Amigo ejemplar

El Expreso de Guayaquil

Las personas en el transcurso de sus vidas se hacen de amigos y conocidos. Los primeros son muy escasos; los segundos, numerosos. Hay grandes diferencias entre ambos casos, siendo la principal la calidad humana. Los amigos son auténticos, no buscan ningún beneficio personal, ni se aprovechan de la amistad; se hacen presentes en los buenos y malos momentos, siempre deseosos de ayudar; no les gusta llamar la atención ni alardean de lo que hacen, son silenciosos. Los conocidos son los contactos que nacen en la gestión profesional o personas que se conocen en eventos sociales. Generalmente ese tipo de relaciones son pasajeras, hay algún interés de por medio, las acciones no son siempre sinceras.

Por haber tenido fuertes alzas y bajas en mi vida, he podido darme cuenta de quiénes son verdaderos amigos y quiénes conocidos. Entre los primeros se distingue Carlos Julio Arosemena Arosemena, mi querido primo, que partió a la eternidad hace pocos días. Él fue amigo ejemplar, siempre dispuesto a darme la mano, cuando la necesitaba. Durante un largo período, los años más duros de mi vida, requerí de su gestión profesional y la hizo con dedicación, sin buscar ningún beneficio monetario. Décadas atrás tuve que viajar al exterior en busca de asistencia médica y me acompañó, sin habérselo solicitado, cubriendo él sus propios gastos. Carlos Julio fue así con todos sus amigos, siempre presto a ayudar de diversas maneras.

Hace más de tres décadas, él y José Alvear Icaza se unieron para ofrecer asesoría jurídica, se especializaron en el área de seguros y pronto lograron tener como clientas a las aseguradoras más importantes de la ciudad y empresas dedicadas a otras actividades. Fue intendente de Compañías en la administración de Sixto Durán Ballén, desempeñando su trabajo con responsabilidad e integridad.

Tuve la suerte de compartir con Carlos Julio momentos inolvidables durante la niñez y adolescencia. En las últimas dos décadas dejé de verlo con la frecuencia que lo hacía anteriormente, pero trataba de llamarlo o visitarlo un par de veces por año. Los amigos extrañaremos su amistad.