¿Chile blindado?
El último tiempo y en particular las últimas dos semanas no han sido fáciles para la economía mundial. Por primera vez el mundo experimenta una caída en la clasificación del riesgo de Estados Unidos. Los mercados bursátiles y financieros se han comportado erráticos y es muy probable que en el corto y mediano plazo la volatilidad sea aún más significativa.
La interrogante para nuestra nación es si esta vez, al igual que en el período 2007-2008, estaremos lo suficientemente blindados o, en el peor de los casos, si seremos resilientes ante una nueva recesión mundial. El ministro de Hacienda fue enfático en señalar que estamos preparados para enfrentar situaciones complejas, gracias a nuestra responsabilidad fiscal y uno de los riesgos soberanos más bajos del mundo emergente. Sin duda que éste y otros pilares apalancan las menores tasas de interés, mayores niveles de inversión, crecimiento y empleo, sin embargo no evita del todo un contagio.
Ahora bien, ¿cuáles son los aspectos externos e internos a tener en consideración antes de pensar en un escenario más optimista? El contexto internacional se presenta en extremo complejo, en especial por la incertidumbre que rodea la resolución de los problemas de endeudamiento fiscal en Europa y EEUU.
El retorno a la normalidad económica en Europa será lento y heterogéneo, lo cual tensiona la política monetaria única. Lamentablemente, sin un sistema fiscal único los riesgos económicos y políticos se mantendrán relativamente altos. Sumado a lo anterior, en EEUU este débil proceso de recuperación económica se caracteriza por un alto desempleo.
Para el escenario interno, una de las grandes preocupaciones es nuestro nivel de competitividad. Las señales recientes indican que la política monetaria de las principales economías desarrolladas seguirá siendo expansiva. Esto mantendrá el diferencial de tasas entre aquellas y las economías emergentes, y por tanto la debilidad del dólar y la apreciación de monedas tales como el peso chileno. Ahora bien, aunque la apreciación de nuestra moneda se mantendrá en el mediano plazo, la recuperación de parte de las economías desarrolladas permitiría que nuestro tipo de cambio real se mantenga en su nivel de largo plazo.
En este escenario es aún más importante el compromiso del gobierno de reducir el déficit fiscal estructural y que el gasto público crezca menos que el PIB. Esa sería la única manera de contribuir a contener las presiones inflacionarias, a reducir las tasas de interés y por tanto aumentar la competitividad cambiaria.
Por último, pero no menos importante, se ha señalado que los hogares chilenos presentan un alto nivel de endeudamiento y que éste no sería sostenible en el mediano plazo. Sin embargo, aquí se deben tener en consideración al menos tres tendencias positivas que ponen paños fríos a los efectos de una nueva crisis financiera internacional. Por un lado, el crédito sigue aumentando, aunque a tasas menores que en períodos previos; a esto se suma que los indicadores de riesgo de crédito bancario siguen mejorando; y, aunque el nivel de deuda de los hogares ha aumentado en los últimos años por el mayor acceso al sistema financiero, nuestro nivel de deuda es bajo respecto de otras economías.
- 23 de julio, 2015
- 4 de septiembre, 2015
- 5 de noviembre, 2015
Artículo de blog relacionados
Townhall – El Instituto Independiente El Partido Demócrata tiene dos grupos de...
10 de marzo, 2013La Nación Las restricciones cambiarias, el control de precios y la inflación fueron...
22 de abril, 2013La Opinión, Los Angeles SAN DIEGO, California. -El jefe del servicio de inmigración...
20 de agosto, 2009El Nuevo Herald Cuando estaba listo para escribir esta columna me surgió una...
12 de abril, 2006