Mientras el debate arrecia, la inmigración cae

Mientras en Estados Unidos continúa estancado el debate sobre la reforma migratoria y en muchos estados se aprueban leyes que penalizan duramente a los indocumentados, muy pocos prestan atención al acentuado declive de la inmigración de mexicanos sin papeles.
Un reportaje publicado hace unos días por The New York Times cita varios estudios que dan cuenta de este fenómeno. Uno de ellos es el del Centro Hispano Pew que revela que en 2010, menos de 100.000 mexicanos cruzaron la frontera sin papeles o se quedaron ilegalmente en Estados Unidos por más tiempo del que les permitían sus visas. Esta cifra contrasta significativamente con la que se dio entre 2000 y 2004, cuando 525.000 mexicanos emigraron anualmente – sin documentos – a Estados Unidos.
Al mismo tiempo, en México las cifras del censo descubrieron que el país tiene cuatro millones más de habitantes de lo que se habían proyectado, lo que las autoridades atribuyen justamente al declive de la inmigración hacia el norte.
Las causas de este descenso no son difíciles de explicar.
En primer lugar se encuentra la alta tasa de desempleo en Estados Unidos que asciende al 9.4% y afecta, sobre todo, a los latinos indocumentados. Como resultado de esta situación se ha agravado el clima antiinmigrante y en muchos estados como Arizona, Alabama y Georgia se han aprobado leyes que castigan severamente a todo aquel que cruzó la frontera sin papeles, lo que obviamente ha obligado a muchos a dejar esos estados y ha disuadido a muchos otros de inmigrar de forma ilegal.
Estos factores, sin embargo, no son los únicos que explican el descenso en la migración de mexicanos.
Del otro lado de la frontera también se han empezado a gestar varios cambios que han afectado las tendencias migratorias. El más importante, sin duda, es el marcado descenso en la tasa de natalidad. En 1970 las mujeres mexicanas tenían en promedio 6,8 hijos, actualmente tienen sólo 2,8. Esta cifra ha causado un impacto dramático en el mercado laboral. En cada año entre 1990 y 2007, un millón de jóvenes se agregaba a la legión de trabajadores en busca de empleo. Hoy esta cifra ha descendido a 800.000 y, para 2030, se espera que disminuya a 300.000.
Aunado a este fenómeno se encuentra el hecho de que, pese al clima de incertidumbre y violencia que aqueja a la nación vecina, la economía ha empezado a tener un crecimiento sólido. El año pasado creció en un 5,5% y para este año los pronósticos indican que crecerá en 4,4%, lo que permitirá que aumenten las oportunidades de empleo.
Todo esto hace prever que en los próximos años la migración de mexicanos indocumentados hacia el norte será cada vez menor y cuando Estados Unidos necesite de esa mano de obra que ahora desprecia, ésta simplemente ya no estará disponible. Aquí, sin embargo, la mayoría ignora este hecho y por ello, en lugar de prepararse para esta nueva realidad, combate a los inmigrantes como si fuesen una plaga.
La autora es Directora Ejecutiva y fundadora del portal Latinocalifornia.com. Escribe la columna política "Enlace" para el diario La Opinión de Los Angeles y es directora del Comité de Comunicación y Relaciones Públicas de la Asociación Mexicana de Tecnología, Empresariado y Cultura (TECMA) del condado de Orange, creada para promover inversiones entre México y Estados Unidos.
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