¿De qué se ríen en esa foto?

Lo cierto es que los dirigentes del Partido Popular (PP) español aparecen sonrientes, no por haber ganado las elecciones, sino porque se han hecho con el poder. Si, a los que no votaron, le sumamos los votos en blanco y los anulados, resulta que superan al 27,8% de los socialistas y casi llegan al 37,58% del PP aun cuando no invirtieron, como los políticos, millones en propaganda. Se diría que, moralmente, ganaron los "apolíticos".
Me recuerda a internet, ayudando a rebeldes árabes y a los "indignados" en España, que se desarrolla sin burócratas y donde millones de personas cooperan ordenadamente, espontáneamente, como es lo natural, y que supone un liderazgo moral de hecho, el de los que aportan cosas útiles. Wikipedia, por caso, escrita por millones de "anónimos" libres, sin autoridad coactiva (armada), es la enciclopedia más consultada y el quinto sitio web más visitado (77 mil millones al mes). Su desarrollo conlleva una acertada idea de la seguridad: no "obstaculiza" la información insegura, sino que facilita la posibilidad de corregir errores. La web permite a las empresas brindar servicios en incontables áreas como diseño, redacción, consultoría y hasta desarrollos científicos, que realizan miles de personas pagas desde su casa. Este "crowdsourcing" es barato y eficiente porque escapa a muchas regulaciones e impuestos políticos.
WikiLeaks, además, demostró que la fuerza (ergo, el monopolio de la violencia en el cual basan su "autoridad" los políticos actualmente) no es el poder más fuerte, sino que es la moral. De qué sirve un ejército frente a un mosquito si éste puede conocer y anticipar sus movimientos. Por el contrario, el mercado es un poderoso transmisor de información de manera que, cuanto más amplia sea la transmisión, mejor se desarrollará. El estatismo necesita del secreto para sobrevivir. Así, los políticos actuales intentan controlarla porque es la red o ellos y sus amigos que reciben algún privilegio.
El presidente francés, cínicamente, aseguró que "internet libre marca la diferencia entre dictadura y democracia'', al inaugurar en París una cumbre (la "eG8") de la industria de la red, que precedió a la reunión del G8 del 27 y 28 de mayo en Deauville. Luego, Sarkozy dijo que "la yuxtaposición de voluntades individuales no ha construido nunca una voluntad general", cosa desmentida por internet, y que "los gobiernos son los únicos representantes legítimos de la voluntad general" que es lo que él quiere, por lo tanto "los Estados deben actuar como representantes de la soberanía popular", o sea, forzar la cosa, y por eso instó a "evitar el caos y la anarquía", es decir, evitar que las personas libres no cumplan con sus órdenes o acaso los reguladores no son sus empleados, cuando en internet libre nadie se impone sobre nadie.
Los políticos deberían desmontar las organizaciones basadas en información secreta, en la violencia "legal", "justa", porque si bien las revoluciones no existen (a Mubarak lo reemplazaron por los militares que lo sostenían y los "indignados" españoles pierden fuerza), nunca podrán detener el desarrollo humano, no podrán controlar los haces digitales anónimos que, a la velocidad de la luz, buscan "inteligentemente" el camino más corto para entregar la información, fortaleciendo al mercado natural, al orden con el que el cosmos se desarrolla en donde la autoridad es verdadera, es moral y no destructiva como la violencia.
El autor es miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity en el Independent Institute, de Oakland, California.
- 10 de junio, 2015
- 3 de julio, 2015
- 6 de mayo, 2013
- 14 de septiembre, 2015
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