En duda eso de ‘bienvenido paisano’ (II)
(Vea también la Parte I)
Ya una vez en Hermosillo y después de la pesadilla en la aduana de Nogales, me puse mis lentes (especiales) para no perderme de nada, y me dirigí a Catedral a primera hora, a la misa de graduación de mi hija Camila, creo que no había un padre más orgulloso y con tanto amor como yo.
Al salir de misa fui acometido por tres tipos mal encarados que con palabras altisonantes y lujo de violencia se me abalanzaron, corrí para defenderme pensando que se trataba de un asalto o un secuestro toda vez que no portaban uniforme de ninguna corporación policiaca, así como ninguna insignia que los acreditara como servidores públicos, por lo que ante el temor fundado de sufrir un daño en mi persona crucé al camellón del Boulevard Hidalgo donde había muchas personas.
Asimismo, en ese momento mi hermano que se había quedado atrás para dejarle unas flores a mi hija, se percató de los hechos y corrió a auxiliarme pensando que era víctima de unos vándalos. Fuimos sometidos con lujo de violencia y prepotencia para luego percatarnos que eran judiciales ya que nos sacaron sus armas y hasta ese momento nos dijeron que eran agentes de la Policía Estatal Investigadora y que tenían una orden de aprehensión en mi contra que nunca me mostraron.
Una vez que me subieron a un pick up blanco, sin ningún señalamiento, y después de haberme golpeado en repetidas ocasiones, ya con esposas puestas y sin capacidad de movimiento, durante todo el camino hacia las oficinas de la agencia investigadora estatal el elemento de apellido Acosta se la pasó golpeándome en el abdomen, la cabeza y los bajos, así como agrediéndome verbalmente, al más puro estilo de brutalidad policiaca que tanto daña a la población en general.
No conformes con su grado de primitividad, casi llegar a la comandancia y probablemente al darse cuenta de que se había sobrepasado con una persona honorable, realizó una de las acciones más aberrantes que haya tenido conocimiento. Este animal de apellido Acosta se rompió la camisa y se dio un golpe en la cara solo para decir que había sido agredido por mí, además se puso de acuerdo con el chofer del vehículo para que también confirmase la historia. Pude oler el miedo de estos cobardes.
Ya de mis lentes no supe dónde quedaron, así como la foto de graduación de mi hija. Las cosas se aclararon y uno como ciudadano se siente impotente ante estos animales del monte que andan sueltos, armados y con disfraz de autoridad. Ya hice mi denuncia correspondiente y espero que sea atendida para evitar estos abusos y prepotencias. Si este es el nuevo Sonora, paso. Gracias procurador de justicia por la bienvenida a mi estado, pero si mantiene el cáncer en su corporación, no veo cual sea el beneficio de tener otro partido en el gobierno.
Parece que 200 años de independencia, 100 de revolución y menos de uno del partido de acción nacional, no nos han servido de experiencia; parece que nada ha favorecido que el gobernador (Guillermo) Padrés haya acabado con 75 años de hegemonía. Para mí que hay línea, como en los viejos tiempos, nada ha cambiado.
- 23 de julio, 2015
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