Las series del cable: La revolución que llegó de la mano de la piratería
Como tantas otras cosas, en los últimos años el medio televisivo vivió una revolución. En el buen sentido. Ya no quedan dudas de que las series aumentaron su calidad y, con ello, acrecentaron el número de seguidores en todo el mundo, hasta el punto que Patricia Daujota, Senior VP de Programación y Adquisiciones de Fox Latin American Channels, reconoce que “la serie constituye la marca del canal que la emite, nadie busca un canal por una película, pero por ejemplo sí lo hace por Los Simpsons”. “Lo que diferencia a cada canal es lo que se da en llamar signature shows (N.d.R.: programas que son casi una firma), que son justamente las series”, agrega Felipe de Stefani, VP Senior & gerente general de los Canales de Tendencia de Turner en América latina. “Lo que tienen las series es que dan fanáticos, y crear seguidores es uno de los objetivos críticos para cualquier canal”, concluye Gonzalo Fiure, Senior VP de Contenido Estratégico de Fox.
Ese aumento de la calidad se dio por un motivo muy sencillo: los autores pasaron a tener el poder, y no los productores. Así, la historia y la trama primaron por sobre los imponderables económicos o los caprichos actorales en busca de más letra o de un perfil público determinado. Como puede verse, esto es lo que sucede en Estados Unidos, no en la Argentina. Pero no hace falta hacerse los rulos, ya que la televisión vivió otro movimiento revolucionario, que es la masificación de Internet hasta el punto de convertirse, por vía paga o ilegal, en un empuje para que lo que se estrena en Estados Unidos llegue a las pantallas latinoamericanas –recordar que los canales de cable piensan en forma regional, y no localista–. O, eventualmente, si no llega, a que cada persona se lo descargue cuando su ansiedad o su deseo lo indiquen.
La ventana indiscreta. El término técnico que se utiliza para referirse al tiempo de estreno entre Estados Unidos y su llegada a las pantallas locales es “ventana”. Con la llegada de Internet y su masificación, muchos usuarios descubrieron con asombro que esa ventana, más que señalar tiempo, parecía indicar un abismo: en algunos casos, y hasta el día de hoy, hay señales que tardan años en poner una serie en la pantalla.
Sin embargo, la misma revolución virtual dejó en claro que los inconvenientes para reproducir las ficciones no era ni es técnica. Al día de hoy, en portales como https://www.subdivx.com –y sólo por señalar alguno de los muchísimos– se pueden descargar subtítulos en español para las series al día siguiente de que se emitieron en Estados Unidos. Seres anónimos –o escondidos detrás de alias para no ser reprimidos por quienes están en contra de la piratería– se dedican a trabajar en forma gratuita para que el resto de la comunidad de fanáticos pueda disfrutar de esa serie. Este movimiento dejó en evidencia que, si se puede hacer desde la incomodidad de lo informal, mucho más puede lográrselo desde una empresa multinacional. “Estrenar casi a la par de Estados Unidos requiere un esfuerzo adicional, pero no es un impedimento”, reconoce Fiure; “traducimos los capítulos en menos de 24 horas”.
Entonces, la pregunta obvia que surge es por qué no se hace. “Es un tema económico-estratégico”, explica De Stefani, “porque depende de contratos muy altos y de que debemos dosificar el ingreso a las series”. Por el lado de Fox, en cambio, no se detecta hincapié en lo económico sino en lo práctico: “Tenemos más series que días de semana para emitirlas”, se lamenta Daujota, al tiempo que Fiure agrega que “otra contra es empezar a emitirla, con todo el esfuerzo que eso implica, y que en Estados Unidos la levanten por problemas de rating a las dos semanas”.
Sí, leyó bien: en Estados Unidos también manda el rating.
Prueba superada. En el 2010, Fox hizo un movimiento arriesgado: lanzó en forma global (esto es, para todo el mundo casi en simultáneo) la estupenda serie sobre zombies The Walking Dead (en Estados Unidos se emitía los domingos, aquí al día siguiente). El resultado, según reconocen desde la propia cadena, fue promisorio: se superaron los 2 puntos de rating promedio en toda la temporada (lo cual en cable es muchísimo, ya que estos envíos suelen andar por 0.4 punto). De hecho, Fiure aclara que ninguna otra serie logró lo mismo en el mercado latinoamericano. “Fox coprodujo The Walking Dead”, señala Daujota; “asumimos ese riesgo con la señal AMC (N.d.R.: que la emitió en Estados Unidos), invertimos en contenido original y sabíamos que no lo iban a levantar a los dos capítulos por falta de rating”.
El impacto parece haber marcado huella, ya que hicieron lo mismo en la segunda temporada aún en el aire e incluso la señal Warner anuncia para el 23 de enero la nueva serie de J.J. Abrams (Lost), con una ventana de sólo siete días con relación a los Estados Unidos (más amplia que la de The Walking… pero más reducida que las del resto de las series –ver infografía–). De esta forma, se produce una paradoja interesante: los canales de los paquetes básicos del cable empiezan a estrenar series con ventanas menores que los de los paquetes premium, donde, como en el caso de HBO, pese a ser los productores del programa y saber que no los levantarán por falta de rating, y cobrándole un plus al abonado, aún se demoran dos semanas o más en poner una serie al aire.
El quid de la cuestión. La pregunta es, entonces, si estos movimientos los generó la nueva independencia del público gracias a la piratería. Como en toda revolución, están los que piden reprimir a los revoltosos y quienes buscan superar el conflicto por vía pacífica –lo cual, claro, implica aumentar la inversión o reducir los márgenes de ganancia–. “La piratería es un tema ilegal, un flagelo”, parece incluirse en la primera escuela De Stefani –que anuncia que este año emitirán por TBS el “tanque” con Charlie Sheen Anger Management con tres meses de ventana–. En el otro extremo, Fiure señala que “la piratería es un hecho y es una de las realidades con las que tenemos que convivir, nuestra responsabilidad como programadores es acercar los estrenos porque queremos que los vean en nuestro canal y no en la computadora; al acelerar los tiempos minimizamos las bajadas ilegales”. “Igual no es sólo por la piratería”, aclara Daujota; “nosotros ya habíamos achicado ventana con 24 y la piratería aún no era un problema, la tendencia que detectamos y llevamos a cabo es achicar ventanas, y lo vamos a hacer primero con las series clave de cada señal”.
Suele decirse que el público tiene la última palabra. Gracias a la tecnología, tuvo la penúltima, para que los canales de cable comiencen a modernizarse.
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