San Pablo: El gigante brasileño despierta pasiones

Dinero – La Vanguardia, Barcelona
Desde el aire, São Paulo se desparrama como un mar infinito de 360 grados de cemento y rascacielos, caos y crecimiento desenfrenado, una urbe gigante de más de 20 millones de habitantes, comparable a Shanghai, la megalópolis oriental. Resume y compendia el milagro económico y las carencias presentes de Brasil. Un país también superlativo, que ha venido duplicando su población cada 25 años hasta alcanzar los casi 200 millones de la actualidad. Conectado comercialmente con el Oriente floreciente, el boom de la exportación de materias primas a altos precios alimenta la fortaleza de su divisa, el real, gracias a la entrada masiva de capitales en busca del rendimiento que ya no ofrece el mundo desarrollado.
El recuerdo de las peligrosas burbujas es inevitable para el visitante, mientras contempla atónito como las clases altas y las crecientes clases medias se entregan con desenfreno a la vorágine del consumismo… aunque sea a plazos. Es el embrujo de un nuevo Eldorado, una especie de China latinoamericana, culturalmente más próxima y asible. Especialmente para los empresarios de mercados deprimidos, como el catalán y el español.
Abrumado por la laboriosidad paulista, el grupo de empresarios catalanes que en el arranque de cada verano se reúne, convocado por Pedro Nueno, profesor de Iese y máximo responsable de la escuela de negocios China Europe International Business School de Shanghai, en uno de los diferentes polos económicos mundiales, discute con sus colegas locales qué lecciones se pueden extraer del cambio brasileño.
Javier Loizaga, residente en la capital paulista y presidente de la española Mercapital, una de las empresas españolas decanas del capital riesgo, explica su aproximación al país: “A las puertas de esta última crisis, en el 2007, nos encontramos con 1.000 millones de euros para invertir y con el ciclo español acabado. Había que buscar oportunidades en otro lugar y después de estudiar Latinoamérica durante dos años, decidimos que la prioridad era Brasil, por delante de Colombia, Perú, México y Chile. Ofrece un crecimiento elevadísimo y unas grandes necesidades de inversión”. Un proceso que ya emprendieron las grandes empresas y bancos (Telefónica o Santander, por ejemplo).
La comparación con China no es una simple ocurrencia. Las hermanas Qi, Lidan y Liling, pequeñas empresarias que alimentan el flujo comercial y financiero recíproco entre el gigante oriental y España, aluden a las semejanzas que descubren entre su país de origen y Brasil: “Enorme actividad, alto crecimiento, y vocación emprendedora”.
“Me recuerda a la economía española de los años ochenta, cuando aún estaba clasificada como mercado emergente y era una gran oportunidad que atrajo masas de capital desde el exterior”, apunta Jaime Malet, presidente de la Cámara de Comercio americana en España.
Para las empresas catalanas y españolas, especialmente las pymes, Latinoamérica tiene un historial cíclico de booms y estallidos. ¿Por qué volver ahora? Ildefonso García Serena, Compact Response Group, ex decano de los publicistas catalanes, defiende que “Brasil es un país consolidado que, además, se ha convertido en la columna vertebral de América Latina. La pregunta es si las empresas españolas, más allá de las muy grandes, tienen músculo para llegar bien hasta aquí”.
Los brasileños presentes en el debate matizan el entusiasmo. “Hay mucha burocracia y problemas de entramado jurídico importantes. Pero también es verdad que, pese a que su economía aún da los primeros pasos de un bebé, aprenden muy rápido”, según Josefa María A. Viana, abogada y responsable del bufete Viana Advogados Associados, en el estado de Ceará y que representa a un buen número de empresas catalanas con intereses en el estado norteño.
También Paulo Roberto Ferreira, decano de ISE, escuela de negocios de São Paulo asociada al Iese barcelonés, alerta contra los espejismos : “El 50% de la facturación de las empresas son impuestos, lo que además de engañar sobre su tamaño implica complejidad en la gestión y mucha burocracia que el inversor exterior no conoce hasta que que se da de bruces con ella.”
¿Qué se puede aportar desde Catalunya que necesite la economía brasileña? Anna Birulés, directora de Telstar Group y ex ministra de Ciencia y Tecnología, cree que “nosotros tenemos mucho capital humano, y debemos aprovechar que esta es una de las debilidades de su desarrollo económico.”
