldes el vicepresidente Elías Jaua, el más joven de los tres, que viene del movimiento estudiantil” y cuenta con respaldo de sectores populares, explicó.
De la lista de favoritos, el especialista quita a su hermano Adán y a su hija María Gabriela, dado que el apoyo que concitan en la interna del PSUV es escaso.
Suspensión de las elecciones
Si el oficialismo no logra nombrar un postulante suplente en tiempo y forma, puede que la CNE determine la falta de oferta electoral, dado que estos comicios están polarizados entre el PSUV, que nuclea a más de 34.000 organizaciones y partidos nacionales, y la Mesa de Unidad Democrática (MUD) de Henrique Capriles, integrada por una treintena de agrupaciones opositoras.
Con este escenario en mente, desde ambos bandos se acusan de pergeñar un plan desestabilizador previo al 7-O para aplazar la cita electoral.
Victoria y vacío de poder
Aunque los resultados de los sondeos de opinión presentados por las diferentes empresas de consultoría son dispares, la mayoría coincide en señalar que Chávez triunfaría en la contienda, muy a pesar de los deseos opositores de capitalizar las limitaciones físicas del bolivariano. “En el supuesto de que gane las elecciones y su salud no le permita tomar el cargo, el presidente de la Asamblea Nacional (Cabello) asume la presidencia y se celebran nuevas elecciones en un plazo de 30 días”, indicó Fernández.
Esta disposición constitucional rige por los dos primeros tercios del período presidencial, es decir durante cuatro años, añadió Malaver. Si se da en los dos años finales del mandato, “el vicepresidente ejecutivo o vicepresidenta ejecutiva asumirá la Presidencia de la República hasta completar el mismo, dice el artículo 233 de la Constitución. Una salvedad: el vicepresidente puede ser nombrado, removido o reemplazado en cualquier momento por el primer mandatario, pero el cargo no puede recaer en un familiar directo de éste. Otro obstáculo para una posible aspiración de Adán Chávez, gobernador del estado de Barinas.
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