Lenin, Stalin y el Sputnik
La palabra Sputnik en ruso significa camarada de ruta. Lenin antes de tomar el poder en Rusia, creó la teoría del camarada de ruta, del Sputnik. Ésta, promueve una circunstancial alianza con actores políticos diferentes, pero comparten un mismo objetivo. Los bolcheviques, sabían de los limites de esta política, justamente por ser una sociedad atrasada. El libro “Los 10 días que estremecieron al mundo” del norteamericano John Reed, mostró la orfandad de esa cultura democrática. Al caer el Zar en marzo de 1917, florecieron diversos partidos. Algunos de ellos se aliaron a los bolcheviques, en calidad de Sputnik, para adelantar el proceso socialista.
Stalin en 1934, eliminó a sus sputniks bolcheviques que participaron en su festín macbetheano, y adquirió tintes dramáticos y sangrientos, cuando Stalin fusiló a 110 de los 139 miembros del Comité Central del partido escogidos en el congreso del Partido Comunista. Todos ellos, fueron veteranos bolcheviques que participaron no sólo en la toma del poder, sino que acompañaron a Stalin en la “limpieza” en el partido de elementos trotskistas.
Stalin fusiló a los viejos bolcheviques, porque le ayudaron a consolidar su poder. Le conocían. Éstos, sabían sus errores, defectos y escasos conocimientos culturales. Stalin erigió una mitología del poder y creó la sensación de que éste emanaba directamente de su persona y no del concurso de otros, mucho menos, producto del voto de los ciudadanos. Stalin, el irreductible, fue venerado y percibido como un Dios de la lucha de clases y, como quiera que Dios no tiene contacto directo con los hombres, éstos, al tenerlo terminaban siempre mal. Stalin también impuso la necesidad de ser adorado, preferiblemente, por los jóvenes, por lo que se explica la creación del Konsomol, o la juventud comunista. Toda una generación de jóvenes fue promovida a cargos y funciones claves en la estructura del estado soviético. Éstos, se enrolaron en una veneración colectiva llegando al paroxismo. La lucha de clases fue sustituida por una lucha generacional entre jóvenes y viejos. Esto permitió a Stalin imponer su liderazgo carismático y prolongarlo hasta que muere en 1953.
El esquema de lucha generacional fue acompañado de un desprecio total por el conocimiento. Todo aquel que supiere de idiomas o, estuviese vinculado a los esquemas culturales del pasado, automáticamente era internado en los campos de concentración (Gulags) o fusilado. Es paradójico que las primeras víctimas de estas políticas, sean los sputniks, los aliados de los dictadores. El dictador, mientras esté en proceso de convertirse en Dios, los necesitará, pero, al asumir éste la deidad, prescindirá de ellos. Ser Dios, implica no ser criticado, ni atacado. El político enfermo de deidad rechaza la ironía, el humor y la verdad. Por ello prefiere a los jóvenes que no están contaminados. El escritor japonés Yukic Mishima decía que “Cuando alguien se siente ridículo, su único y verdadero deseo es que los testigos de su ridículo desaparezcan”.
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