Efectivamente, Brasil requiere mano de obra cualificada por centenares de miles de personas y España es ahora emisor de trabajadores muy formados. Aunque la legislación brasileña, la resistencia gremial y la falta de reciprocidad por parte de España, que pone muchos problemas a la entrada de brasileños, bloquean en gran medida la entrada de mano de obra desde el exterior.
Bromeando sobre el tema, Alberto Candellero, responsable en el Cono sur del fabricante italiano de ropa para hombre Ermenegildo Zegna, sugiere “entrar como refugiado político”. La consecuencia de la impermeabilidad a la entrada de trabajadores es que las empresas compiten entre sí por los empleados más cualificados. “Los salarios de un empleado sénior son ahora en Brasil tres veces más altos que en España”, asegura Loizaga.
La globalización implica cambios en el modo de internacionalizar las empresas. Ya no se trata, sólo ni principalmente, de enviar mercancías al exterior. Sobre todo hay que exportar conocimiento, capital, experiencia en la gestión. Por ejemplo, en el ámbito sanitario, donde Catalunya tiene estatus de economía avanzada.
Josep Lázaro, consejero delegado de Health Lean, lleva más de una década vendiendo servicios de gestión en el ámbito sanitario. Brasil tiene un sistema de seguridad social universal que necesita una profunda modernización. “En este país entre 1,5 y 2 millones de personas entran cada año en la economía formal, con lo que ello representa de presión en el ámbito sanitario. Es el segundo mercado asegurador de América, desde Catalunya hay mucho que decir”, diagnostica.
Birulés insiste en la idea de detectar ámbitos preferentes: “Los ejes actuales son los aeropuertos, el transporte urbano y la gestión y la escasez de recursos humanos cualificados”.
Las grandes pruebas de fuego del país son los dos magnos acontecimientos deportivos que debe organizar, la Copa del Mundo de Fútbol, en el 2014, y los Juegos Olímpicos de verano del 2012 en Río de Janeiro. Ya han aflorado las tensiones, incluso los organismos internacionales organizadores, como la FIFA, ya han llamado la atención ante el retraso en la ejecución de las obras.
Empresas españolas ocupan posiciones destacadas en los procesos para participar en los proyectos. Avanza, en el caso del transporte urbano, y algunas constructoras intentan colarse en las infraestructuras aeroportuarias.
Como apunta Roser Vicente, directora general de Gesaworld, del mismo grupo que Health, “Barcelona ha sido una referencia, ahora quizás más diluida por la imagen de crisis de España, para Río de Janeiro”. Fernando Bagnoli, profesor del ISE, remacha que “la capital carioca necesita transferencia de conocimiento para recuperarse de una degradación evidente”. Una transformación que, salvando las evidentes distancias, Barcelona puso en marcha con la excusa de los Juegos de 1992.
Josep Lázaro añade: “En Río nos han dicho muchas veces en reuniones que quieren organizar unas Olimpiadas como las de Barcelona, frente a otros modelos como los de Atenas o Londres. También teníamos una buena imagen en energía renovables, pero ya es cosa del pasado”.
Pedro Nueno tercia para plantear el asunto en términos prácticos: “El problema sigue siendo que en España cuesta mucho salir; el empresario participará en una visión comercial de la Cambra, pero no lo hará por cuenta propia, cuando se tiene que apostar por el riesgo y poner dinero…”.
Capital. ¿Lo tienen a su alcance las empresas españolas, que se quejan de la falta de crédito bancario y están en muchos casos altamente endeudadas? Loizaga, amaga con tirar de chequera. “Nosotros sólo invertimos en Brasil a través de empresas españolas; y sólo lo haremos en las que tengan interés en América Latina. También potenciamos alianzas entre empresas españolas y brasileñas para invertir en otros mercados del área, como por ejemplo México”.
¿En qué sectores? Además de la sanidad y la construcción, que ya se han mencionado más arriba, el sector del consumo, que crece exponencialmente, en especial la industria alimentaria, muy diversificada y competitiva en Catalunya, tienen grandes posibilidades la informática y el turismo.
Josep Maria Buades, más de una década en el país y director en Brasil de ACC1Ó, la agencia de la Generalitat encargada de dar soporte a la competitividad de la empresa catalana, con oficinas en 34 países, describe la topografía de la empresa brasileña, un pequeño grupo de grandes y mayoritariamente pequeñas: “Les falta un cambio cultural y abandonar actitudes proteccionistas”.
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