Damas de Blanco y de Negro

Por Manuel Márquez-Sterling

Diario Las Américas

Descanse en paz Orlando Zapata Tamayo. ¡Qué nos queda por ver en el catálogo de los atropellos y los crímenes del régimen gansteril que lleva más de medio siglo asesinando a todo un pueblo en Cuba! Desde el paredón de fusilamiento hasta la camilla del hospital donde hace unos días ha expirado Zapata Tamayo, los gansters que desgobiernan a Cuba lo han inventado todo para extirpar la rebeldía del pueblo de Cuba.

Por cosas como estas el mundo se puso de acuerdo para decretar un embargo de carácter mundial sobre Sur Africa y su régimen racista. Pero Cuba es diferente…

Ahora, desde Zapatero en España hasta los que por todos los medios quieren comerciar y turistear con Cuba se darán golpes de pecho, enjugarán una lágrima plástica procesada en las cubetas de sus laboratorios de hipocresías políticas y … después de dejar pasar un tiempo prudencial volverán como si nada hubiera pasado a abrazarse con el que hace 50 años en Santiago de Cuba abría trincheras para que cayeran en esa fosa común los que por docenas fusilaba.

Aquel que dijo que, cuando se mata a uno o dos la gente se alarma, pero que cuando los cadáveres empiezan a constituir lomas se pierde el sentido de las atrocidades y la cosa se vuelve de concreta en abstracta, tan abstracta que nadie ya se alarma o se indigna, lo dijo bien.

¿A cuántos no ha ya asesinado ese régimen? Son miles de miles… Ya es, por lo tanto, una abstracción que lo mejor es ignorar y dejar pasar, pasar el tiempo hasta que una tarde nos asomemos al espectáculo de tanques y carros militares pasar por encima y aplastar a cientos, a miles de un pueblo en protesta. Sí. No tengamos la más mínima duda acerca de esto. Lo que empezó con un fusilamiento en la Sierra Maestra de un cubano amarrado a una palma no habrá de desaparecer hasta que veamos ese espectáculo en esa tarde ya no muy lejana.

¿Existe algún rayo de esperanza en este terrible espectáculo? Sí creemos que sí. Por ahí va por el mundo resonando en el desgarrador grito, en la voz de su madre, el horror de lo cometido con Zapata Tamayo.

Ahí están dentro de Cuba esas damas del irradiante blanco de la verdad caminando las desiertas calles de la dignidad humana mundial. Y cuando muere una, como hace poco sucedió con Gloria Amaya otras enseguida la remplazan.

Muchas están fuera de Cuba, las madres y mujeres cubanas de MAR que vestidas de la negrura que es el presente y el futuro de Cuba van por países y continentes con sus figuras estoicas dando aldabonazos en las conciencias embotadas por la abstracción de nuestras lomas de muertos.

Observando a estas cubanas dentro y fuera de Cuba uno siente aliento de que en sus corazones mora un pedacito del de Mariana Grajales. Uno siente que si bien parece que los hombres cubanos ya se han rendido, sus abuelas, madres, hijas y sus hermanas no lo han hecho.

Sí. En el grito desgarrador de la madre de Zapata Tamayo hay esperanzas de un nuevo despertar y en el blanco y negro de esas excelsas damas está el futuro libre de Cuba. No cejéis Damas de Blanco y Damas de Negro. Ustedes van a dar a luz una Cuba nueva.