Ganar engañando a los pobres

Durante una conferencia de prensa realizada a Henrique Capriles, un periodista de la oficial Radio Nacional aseguró que era "logísticamente imposible" que tres millones de venezolanos hubieran participado en las primarias que definieron a este candidato único para enfrentar a Chávez. "Digiéranlo, son tres millones… Cuál es el problema. Por qué les preocupa tanto", respondió. Pues algunos, como Chávez y amigos, se preocupan porque temen perder el mal habido poder, mientras que los burócratas temen por sus empleos.
Y otros, los pobres, irónicamente, temen perder lo poco que les ha dejado el chavismo. Por caso, "A todos les da temor decir algo contra el gobierno, por miedo a que le quiten la adjudicación (de su vivienda)", dice Alejandra, una venezolana sin techo, según cuenta la periodista Maye Primera. "Los más pobres creen que si la oposición gana van a perder sus 'misiones'", explican desde la encuestadora Datanálisis. "Misiones" son los programas sociales, ideados por Fidel, que dan salud, educación, vivienda y comida a millones. O sea que el Estado ha creado tantos pobres, con impuestos y otras medidas expoliadoras, y los pone en situación tan crítica que se aferran a la poca esperanza que les queda.
Pero no solo el chavismo hace demagogia a la hora de la campaña política. Barack Obama, expuso su proyecto de presupuesto 2013, que prevé US$ 3,8 billones en gastos, en parte fuertes "inversiones para impulsar la creación de empleos y mejorar la capacitación, educación, innovación e infraestructura". Aunque el Departamento de Seguridad Nacional tendrá una reducción de solo 0,5% y seguirá con la lucha contra el terrorismo, la seguridad fronteriza, la aplicación de las leyes de inmigración y la cyber seguridad, o sea, perseguir a internautas. El presupuesto del Pentágono, por su parte, que representa más del 40% de los gastos militares mundiales, no tendrá recortes significativos.
La propuesta, que difícilmente será aprobada en el Congreso, conlleva que el déficit alcanzará este año US$ 1,32 billones, 8,5% del PIB, y 901 mil millones el próximo, 5,5% del PIB. Lejos de la promesa de Obama de recortar a la mitad el déficit al término de este mandato, que aspira a renovar en las elecciones de noviembre. Se defendió diciendo que su proyecto supondrá recaudar 1,5 billones más de impuestos en diez años, aplicando la "regla Buffett", el nombre del multimillonario Warren Buffett, quien se quejó de que pagaba menos impuestos que su secretaria, es decir, aumentando el impuesto a los ricos que, como son minoría a la hora de votar, son a los que hay que dirigir los ataques propagandísticos para envalentonar al resto. Ahora, lo que los políticos no dicen, ni los de Obama ni los chavistas, es cómo pagarán estos impuestos los ricos.
Pues aumentarán el precio de lo que producen, bajarán salarios, dejarán de invertir o, en última instancia, bajarán su consumo marginal provocando menos demanda de mano de obra. En cualquier caso, derivarán las cargas fiscales hacia los más pobres que no pueden subir sus salarios, ni bajar los precios, solo empobrecerse más. Dice la demagogia que este dinero recaudado por el Estado vuelve al necesitado. Pero, la verdad de la "regla Buffet", es que los impuestos los terminan pagando los más pobres a los que les vuelve poco después de pasar por mucha corrupción y burocracia.
El autor es miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity en el Independent Institute, de Oakland, California.
- 10 de junio, 2015
- 3 de julio, 2015
- 6 de mayo, 2013
- 14 de septiembre, 2015
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